Geisha o el sonido del shamisen

Opinión:

Christian Perrissin y Christian Durieux, autor e historietista respectivamente, se unen para crear una deliciosa historia que transporta al lector al Japón más clasista y tradicional de principios del siglo XX a través de los ojos de Satsuko, una niña aprendiz de geisha.

Lo primero que llama la atención es que los colores predominantes en las ilustraciones son, principalmente, el blanco y el negro, con una amplia gama de grises. Están realizadas a lápiz y carboncillo, siendo ricas en detalles nimios, lo que refleja la dedicación y el tiempo del dibujante en cada una de ellas. En mi opinión, considero que se han elegido estas tonalidades y forma de realizar el trazo, con el fin de que el lector, inconscientemente, tenga un avance de que la historia que va a leer no es precisamente muy alegre.

La ambientación, vestuario, cultura, vida social, historia o política, entre otros, se encuentra muy bien reflejado tanto en las ilustraciones como en los sucesos y diálogos. Cabe destacar que los autores retractan excepcionalmente una sociedad estricta, en la que cada uno tiene su papel y una función que desempeñar siendo prácticamente un delito salirse de lo cánones establecidos.

Así mismo, todos aquellos términos japoneses o referencias a elementos culturales son aclarados constantemente, a fin de que el lector pueda seguir la trama de cerca sin distracciones en búsquedas o incomprensión.

"Geisha o el sonido del shamisen" es la historia de una mujer, Setsuko, que es arrastrada por las decisiones externas a una vida a la que no pertenece y que debe sucumbir ante una tradición machista y clasista a pesar de sentir un fuerte impulso de sentirse liberada y ser ella la dueña de su destino. Algo por lo que luchará incansablemente.

Esta historia adentra al lector, de una forma mucho más visual, en el mundo de las geishas. Un mundo con su propio escalafón y sus propias reglas. Un mundo de estricta formación que requiere disciplina y discreción. Un mundo en el que la mujer está supeditada a los deseos de los hombres. Un mundo del que Satsuko quiere escapar.

La novela contiene un fuerte mensaje feminista a través de la vida desoladora y solitaria de una niña que lucha por la superación y la búsqueda de una identidad propia y un valor por sí misma. Considero que en ella se plasma la realidad por la que tantas mujeres tuvieron que pasar durante aquel tiempo siendo esclavas sexuales de los hombres y tratadas como objetos con los que comerciar.

Desde el inicio de la novela, el lector tendrá la posibilidad de adentrarse de lleno en una exquisita ambientación, se quedará embriagado y automáticamente será transportado a su interior.

Como dato curioso mencionar que algunos de los personajes que aparecen en la novela están basados en biografías de artistas japoneses.

De algún modo podría decirse que esta obra es un homenaje a las artes cinematográficas y literarias ambientadas en Japón, o al menos así lo reflejan los autores con su amplia bibliografía y filmografía, fuente de inspiración para la historia.

En conclusión, es una novela llena de drama que refleja una sociedad japonesa antes de la Segunda Guerra Mundial en donde la pobreza, la honra y la tradición primaban y con la que el lector no podrá más que disfrutar, sufrir y aprender.

La recomiendo mucho para todos aquellos que adoren los dramas históricos o la cultura japonesa y para aquellos que quieran pasar un rato agradable transportados por completo a otro tiempo y cultura.

Marisa Costa