Anika entre libros

Fantastes

Ficha realizada por: Moisés Álbatin,Violeta Lila
Fantastes

Título: Fantastes
Título Original: (Fantastes, 1858)
Autor: George MacDonald
Editorial: Atalanta
Colección: Imaginatio Vera


Copyright:

© 1858, George MacDonald
© De la traducción: Juan José Llanos, 2014
© Ediciones Atalanta, S.L.

Traducción: Juan José Llanos
Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2014
ISBN: 9788494227646
Tapa: Dura
Etiquetas: aprendizaje mitos aventuras misterio espiritualidad fantasía género fantástico hadas narrativa libros ilustrados literatura escocesa novela siglo XIX caballeros simbolismo sombras sueño
Nº de páginas: 271

Argumento:

"Fantastes" comienza una mañana en la que su protagonista, Anodos, despierta y se encuentra con que su habitación se ha transformado. Una puerta se ha abierto en la pared y conduce a un mundo feérico en el que entabla relación con todo tipo de seres -estatuas que cobran vida, árboles que hablan, gigantes, quimeras monstruosas, caballeros andantes-, de los cuales su mayor enemigo es su propia y omnipresente sombra. Estamos ante una historia de desarrollo y transformación personal cuyo protagonista ha de atravesar un paisaje misterioso que simboliza el paso de su propia alma por el reino de la muerte.

 

Opinión:

 

Violeta Lila

En la luminosa y a la vez inquietantemente extraña novela de George McDonald, "Fantastes" (1858), encontramos una visión extraordinaria de la conciencia humana, plasmada en un cuento de hadas para adultos: un relato tan transformador para el lector como para su protagonista, Anodos. Desde el momento en que Anodos despierta y descubre que su habitación mundana se abre al misterioso reino del País de las Hadas, los lectores son igualmente invitados a cruzar el umbral de un paisaje lleno de profundo simbolismo, pruebas espirituales y despertares personales.

La influencia de MacDonald en los grandes de la literatura está bien documentada: C. S. Lewis escribió sobre la profunda transformación espiritual e imaginativa que experimentó al leer  esta novela por primera vez. «Unas horas después supe que había cruzado una gran frontera», recuerda Lewis. Este elogio insinúa la fuerza de la novela: su capacidad no solo para contar una historia, sino para transformar el mundo interior de quienes recorren sus páginas.

La trama en sí misma desafía cualquier resumen fácil: un paisaje onírico y sinuoso donde nuestro protagonista se mueve entre encuentros con árboles sensibles, estatuas llenas de vida, caballeros y sombras monstruosas. Su camino evoca precedentes mitológicos -reminiscencias de Orfeo y Eurídice, Pigmalión y Galatea-, pero trasciende la mera imitación. Más bien, MacDonald, inspirándose profundamente en el Romanticismo alemán y Novalis, reformula estos elementos prestados en algo completamente original y cautivador.

Las experiencias de Anodos simbolizan sus luchas internas y su maduración espiritual, especialmente su tensa relación con el amor y el idealismo. Su búsqueda de la mujer de alabastro, una figura que cobra vida vívidamente a través de la música y el anhelo, personifica la tensión entre el ideal inalcanzable y la verdadera conexión emocional. El autor navega por estas profundidades filosóficas con una prosa lírica que, a veces, resulta de una belleza extravagante; su estilo, un tapiz exuberante que logra sentirse simultáneamente arraigado en la realidad y suspendido en el encanto.

Sin embargo, el poder de la obra no reside en un único hilo o momento, sino en su efecto acumulativo. El País de las Hadas de MacDonald dista mucho de ser caprichoso o reconfortante; en cambio, suele ser oscuro, inquietante y moralmente complejo. La sombra omnipresente que sigue los pasos de Anodos sirve como una conmovedora representación de la inseguridad y el temor existencial, desafiándolo -e implícitamente, a los lectores- a confrontar su oscuridad interior.

La narrativa está impregnada de resonancia alegórica sin caer en el didactismo, un delicado equilibrio que permite al lector extraer significados moldeados por sus experiencias personales. La novela se resiste a una interpretación definitiva, permaneciendo esquiva en el mejor de los sentidos: cada relectura ofrece nuevas perspectivas que responden a las cambiantes circunstancias vitales del lector.

A lo largo de toda la obra, la habilidad de MacDonald como escritor mitopoético brilla con luz propia, su capacidad para proyectar realidades internas hacia el exterior, creando visiones tangibles y cautivadoras de belleza y peligro. Los paisajes emocionales de "Fantastes" oscilan fluidamente entre la pesadilla y la revelación, la desesperación y la redención, reflejando la intrincada interacción entre las aspiraciones espirituales de la humanidad y las pruebas terrenales.

En esencia, "Fantastes" no es simplemente una novela de fantasía -ni la primera de su tipo dirigida específicamente a adultos-, sino una profunda exploración de lo que significa crecer, soñar y, en última instancia, despertar. MacDonald invita a sus lectores no solo a observar el viaje de Anodos, sino a emprender su propia y prometedora transformación para aquellos lo suficientemente valientes como para seguir su imaginación.

Este libro, atemporal en su belleza poética y profundidad filosófica, es más una novela para leer que para experimentar: una historia que resuena de forma única en cada persona que se adentra en su encantador y misterioso mundo. Como el propio Anodos descubre, también lo hará el lector: el verdadero viaje en la novela conduce al interior, a reinos de autoconciencia y renovación espiritual. Es una peregrinación que todo lector reflexivo debería emprender al menos una vez, con la certeza de regresar transformado.

Maravilloso.

*Publicado por Atalanta.

 

Violeta Lila

 

SOMBRA

 

Moisés Álbatin

"Fantastes" es una novela de aventuras y fantasía llena de significados e intrepretaciones, pero también se asienta en el clásico género del joven que debe superarse a sí mismo hasta llegar a su madurez. Por ambas cosas, clasificaré la novela como un bildungsroman simbólico, o novela de aprendizaje interior, donde el protagonista se ve obligado a caminar hacia adelante en un mundo desconocido e inhóspito, unas veces mágico y luminoso y otras agresivo y tenebroso.

George MacDonald, siendo uno de los pioneros de este género en su versión moderna, tiene no solo el mérito de cumplir con su objetivo, sino de entretener por el camino. Si bien, he encontrado algún pasaje en el que el autor justifica en exceso las acciones de algún personaje, o divaga demasiado sobre alguna acción con la intención de desvelar algo del significado simbólico que ha utilizado más allá de lo literal cuando, en realidad, no es necesario, ya que es tarea de cada lector sacar sus conclusiones y respuestas.

Estas pocas divagaciones, se ven compensadas cuando nos encontramos con algunos de los mejores trazos de la prosa fantástica de todos los tiempos, como el relato de Cosmo, un audaz joven que se enamora de una espectral dama que aparece en un misterioso espejo adquirido en una tienda de antigüedades; o el fragmento en el que Anodos llega a una remota isla donde se encuentra una pequeña cabaña con cuatro puertas, una por cada punto cardinal, habitada por una anciana con una carga simbólica muy poderosa.

Por último, me gustaría destacar los pasajes en verso que se encuentran en la novela y que recitan o cantan el protagonista u otros personajes, los cuales cabe analizar con detalle. En definitiva, "Fantastes" es una novela de obligada lectura para todo el que ame el género fantástico.

 

Moisés Álbatin

 

 

 

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