Este whisky está de muerte

Opinión:

"Este whisky está de muerte" es la primera novela de Natalie Jayne Clark y ha sido publicada por Maeva Ediciones dentro de su colección Maeva Noir.

Respecto de la autora, cabe señalar que su interés por el whisky viene de tiempo atrás, desde cuando era estudiante, aprobando luego sus exámenes de Embajadora del Whisky con la máxima calificación, convirtiéndose entonces en Embajadora del Whisky acreditada, una función que ejerce con dedicación en esta novela.

La narración se mueve a dos niveles, estando por una parte el momento actual con los quebraderos de cabeza de Eilidh y de Morag, contados en primera persona, casi siempre por Eilidh, excepto un capítulo en que será Morag quien tome la vez; por otra aparece un personaje esquivo, que se parapeta en una voz neutra en segunda persona, como si se contase a su propio yo, tanto lo que ocurrió tiempo atrás como, pues va avanzando y acercándose al tiempo presente, lo que está ocurriendo ahora, como no se identifica, serán las pesquisas de Eilidh las que vayan dando forma a esa especie de fantasma que se percibe en la lectura.

Cuando comentaba antes lo de los quebraderos de cabeza, no sólo era por poner en marcha la destilería, abandonada durante bastantes años, y que les supondrá bastantes complicaciones; sino porque estas se verán agravadas por el recelo local, ya que los habitantes del lugar están bastante escamados por fiascos anteriores y si ocurriese otro tanto ahora, podría marcar la decadencia definitiva de la zona.

Claro que todo eso se combina también con el asunto de los dos cadáveres muy bien conservados en las barricas, algo fácil de imaginar y de comprender, pues el alcohol es un perfecto conservante, como le oí decir a mi abuelo cuando asistía a una exhumación, como siempre se había llevado una silla plegable para estar cómodo en primera fila, y se refería a las costumbres en vida del que estaba allí dentro, un familiar político que nunca le cayó bien.

Siguiendo con el whisky, si la persona que lee el libro es aficionada a paladearlo, casi seguro que hará un maridaje entre la lectura y las experiencias y sensaciones de degustar ese buen whisky, si es de malta como en el título original, tanto mejor, pero tampoco hay que ponerse exquisitos con el tema, pues eso, con ese buen whisky de las buenas ocasiones y esta seguro que lo será.

No obstante, si no hay esa afición por el whisky, también podrá pasar que marque el inicio de una buena relación, todo es ponerse, pues aquí hay muy buena y extensa información sobre todo el proceso de elaboración y también sobre las características que tendrá un buen whisky escocés.

Y tal como merece un buen licor, la historia va a su ritmo, dejando caer pizcas de información, suficientes para que cuando llegue el desenlace haya pocas sorpresas, alguna sí, por descontado, con un final donde lo más importante es que la destilería salga adelante.

Selin