Anika entre libros

Entrevista a Jaume Salinas por "Señales. Historias invisibles de la vida cotidiana"

"El trabajo reflejado en el libro fue realizado a lo largo de dos años, durante los cuales me iban llegando de forma continuada todo una serie de experiencias "extrañas", de distintas personas amigas y conocidas mías."

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Mayo 2004

 

Jaume Salinas nació en Barcelona, estudió Sociología y se diplomó en Ciencias Empresariales por la Universidad de Barcelona. Con los años y precisamente animado por su inquietud, recopiló una serie de experiencias personales de amigos, conocidos y familiares que dieron lugar a un libro muy particular: Señales, Historias invisibles de la vida cotidiana, donde detalladamente y sin florituras se nos relatan experiencias vividas por gente corriente que te hacen pensar irremediablemente que existe algo más después de la muerte. Hablamos con él del libro, de su faceta de editor y también de otras cosas.

 

 

ENTREVISTA

 

Jaume, has escrito y publicado dos libros, Avui convido jo (Hoy invito yo) y Señales (Historias invisibles de la vida cotidiana), y ambos tratan temas muy distintos ¿qué es lo que te hace decidirte por un tema concreto?.

"Avui convido jo", mi primer libro, fue un resumen de mi percepción y experiencia vitales, cuando ya había cruzado el ecuador previsible de mi vida y el tiempo destinado a la reflexión personal empezaba a ser mayor que el destinado a la acción. Es decir, cuando se empieza a mirar más hacia "dentro" que hacia "fuera".

También, claro está, puede surgir un proyecto como el de "Señales", el cual aunque aparentemente se aparte del proyecto inicial, personalmente creo que están relacionados, desde una perspectiva que nos conduce a una visión no materialista de la vida, aspecto muy importante en mi particular concepción de la misma.

El objetivo de ambos libros es similar: el que cada uno haga sus propias reflexiones de lo que es la vida y de lo que es "su" vida y aceptarse tal como es, con sus "luces" y nuestras "sombras", ya que lo uno va indisolublemente unido a lo otro. (Avui convido jo); o el que recuerde y analice determinadas experiencias de su vida, desde una perspectiva más amplia, para que, a su vez, pueda ampliar su concepción de la vida (Señales). La frase P. Eluard con la que se abre el libro resume perfectamente el objetivo: "Hay otros mundos, pero todos están en este".

 

Los dos están escritos originalmente en catalán ¿sólo has traducido "Señales"?

"Avui convido jo" también está traducida al castellano, pero no lo he editado en forma de libro, entre otros motivos porque entre la aparición de la versión catalana (año 2000) y la traducción al castellano (año 2002), algunos de los temas habían quedado obsoletos dado el rapidísimo desarrollo de los acontecimientos de nuestro día a día.

Uno de mis objetivos personales, es readaptar "Avui convido jo" a la versión castellana, con menos temas, pero tratados más ampliamente. En definitiva hacer un libro nuevo.

 

Ya que es el segundo libro del que vamos a hablar, centrémonos en él. ¿Qué cuenta "Señales"?

Soy consciente de que es difícil enmarcar esta obra (¡esta manía que tenemos los humanos de establecer clases y categorías, para poder hacer después valoraciones!), pero con toda seguridad no me gustaría que se la catalogase como de "paranormal" u otros calificativos similares, por la carga peyorativa que presupone y porque fácilmente son términos propicios en crear y creer en fantasías, mucho alejadas de la realidad. Puesto que son vivencias únicas y mucho personales, las he titulado "Señales: historias invisibles de la vida cotidiana", porque así son para quienes han sido sus protagonistas.

