Gadir

Opinión:

La editorial andaluza Almuzara presenta esta "Gadir", novela histórica que se remonta a una Cádiz anterior al nacimiento de Cristo y bajo dominio romano. Su autor es Juan Luis Pulido (Sevilla, 1965), catedrático de derecho mercantil apasionado de la historia y la escritura. La reconstrucción histórica que realiza en la obra es impresionante, por su precisión y cantidad de datos y detalles. Se trata de una radiografía precisa del tiempo histórico en el que se realiza la transición entre el mundo fenicio y el desembarco del grecorromano. La recreación que se hace de la época es lo mejor del libro, sin duda alguna. Constituye un texto sólido en cuanto al marco histórico que se proporciona a la novela.

El protagonista, este sabio llamado Posidionio de Apamea, acude a la ciudad para estudiar las mareas, aunque en realidad está interesado en todo lo que pueda aprender de una sociedad en la que las diversas creencias constituyen un auténtico mercadeo, con templos que se disputan los fieles de una manera casi encarnizada, agresiva. Mantienen prácticas que incluyen sacrificios humanos, prostitución ritual y otros cultos feroces y primitivos. Esa agresividad acabará salpicando al propio Posidonio, que verá que su ansia por conocer chocará con la intransigencia y los intereses de las jerarquías de los distintos lugares de culto. La novela bucea de manera constante en el territorio de las ideas, las creencias, esas inquietudes antropológicas que nos revelan que el ser humano mantiene a lo largo de los siglos una necesidad de búsqueda de la trascendencia.

Hay un segundo personaje de importancia e interés en la historia: Abisay, el esclavo que hará de cicerón en sus escapadas a Gadir y que mantendrá una relación de admiración hacia el maestro griego, al tiempo que no puede menos que seguir manteniendo fidelidad a Melqart, el templo al que pertenece. Según transcurra la novela, media ciudad estará en contra del griego, intentando subrayar Juan Luis Pulido cómo en cualquier época histórica el afán de conocimiento y el intento de llegar al fondo de las cuestiones puede ponerte en peligro. Pese a contar con numerosas peripecias en su trama, el tono de la narración es reposado y hasta cierto punto estático. Sus páginas tienden más a la contemplación que a la acción.

Una novela histórica que transcurre en territorio andaluz, siendo casi un homenaje a Cádiz y su historia, cuya fortaleza es sin duda alguna la precisión de la construcción del momento histórico para que el lector paladee cómo pudo ser la vida en aquella época.

Rafael Ruiz Pleguezuelos