Eso no estaba en mi libro de cine de terror

Opinión:

Empezando por el uso de las famosas "linternas del terror" del siglo XVII, en los teatros, con los juegos de sombras que tanto atemorizaban al público de aquellas épocas, promovidos por los hermanos Lumière, Antonio Míguez nos asegura que el cine y el miedo siempre han estado unidos. Así comienza "Eso no estaba en mi libro de cine de terror", un gran ensayo por parte de este crítico de cine.

Aquí vamos a leer sobre hechos curiosos que ocurrieron dentro de la industria hollywoodense, en diferentes épocas, además de conocer más sobre la historia del cine de terror, que va íntimamente ligada a la de la literatura. El cine mudo, con sus más y sus menos, el expresionismo alemán con sus cintas malditas como "Nosferatu" o "La casa del horror".

Sabremos más sobre el "Satanic panic" que asoló Estados Unidos en los setenta. Una avalancha de libros y sobre todo películas que trataban el tema del demonio y sus diferentes manifestaciones. Los casos emblemáticos, como "El exorcista". Aquí el autor nos expone una teoría muy curiosa y hasta excéntrica que afirma que "El exorcista 2" y "Apocalipsis Now" comparten en esencia el mismo guion.

También, un análisis sociopolítico sobre las películas de zombis de George A. Romero que me ha parecido especialmente interesante: el zombi como un símbolo de la segregación racial existente en la década del los sesenta. Míguez analiza la trilogía "...of the dead" para hablar de estos temas, criticar al capitalismo en la segunda parte, "El amanecer de los muertos", donde la acción se desarrolla en un gigantesco y desolado centro comercial... Verdaderos clásicos que quedaron grabados en las retinas de miles de jóvenes de aquella época, entre los que me incluyo.

Ed Wood y sus películas estrafalarias y absurdas que lo llevaron a ser sindicado como "el peor director del mundo". Increíblemente, aquí el autor nos expone cómo en la saga de videojuegos Resident Evil podemos encontrar ecos de sus creaciones. No lo olvidemos, Ed Wood era un verdadero personaje, un alcohólico maniático que filmaba películas de nulo presupuesto y argumento, pero que gracias a estas pasó tristemente a la Historia.

El género slasher que tuvo su gloria en los ochenta, y cuyo máximo exponente fue la saga "Viernes 13" con el villano Jason Voorhees inundando las pantallas y los posters, tal como podemos verlo en la portada de este mismo libro. La saga de Halloween, con Michael Myers, quizás incluso más famosa... Directores como John Carpenter, Stanley Kubrick. Épocas doradas del cine de terror, pero ¿es cierto que el propio Kubrick estuvo a punto de dirigir "El exorcista"? ¿Qué hubiera pasado si Kubrick hubiera tomado las riendas del proyecto? Y es que este último tenía ideas diametralmente opuestas a las de William Friedkin, que fue elegido finalmente como director.

Ya en los noventa y dos mil, las películas estilo "found footage", que no llegaron a gustar especialmente entre el público, a excepción de joyas aisladas como "El proyecto de la bruja de Blair". El propio George A. Romero se atrevió a llevar su saga de zombis a este nuevo tipo de filme, donde se nos muestra la acción desde el punto de vista del protagonista, como si este estuviera sosteniendo la cámara. El autor sostiene que aquí se perciben ya muestras de que el género está agotado, pero rescata algunos ejemplos dignos de mención.

Se repasa el auge de los vampiros y los hombres lobo, con sendas piezas que apelaron un poco más al humor y por eso tuvieron éxito: "Noche de miedo" y "Un hombre lobo americano en Londres". Lo sabremos todo sobre los guiños y homenajes ocultos, los FX, los diseños de vestuario... Otra gran joya inolvidable fue "El aullido", aunque más estrictamente de terror.

La reescritura en clave cinéfila, en los 90, de dos grandes clásicos de todas las épocas, como Drácula y Frankenstein. Francis Ford Coppola y Kenneth Branagh dirigieron dos películas que se sienten muy cercanas, más como una historia de amor encubierta bajo las capas del terror gótico. Ambas son ya obras maestras de toda la vida.

El cine japonés, por supuesto, no puede quedar atrás, y se analizan clásicos como "Kwaidan" y sus fantasmas de pelo largo, y el porqué de su fisonomía. Ya en el cine más contemporáneo, joyas del horror extremo como "Audition" o "Coldfish", no aptas para el gran público pero que dejaron una gran marca en el público asiático.

Me gustó además que Antonio se atreviera un poco con otra joya extrema como "El ciempiés humano". Nos contará sobre el delirio que significó su filmación, su constante censura y retiro de fondos.

Esto es de lo que más he disfrutado del libro, que en general me ha parecido muy solvente. En el interior acompañando la narrativa el lector encontrará fotogramas de diferentes películas.

No puedo más que recomendarlo, lo tiene todo para los cinéfilos empedernidos como nosotros. A no dejarlo pasar.

Un diez.

Violeta Lila