Hay un total de treinta narraciones, y cada una es representativa del tipo de vivencias que tuvieron los protagonistas. El criterio de agrupación es totalmente subjetivo, pero con el fondo común del especial sensibilidad de quienes las protagonizan, sin que ningún apartado tenga un peso específico concreto respeto de los otros, pese a el número de relatos de cada apartado. Las presento en forma novelada y con los nombres cambiados, para respetar la intimidad personal. En la mayor parte de las historias utilizo la primera persona a la hora de narrar la vivencia, tal y como me la transmitió quién la tuvo. En las restantes utilizo la tercera persona, porque quién me la explicó conoce personalmente a quien la vivió. Quiero evitar aquello de "leí una vez un caso de un hombre que vivía a las afueras de Boston..." y otros de similares. De esta forma la historia se llena de credibilidad.

No existe ningún finalidad proselitista ni mucho menos espiritual, pese a que algunas tengan una fuerte carga de espiritualidad. Personalmente me considero un "creyente-agnóstico", porque creo que todas las religiones son válidas ya que nos hablan del mismo, pero con leyendas y símbolos diferentes, propios de cada cultura, para aproximarse a su origen. No creo en las organizaciones que puedan arropar a las religiones. En otras palabras, valoro más el sentido de la religiosidad que no la religión, ya que entiendo aquélla como una actitud y una predisposición de conectarnos ('religar-noes') con nuestra propia dimensión superior. En cambio una organización es la que decide que es lo "bueno" y que es lo "malo", laminado el principio de libertad individual. Pero esto es harina de otro costal y nos aleja del tema que nos ocupa.

Volviendo a tu pregunta, he intentado plasmar la diferencia entre los fenómenos físicos de los reales. Lo que hasta hace bien poco era considerado como experiencias casuales, ridículas o "supersticiones", por quien sólo acepta como existencia válida y única nuestra realidad física, cada vez es más aceptado como factible en determinados campos de la Física. En este sentido, las investigaciones de Rupert Sheldrake pueden ir en este camino (p. e. los campos mórficos), de Jung con las sincronicidades, así como las aportaciones de filósofos como Ken Wilber, cuando nos habla de las dimensiones superiores, a las cuales sólo se puede llegar a través de nuestra mente; o más recientemente, y a partir de los trabajos del neurólogo Olaf Blanke, en que si bien se ha identificado la región cerebral (la 'girus angular') que tiene una importancia decisiva en los fenómenos de desdoblamiento corporal -los llamados "viajes astrales"- no se puede explicar ni comprender sus mecanismos ni su finalidad, exclusivamente desde la vertiente física. También hay que mencionar los trabajos de Robert Monroe, y que en su obra "El viaje definitivo" nos presenta la posibilidad de desarrollar y ampliar la potencialidad de nuestra mente.

En definitiva, estas experiencias pueden ser interpretadas también como señales de otra realidad. Unas señales invisibles o irreales para quien sólo quiere ver la realidad material, pero reales para quien conscientemente ha vivido estas experiencias. Un aporte más en la línea de la frase de en P. Eluard ya mencionada anteriormente.

 

¿Cómo llegaron las historias hasta ti?

El trabajo reflejado en el libro fue realizado a lo largo de dos años, durante los cuales me iban llegando de forma continuada todo una serie de experiencias "extrañas", de distintas personas amigas y conocidas mías, muchas de las cuales una vez han visto su vivencia, negro sobre blanco, la han valorado mucho más y les ha servido, incluso en algunos casos, para descubrir una dimensión nueva de su vida y de su existencia. Eso me hizo valorar también un par de experiencias personales y recuperar una vivencia de mi abuela, también incluida en este libro, y que me había explicado en numerosas ocasiones cuando yo era aún un crío y que durante muchos años siempre la "valoré" como una historia sin sentido, propia de una persona anticuada y supersticiosa.

 

Debieron darte mucha confianza para publicarlas como experiencias reales...

