Encuentros fugaces con el Che Guevara

Opinión:

Estos espectaculares relatos de Fountain son duros, golpean, zarandean, sorprenden, y acaban dejando un regusto moral amargo. En las situaciones más extremas, que en estas breves historias fascinan gracias a una prosa extraordinaria, se desenvuelven sus protagonistas, atrapados por una lógica extraña, contextual, imprevista, que desnuda agresivamente sus anteriores valores y percepciones, que les provocan hasta la sorpresa por sus propios actos.

En países y situaciones donde la moral convencional no sirve, y donde los protagonistas naufragan dejándose arrastrar por la lógica de la situación, ofreciendo una resistencia que con mayor o menor fortuna se acaba resolviendo en finales sorpresivos para el lector.

Fountain es un maestro del relato, y muy especialmente en la definición de personajes y situaciones, dotado de una visión tan inteligente como lúcidamente perpleja que le permite asomarse de manera brillante a los hechos que narra, siempre en un contexto en el que la política condiciona la historia y a los personajes.

Revoluciones, guerrillas, dictaduras, narcotráfico, expolios en regímenes corruptos, agencias de inteligencia, diplomáticos, políticos, militares, comisionistas, perseguidos, corporaciones multinacionales, negociadores, enfermos, secuestrados, lujosos resorts, selvas, campos de golf y ciudades arrasadas por la miseria, se combinan en estas espléndidas narraciones para ofrecer un crudo retrato de países donde la libertad, los derechos humanos, la supervivencia con dignidad, son quimeras inalcanzables que sin embargo encuentran un ligero resquicio en la complicidad del lector.

Ben Fountain escribe relatos con una elevada carga moral, pero con la inteligente prudencia de no ofrecer fáciles e ineficaces soluciones al lector. Le permite que saque sus propias conclusiones, porque lo más duro del trabajo ya ésta hecho con el propio relato.

Como empieza un conocido programa de televisión, con el mensaje "acaban de oír las noticias y ahora les contaremos la verdad", estas historias van más allá de esa realidad que nos ofrecen los informativos de televisiones y crónicas periodísticas, al trazar un retrato preciso e implacable de la realidad que subyace más allá de la novedad efímera filtrada en los canales informativos, que muere a los pocos días en el interés colectivo.

Colombia, Haiti, Liberia, Myanmar, son meros decorados, contextos, que sirven al autor para una avalancha de situaciones que empujan al lector hacia esas zonas oscuras de la realidad, ajenas a la información que circula en la sociedad con más información accesible en toda la historia de la humanidad.

Es un libro magnífico, espectacular, sorprendente, muy original porque es escasa la buena literatura con la política de trasfondo argumental. Una obra de especial interés, entre tanta mercancía averiada en forma de falsa información objetiva que pulula por nuestras existencias cotidianas.

Jorge Riet