Anika entre libros

Facendera

Ficha realizada por: Darío Luque
Facendera

Título: Facendera
Título Original: (Facendera, 2022)
Autor: Óscar García Sierra
Editorial: Anagrama
Colección: Narrativas Hispánicas


Copyright:

© 2022, Óscar García Sierra
© 2022, Editorial Anagrama, S.A.

Edición: 1ª Edición: Mayo 2022
ISBN: 9788433999535
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela corta novela social juventud vida rural literatura española León España salud mental crisis psicofármacos mentiras novela de personajes narrativa secretos
Nº de páginas: 160

Argumento:

En medio de una fiesta improvisada, el narrador le explica a Aguedita una historia sobre mentiras, salud mental y frustración juvenil ambientada en un pueblo leonés. El relato trata sobre la relación entre el hijo de la farmacéutica y la hija de El de los piensos, cuyas esperanzas empiezan a demolerse cuando contemplan el estado ansioso y letárgico en el que viven los habitantes del pueblo tras la clausura -y futura demolición- de la central térmica que durante años había asegurado la vida laboral de la zona. La historia, que no tarda en incorporar al narrador en su propia trama, discurre por temas y motivos sorprendentes que hacen de "Facendera" una novela única: coches tuneados, polvos en las ruinas de la ermita, robos en el polígono industrial, experimentos y peleas con gallos, turbios mensajes en bancos y en lavabos públicos y, por encima de todo, una búsqueda desesperada de 'ladrillos', fármacos psicotrópicos que se ofrecen como la única solución viable para una generación hundida en la miseria.

Tras lograr la fama con el poemario "Houston, yo soy el problema", el leonés Óscar García Sierra retrata en esta novela el espíritu desesperanzado de su generación en el mundo rural.

 

Opinión:

 

Como el narrador le explica a Aguedita en medio de una fiesta, al principio de la novela, la facendera es una forma de trabajo comunitario propia de León, que solía movilizar a todo el pueblo con un mismo fin. Óscar García Sierra propone, en este caso, que el objetivo de su facendera sea el relato, el acto de contar historias; por eso su novela no puede entenderse sino como una historia formada por otras historias, a menudo en forma de mentiras, como unos 'aventis' trasladados al mundo rural y a una generación más reciente. El uso de una estructura clásica y compleja, como es la narración enmarcada o relato-marco, permite al autor trabajar con dos niveles que se van alternando hasta fusionarse. El primero de ellos relata una mudanza convertida en fiesta improvisada, en la cual el narrador emprende un relato oral sobre sus raíces leonesas para seducir, por medio del ingenio y de la palabra, a su interlocutora, Aguedita. El segundo nivel es precisamente ese relato oral, que en un primer momento se presenta como algo inconexo a la narración principal y que, sin embargo, poco a poco infiltra algunos elementos del otro relato.

El relato se inicia focalizado en un personaje singular: el hijo de la farmacéutica, que deambula por el pueblo en busca de botes de 'ladrillos' (término que designa a los ansiolíticos consumidos por gran parte de los vecinos) para hacer negocios con un traficante. Desde el principio se plantea el tema de la salud mental como una gran sombra que acecha a todo el pueblo, pero al mismo tiempo se pone de relieve su estigma, pues son muchos los personajes que no se atreven a acudir al médico en busca de una receta, y por eso recurren a las mentiras y a los trueques para conseguir esos codiciados ladrillos. Este es el caso de la hija de El de los piensos, que en un primer momento trató de loco a su novio, el hijo de la farmacéutica, pero tras morir él en un accidente empezó a depender también de los mismos ansiolíticos que obsesionaron a su compañero. Es ahí donde entra en escena el narrador, que por aquel entonces había dejado la universidad y había regresado al pueblo, con una angustiante sensación de fracaso. Al descubrir que su madre también se medica con ladrillos, la hija de El de los piensos trata de sobornar al protagonista para sacarle algunos ansiolíticos, y él no duda en aprovecharse de la situación para su propio beneficio.

La historia se completa con una serie de episodios que sirven para caracterizar a los personajes y para ahondar en el retrato de esa generación frustrada y hundida en la miseria: por ejemplo, el orgullo del hijo de la farmacéutica al conducir cada fin de semana un coche tuneado, sus encuentros sexuales en las ruinas de la ermita y los intentos de robo en la central térmica abandonada, así como los experimentos y peleas con gallos que lleva a cabo El de los piensos. Mediante estas historias, se enfatiza no sólo la desilusión en la que viven los personajes, sino también la brecha generacional que separa a los jóvenes de los mayores, y la tendencia a construir sus propias vidas alrededor de la mentira. Todo ello, además, se narra mediante una mezcla de lirismo y oralidad que sólo un poeta podría conseguir.

Así pues, esta "Facendera" de Óscar García Sierra pone a varios personajes y a todo un imaginario -a ratos personal y a ratos generacional- al servicio de un único fin, que es el de contar historias. Eso sí: unas historias arraigadas en las preocupaciones sociales más vigentes, y que sin lugar a dudas van a sacudir la conciencia de muchos lectores.

 

Darío Luque

 

 

 

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