La verdad es que cuando escuchaba algunas de estas experiencias por boca de una persona que en su ámbito personal y profesional tiene una reputación de "seria y formal", nada fantasiosa y que se limitaban a contármelas tal cuales, desnudas de cualquier tipo de explicación, me obligaba a pensar que no podían estar inventando aquello, sobre todo cuando en varias ocasiones el "patrón" de la experiencia, por decirlo de alguna forma, era el mismo, pero que se manifestaba en personas diferentes, alejadas entre sí en el tiempo y en el espacio.

 

¿Hay alguna en particular que te haya puesto los pelos de punta?

La primera de todas, la del "ayudante" fue como un choque, un bofetón, un desafío a mis propias convicciones. En otras, como la del cambio de dirección del tren, la verdad es que no me apetecería haberla experimentado.

Evidentemente, todas las experiencias con la "ouija" me dan "yuyu", ya que siempre he considerado este instrumento que trae muy mal rollo.

Si hubiera que destacar alguna quizás sería la de la mujer que se dejó influenciar por una "predicción" hecha sin ton ni son y que por poco le cuesta la vida. También es muy dura la experiencia sufrida por una joven que había perdido a su hermano de forma dramática y que había afectado totalmente a su madre y a la vida familiar en general.

 

¿Desechaste alguna experiencia cuando hiciste la selección o entraron todas en el libro?

Evidentemente tuve que hacer una selección y más que desechar, lo que hice es posponer su publicación para una posible segunda parte.

De las treinta historias, como en todo libro de relatos, las hay de muy "potentes" y otras de más "suaves", aunque por las opiniones recibidas, algunas que consideraba de suaves, para algunos han sido valoradas como significativas, y otras al revés.

Sí he "desechado", si así puede decirse, aquellas experiencias en las que no había más de un testigo: el propio interesado. Si analizas los relatos, en todos ellos hay más de una persona que interviene en la historia, con lo que la posible "sugestión" o "invención" del protagonista es imposible. Otra cosa es la posible explicación, a la que yo me he negado, ya que carezco de los conocimientos suficientes. En la bibliografía que acompaño, hay suficientes obras como para quien quiera profundizar o "necesite" una explicación, pueda encontrar pistas. En la respuesta a la pregunta 3, indico algunas de ellas.

 

¿Has reunido más como para hacer ya una segunda parte?

En estos momentos ya tengo unos cuantos relatos como para empezar a valorar la posibilidad de una segunda entrega. Algunos de ellos muy interesantes, porque siguen apareciendo lo que yo denomino "personajes virtuales", como el de la "viejecita simpática", protagonista de una bonita experiencia vivida en las calles de Madrid.

 

Personalmente disfruté mucho con Señales porque las historias que cuentas son extrañas pero sospechosamente creíbles... esto te pone, como ateo, entre la espada y la pared ¿Era esa la meta o parte de ella?

He de hacerte una importante matización, no soy ateo. Como te he señalado en el apartado 3, me considero un "creyente-agnóstico", pero sí he de confesar que soy anticlerical. No como los de la antigua usanza de "quemar conventos" y romper estatuas de santos. Esta actitud, aunque algunas veces podía tener alguna explicación, por el contexto histórico, para mí es injustificable y sin sentido. Mi anticlericalismo se basa en mi convencimiento que para conectar con lo que podría llamar "la divinidad o el principio divino" no me hace falta ningún cura, rabino o imam, me basto yo solo.

Hablamos con demasiada frecuencia de Dios, a favor o en contra, pero no tenemos ni la más puñetera idea de lo que es. Lo que seguro no es Dios, en mi opinión, es tal como nos los describen los diversos libros considerados como sagrados: Biblia, Corán, etc..., ya que en todos ellos se le describe con evidente atributos humanos: bondadoso, colérico, vengador, generoso, cruel, etc. En definitiva, soy un anticlerical muy respetuoso y tolerante ante quién tiene una práctica religiosa sincera y es igualmente tolerante hacia los demás.

Insisto que en "Señales: Historias invisibles de la vida cotidiana", se recogen experiencias personales y no se pretende, a partir de ellas, explicar o demostrar nada, porque mucho me temo, y siguiendo el viejo adagio: Cuanto más sabemos de las cosas, menos las conocemos.

