Especie

Opinión:

A Pilar Fraile la conozco virtualmente hace muchos años, he reseñado algunas de sus obras, tanto novela como relatos, pero nunca su poesía y ésta ha sido la oportunidad para hacerlo y de conocerla personalmente, pero esa, esa es otra historia…

El libro se divide en cinco partes que son: Sublengua, Manada, Exterminio, Destiempo y Será plaga, títulos que nos indican levemente hacia dónde va el sentido de su obra, pero aún hay más, mucho más.

Es que Pilar Fraile nos entrega todo un universo contenido en este poemario, con palabras como agujas que se hunden en tu piel y dejan una huella indeleble, como si fueran un tatuaje… Poemas breves e intensos, que marcan un ritmo propio, sobre el que se componen, como un caleidoscopio de recuerdos, historias, experiencias y, por supuesto, inspiración.

Versos que parecen que te van a estallar, breves como espasmos, pero llenos de contenido, versos que resuenan, que te retumban dentro como tambores ancestrales, como si pulsaran al son de latido de nuestro corazón, porque nos hablan de nuestro pasado, desde el recuerdo, de la memoria familiar, desde sus vivencias. Y nos acercan al futuro, con reflexiones sobre ciencia que supera la imaginación...

Son poemas sonoros, que se leen en voz alta -o en silencio, claro-, pero que atan, crean vínculos, logran emocionarte, porque hay que leerlos con calma, más de una vez, no es fácil el camino, porque tienen una estructura particular, rozan el dadaísmo, y provocan sensaciones diversas, no solo al leerlos, sino al verlos en texto.

No, no es poesía al uso, os prevengo por si acaso, es poesía que fluye diversa y dispersa, que no parece tener contención, pero la tiene, nos habla desde bien dentro, con palabras como dagas, a veces, o como arrullos, que nos platican desde la memoria, con recuerdos, con miradas al pasado, con atisbos al futuro…

En este sentido, las notas a pie de página dan contexto a la temática de cada capítulo, nos cuentan de nuestros antepasados, las migraciones, de la muerte en una época oscura de España y la memoria de la abuela y la madre de la autora, de sus voces, que ahora forman parte de su voz. Y del futuro que se vislumbra.

Así, puedes leer el libro con las notas, pero también sin ellas, o leerlas todas al principio o al final, hay diversas formas de leer el poemario, depende más bien de tu curiosidad como lector o lectora.

Respecto a su edición, que es sencilla, pero sublime, me gustaría algún día verlos ilustrados, en alguna edición especial, en una versión con collage o a la tinta, con poco color, pero con intensidad visual, porque estos poemas se prestan a ello, están para gritarlos incluso, en una acción de arte, convertirlos en un eco multitudinario, no están para dejarlos en silencio en una estantería…

Se recomienda encarecidamente que se lea con calma, una o dos veces (o las que prefiera usted), que pause, que emprenda el vuelo otra vez, que vuelva a la casilla de partida, y vuelva a leer… disfrute el paisaje, cierre los ojos, ábralos desde dentro, no descuide detalle, no se pierda o piérdase en ellos. Pero no se quede indiferente. Se ruega encarecidamente que deje este libro en su mesita de noche, o donde usted prefiera, pero no le quite el ojo de encima, vuelva a él con gozo, o con tristeza, arranque una lágrima. O dos. Y reflexione.

Poesía con sentido… ¡recomendadísimo!

Carol Inabé Barba