españa, republica de trabajadores

Título: españa, republica de trabajadores
Título Original: (título original en caracteres rusos)
Autor: Ilya Ehrenburg
Editorial:
Melusina
Copyright: Traducción del ruso: N. Lebedef
Primera edición: septiembre 2008
© Editorial Melusina, S.L. 2008
ISBN: No definido
Etiquetas:
Argumento:
Se trata de una serie de artículos breves en los que el escritor
y periodista ruso Ilya Ehrenburg realiza un análisis bastante
pormenorizado de las principales deficiencias y contradicciones de "La República
de los Trabajadores", un sistema político instaurado en España a principio de los
años 30 y que sin embargo continuaba manteniendo y fomentando las desigualdades
sociales, los abusos de poder, la represión policial, los privilegios de las clases
más acomodadas y el abandono de las más humildes y necesitadas.
En sus textos
Ehrenburg describe una España que seguía siendo bastante ultraconservadora,
atrasada, pobre culturalmente y anclada en un sistema de producción económica medieval.
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Opinión:
España, república de trabajadores habla de la España
a la cual se refería
Antonio Machado – y a la que también
cantaba Serrat – en su poema "Del pasado efímero":
una España de "individualistas" representados perfectamente en la descripción que
el poeta hace de ese "hombre del casino provinciano" aficionado al juego,
al flamenco, a los toros, a la caza, al buen yantar y al goce erótico-festivo con
unas y con otras. Se trata pues de un sujeto pasivo e inútil que pasa las horas
muertas sentado en un café observando a la gente que deambula de un lado al otro
de la calle mientras se distrae haciendo círculos con el humo del tabaco, pensando
en nada; un sujeto inculto y anodino – que incluso puede ejercer como abogado, funcionario
del estado, capitalista, terrateniente, clérigo o político - "taciturno, hipocondríaco"…
en definitiva un hombre que, como decía el poeta, no "es de ayer ni es de mañana,
/ sino de nunca; de la cepa hispana / no es el fruto maduro ni podrido"
sino "una fruta vana". Lo que pasa es que este poema fue publicado en 1912
y poco podía imaginar entonces el poeta que cuando se instaurase en España por fin
la soñada "República de Trabajadores" la burguesía encontraría también confortable
acomodo en el nuevo sistema político, manteniendo sus privilegios y dando de lado
a los obreros o al campesinado cuya penosa situación no mejoría en absoluto, más
bien se quedaría estancada en un lamentable callejón sin salida.
Cuando
Ilya Ehrenburg llega a España a principio de los años 30 descubre
que este "individualismo" se encuentra profundamente enraizado en la sociedad española
del momento pero no sólo en el ciudadano de a pie sino también en los encargados
de gobernar la nación. Estos "individualistas - políticamente incapaces e intelectual
y culturalmente nulos - viven además en la eterna contradicción del que parece predicar
y defender una idea a ultranza y luego actúa y hace algo que se opone por completo
esa creencia.
Ehrenburg piensa que precisamente fue ese arraigado individualismo
el que impidió qué la República de los Trabajadores consiguiera afianzarse firme
y sólidamente en la sociedad española de entonces. Así la presunta República de
los Trabajadores apoyó a la Monarquía negociando, por ejemplo, con Alfonso XIII
su viaje de Madrid a París o siguió permitiendo que en los extensos latifundios
de Extremadura poderosos terratenientes – así como empresarios, curas y frailes
del resto de España - continuaran manteniendo sus privilegios de clase, cometiendo
todo tipo de abusos con sus jornaleros, prohibiendo sindicatos o reprimiendo huelgas;
es decir: fomentando un sistema feudal que pervivía desde el siglo XII. Mientras,
en la mayor parte del país, las clases más bajas sufrían mal nutrición, enfermedades,
careciendo de los más elementales medios de subsistencia: aguas, alimentos, medicinas,
formación académica y/o centros de salud.
Parece que (en opinión del autor del libro) la República de los Trabajadores se
ocupó tan sólo de cambiar los nombres de las calles y de proteger a los mismos de
siempre. Por ejemplo, la misma policía, que en la dictadura de
Primo de Rivera reprimía y asesinaba
a obreros y a comunistas, continuaba estando al servicio de la República de los
Trabajadores, cometiendo los mismos desmanes o incurriendo con frecuencia en abusos
de poder. Incluso algunos de estos sicarios en premio a su "excelente labor" fueron
recompensados con altos cargos dentro del estamento policial.
En lo único que muestran gran habilidad estos "individualistas" es en hacer de de
la teatralidad y de la hipocresía su modus vivendi.
Sin embargo,
Ehrenburg sí encuentra que "el valor, esa virtud histórica del pueblo
español, sólo se conserva entre los obreros y campesinos" ya que supieron
ser solidarios, generosos y auténticos en una España individualista, egoísta y falsa.
En su opinión, sólo ellos fueron capaces de morir con dignidad al ser fusilados
por la Guardia Civil de la República.
Como se podrá deducir de todo lo anteriormente expuesto, "España, república de trabajadores"
es un texto claro, valiente, siempre interesante, literariamente muy válido y que
posee un enorme poder de convicción. Aunque en ningún momento oculta su vocación
de panfleto revolucionario lo cierto es que en muy pocas ocasiones uno tiene la
sensación de que Ehrenburg esté faltando a la verdad o falseando
la realidad de los hechos descritos lo cual le añade un valor suplementario como
documento de una época en la que nunca está mal indagar o profundizar.
Joseph B Macgregor
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Comentario de los lectores:
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