 

¿Qué conclusiones has sacado al escribir estas historias?

Hay que vivir la vida en plenitud, con apertura de miras, ser receptivo a todas las señales que constantemente recibimos de otras realidades que por no ser físicas dejan de ser menos reales.

Más allá de la materia, está la energía que la anima. Ten presente el principio que la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Somos energía y toda nuestra vida es energía, desde lo que pensamos, deseamos o hacemos en todos nuestros actos, desde que venimos a este mundo, a través de una primera inhalación de aire, hasta que nos vamos, en el momento de la muerte, a través de la última exhalación.

Estamos todos interconectados e interrelacionados de una forma indisoluble. Es lo que los antiguos ya definían como la Unidad. Somos uno, pero que nos manifestamos de una forma plural y diferente, pero no separada. El gran mal de nuestro mundo actual es que lo diabólico, es decir, la separación, quiere imponerse a través de múltiples formas: materialismo sin sentido, consumo material desenfrenado, enfrentamientos de todo tipo, competitividad sin sentido y un largo etcétera que nuevamente nos aleja del objeto de esta entrevista. Es el yo en vez de nosotros.

Cuerpo, mente y espíritu forman una realidad indisoluble que se concreta en este ser en evolución que somos nosotros y que quizás, en algún momento de nuestro futuro, alcanzaremos la auténtica dimensión de ser humano.

Por suerte, y también siguiendo otro viejo adagio, cuando más oscura es la noche, más cerca está el alba. La pregunta es: ¿Alcanzaremos a ver el amanecer de un nuevo día?

 

Entonces ¿debemos creer que la muerte no es el fin?

Si una cosa es segura en nuestras vidas al 100% es que llegará un día que deberemos abandonar esta vida. Por lo tanto negarla, no creer en ella, o lo que es peor, oponerse a ella, es una auténtica estupidez. Repito, somos energía y ésta ni se crea ni se destruye, se transforma.

La muerte, al igual de el nacimiento, son "puertas" o puntos singulares de nuestra trayectoria en la que se producen determinadas transformaciones. Otra cosa es obsesionarse, de forma enfermiza, con la muerte y con el fin de nuestra existencia, de tal forma que llegamos a tener una visión negativa y deprimente de la misma. Filósofos de todas las épocas han tratado el tema de forma muy diferente, según el ángulo en que trataban el tema. Prefiero la óptica epicúrea de la existencia, tanto de la vida como de la muerte.

He tenido la gran fortuna de ayudar a morir a madre, a la cual tuve entre mis brazos hasta la exhalación final, una exhalación ronca y profunda diferente a las demás y a partir de la cual, noté como le había abandonado el hálito de vida (energía) que moraba en él, y empezó a transformarse, porque repentinamente cambió de color y textura. Fue una gran experiencia personal.

 

Las apariciones de fantasmas son pocas veces creídas por el público en general ¿qué te lleva a publicarlas a pesar de todo y no tener miedo a perder la credibilidad?

Creo que esta pregunta queda debidamente contestada y rebatida (lo de los "fantasmas") con todo que te he señalado anteriormente.

Escribo en conciencia y de acuerdo con lo que creo y conozco. Mi reputación y mi credibilidad ha de estar en consonancia con mi forma de actuar y comportarme día a día, no por mi sistema de creencias. El que alguien "quiera o no quiera creer" en lo que narro, es su problema. No se trata de creencia, se trata de experiencia. Es una diferencia fundamental.

Como te he señalado anteriormente, ni pretendo explicar nada, ni quiero alimentar la fantasía de "mentes calenturientas" que prefieren refugiarse en "paraísos paranormales", por otra parte muy respetables, pero que con frecuencia facilitan una actitud escapista, simplista y reduccionista de la realidad cotidiana. Narro unos hechos, pero no intento demostrar nada. Supongo que algún día llegará que todo tenga una explicación. Pero como decía al principio ¿porqué siempre necesitamos una explicación?

