Fontana di Trevi

Opinión:

La novela retoma la vida de Letitia, una mujer que ha vivido un largo exilio en Francia y que pretende revisar dónde y cómo dejó sus amistades y amores al tiempo que reclama una  herencia que le fue arrebatada por el régimen comunista. Como en cualquier regreso de exilio, lo difícil no es volver físicamente, volver a estar en los lugares mucho tiempo después, sino resistir ese viaje emocional hacia el pasado que no podrá menos que reabrir antiguas penas e historias que habían quedado mucho tiempo adormecidas. El texto es por tanto un ajuste de cuentas con un pasado que no encaja, que no está suficientemente asimilado ni dejado atrás.

Lo mejor de la novela es la creación de personajes y la exploración de sus sentimientos, la reflexión constante acerca de por qué hacen lo que hacen. Hay que destacar la trama sobre su amor clandestino con Sorin, un vínculo interrumpido por la separación y el exilio, que es el hilo conductor de la historia. Al volver a su tierra natal, Letitia se enfrenta a un doble rechazo: por parte de sus antiguos amigos y por su propia patria, aún hostil. Esta vuelta al pasado la lleva a revivir momentos dolorosos que están íntimamente ligados con la historia de Rumanía.  Si en Vidas provisionales nos ocupábamos del amor clandestino entre Sorin y Letitia, ahora nos dedicamos a revisitar esos instantes muchos años después, y a jugar con los rescoldos de aquella pasión enturbiada por las circunstancias históricas adversas.

La novela no solo se centra en la búsqueda de respuestas sobre su pasado amoroso y  político, sino también en la exploración de la identidad y la memoria colectiva. La gran idea de fondo de la autora es mostrarnos cómo las cicatrices históricas marcan tanto a los individuos como a las naciones. Letitia se convertirá a ojos de los lectores en un símbolo de resistencia, una voz que resuena con la de muchos que han vivido experiencias similares. Resulta especialmente interesante la división que se ofrece a lo largo de la novela entre "los que se fueron" y "los que se quedaron", verdadera brecha emocional que ha fracturado el país.

La autora nació en 1942 en Târgu Ocna, en Rumanía, y está reconocida como una figura destacada en la literatura contemporánea de este país. Su estilo literario es profundo y reflexivo, y mantiene un compromiso con la disección de temas sociales y políticos. Sabe ofrecer densidad y complejidad sin que decaiga el interés del lector, que quiere saber más de la historia y reflexionar con la protagonista.

Rafael Ruiz Pleguezuelos