 

Prácticamente todas las experiencias tienen lugar en Barcelona ¿Por qué esa limitación?

Básicamente porque es mi ciudad de residencia y mi principal entorno relacional se encuentra aquí. No obstante también hay historia circunscritas a otros ámbitos geográficos como Madrid, Bilbao o Almería.

 

¿Llegaste a sorprenderte en algún momento siendo receptor de estas experiencias?

Realmente sí, ya que el proceso que desencadenó la primera historia, la del "ayudante" dio lugar a que me "llegasen" en cascada las demás, en un relativo corto espacio de tiempo, teniendo en cuenta a que no fui a la caza de ellas, sino que más bien fue al revés.

El desafío que representaba el aceptar la veracidad de aquella experiencia, aumentó mi perplejidad con la historia del andén del metro y culminó con la bella narración de un sueño de una niña con su abuelo. A partir de este momento, ya no me sorprendí de nada, aunque algunas experiencias, como te he dicho anteriormente, me dan mal rollo, como las de las "ouijas".

 

Es inevitable preguntarte ¿crees en los fantasmas? ¿qué son los fantasmas?

No, en absoluto, no creo en los "fantasmas". Entre otras razones porque no creo en el concepto de "fantasma" que está instalado en el imaginario colectivo. Me dan más miedo los "fantasmas" de nuestra realidad cotidiana, ya que estos sí que pueden hacerme un daño material.

Otra cosa es que una vez desencarnamos de esta existencia física, el ente energético pueda permanecer más o menos tiempo, en una dimensión atemporal, y algunas personas con más nivel sensitivo puedan establecer una especie de "contacto" mutuo. De ello ya se habla en "El libro de los muertos", "El libro tibetano de los muertos" o en la propia Biblia, entre otros.

Si ha de haber algún tipo de explicación que "justifique" estos fenómenos, creo que está en la dirección de las investigaciones de Robert Monroe, sobre la potencialidad de nuestra mente para conectarse con dimensiones superiores, o las de Rupert Sheldrake sobre los "campos mórficos", o campos energéticos que nos conectan o vinculan a los seres vivos entre sí.

 

¿Hay que creer en Dios para creer en la vida después de la muerte?

En absoluto. Lo que sucede es quien "cree" en Dios, forzosamente ha de "creer" en "otra vida". Pero también hay mucha gente que sin creer en una entidad llamada Dios, como una especie de Super-Hombre, cree en la Vida, que se manifiesta de forma plural, diversa y multidimensional. Si a nivel físico trabajamos en tres dimensiones e incluso se está empezando a trabajar en la del "espacio-tiempo", a nivel matemático se han desarrollado otras muchas más.

Tampoco está muy claro que es lo que entendemos por "vida", ya que cuando estamos dormimos ¿vivimos o no vivimos? ¿o en estado de vigilia estamos realmente despiertos o dormidos? Un tema de trabajo para algunas escuelas de desarrollo personal. A nivel conceptual, como para entendernos con un ejemplo facilón, podríamos entender esta vida como la Onda Media, en la que se sintonizan gran cantidad de emisoras de radio, pero también existe la frecuencia modulada y la onda corta. Es imposible estar al mismo tiempo en las dos longitudes de onda.

Yo creo en la Vida, en su totalidad, de la cual formamos todos parte de manera indisoluble. Creo en un principio superior a la dimensión humana, a partir del cual ha surgido todo y que ha propiciado las grandes preguntas que desde la antigüedad se plantea el hombre: ¿Qué somos? ¿De donde venimos? ¿A dónde vamos? A mi me gusta añadir ¿Para qué venimos? ¿Cómo regresaremos?, puesto de la idea de "venir", implica la noción de partida desde algún sitio.

Como ves, ante tu pregunta, no sólo no tengo respuesta concreta, sino que planteo más preguntas.

 

Después de relatarnos historias donde queda como trasfondo la "esperanza"... ¿tienes miedo a la muerte?

Creo que fácilmente puede deducirse que no. No tengo miedo a la muerte, entre otras razones porque es inevitable y por que creo en la continuidad de la Vida, en otro "formato".

Otra cosa es la forma en que moriré. Y esto sí que me ha llevado a tomar una actitud firme y convencida. Dentro de lo que "yo" puedo hacer, está la que la calidad de vida, como valor supremo. En este sentido soy partidario de acortar la vida, exclusivamente por voluntad propia, cuando ésta pierde el sentido de calidad y dignidad que creo ha de tener. Tengo firmado el "testamento vital" y soy miembro de la asociación DMD-Derecho a una muerte digna.

 

Jaume, como editor también has publicado otros libros, ¿con qué criterio seleccionas los libros que finalmente ven o verán la luz en las librerías?

Primero, el tema si es de interés o no, y si puede ser de utilidad o no. En este sentido, como bien sabes, he editado dos libros sobre el duelo: "Déjame llorar" y "Camino de Héroes", de Anji Carmelo, de gran utilidad para quienes quieren superar el duro trance de la muerte de un ser querido.

Otra temática de interés ha sido el libro que recientemente he editado de Ricardo Rabella -"Prohibido Pensar"- poniendo al descubierto muchas de las falsedades de la Iglesia Católica, y que ya tuvo la oportunidad de ser entrevistado por ti.

Como sabes mi editorial es muy pequeña y estoy en los inicios, por lo que mi "fondo editorial" aún es exiguo. También tiene como finalidad la de poder satisfacer las lógicas aspiraciones de muchas personas que escriben cosas interesantes, como poesía, relatos, etc., pero por lógicos criterios comerciales y económicos se hace muy difícil la difusión a través de librerías.

Hoy día la tecnología te permite hacer tiradas cortas a un coste razonable, con lo que una persona puede ver cumplido su anhelo de ver en forma de libro, con su ISBN y Depósito Legal incluidos, aquello que ha escrito y que evidentemente reúne un mínimo de calidad.

 

Los libros que has publicado de Anji Carmelo hablan de la vida de los vivos tras la muerte de los seres queridos, ¿es este tema algo que te preocupa, te apasiona…?

Aceptar lo que ya no se puede remediar y el recuperarte de la tempestad que representa el que se muerte de un ser querido, para encajar la nueva situación, en su justo lugar, en la vida de quienes le han sobrevivido, con la finalidad que se ha de seguir viviendo, a pesar de todo, creo que es un buen objetivo para quienes amamos la vida en su plenitud.

El primer libro que publicó mi editorial (Tarannà Edicions) fue justamente el de Anji Carmelo -"Déjame Llorar"- y que realmente a pesar de los exiguos medios con que contamos, en comparación con otras editoriales más potentes, ya estamos por la cuarta edición.

Puedo decirte, sin equívoco que los dos libros de Anji Carmelo, sobre la temática de duelo tiene una gran acogida y difusión para quienes se han vivido este duro trance y he recibido muchas llamadas de agradecimiento en este sentido.

 

Por último Jaume, agradecerte sobre todo que hayas parido "Señales", pues está en mi ranking de favoritos, y pedirte que te animes a publicar algo más sobre este mundo todavía lleno de misterios.

Como ya te he dicho anteriormente, ya tengo bastante material como para plantearme en un futuro no muy lejano una segunda entrega, de la cual te prometo tendrás cumplida información de forma anticipada.

Gracias por tu interés y gracias por este espacio en la red que además de vehículo de difusión del mundo del libro y del cine, también sirve de escaparate para poder exponer estas experiencias que desafían lo lógico y lo racional de nuestra existencia, pero que son tan reales como la vida misma.

 

ver + Jaume Salinas

 

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