Emilia, de la oscuridad a la luz

Opinión:

"Emilia, de la oscuridad a la luz", es una novela gráfica de Carmen Fernández Etreros, con bellísimas ilustraciones de Alen Lauzán Falcón, que nos descubre la vida de Emilia Pardo Bazán, una de las mejores escritoras del siglo XIX.

Emilia, gracias a la buena posición económica de su familia, recibió una buena educación que aprovechó al máximo para convertirse en novelista, poetisa, periodista, traductora y la introductora del naturalismo francés en España, entre otros muchos logros.

A los 16 años se casó con José Quiroga Pérez Deza.  El joven matrimonio, acompañado por los padres de Emilia, viajó por Europa, donde ella aprendió inglés y alemán, antes de instalarse en España.

Tras el nacimiento de sus tres hijos, la autora se separó de su esposo para dedicarse por completo a la literatura. Pese a sus esfuerzos, no logró convertirse en miembro de la Academia de la Lengua por la discriminación de sus compañeros escritores.

Esta gran mujer, precursora de las ideas feministas y de los derechos de la mujer, falleció el 12 de mayo de 1921 debido a una complicación de la diabetes que padecía. Al día siguiente de su fallecimiento, toda la prensa hablaba de ella y le reconocía los méritos que le negó la sociedad en vida.

Una novela que os recomiendo para conocer a una de las grandes mujeres de la historia de España. Una mujer apasionada, inteligente y adelantada a su tiempo que luchó toda su vida por los derechos de la mujer.

En cuanto a la parte gráfica, me gustaría recalcar que es una auténtica maravilla. Todas las ilustraciones son preciosas, pero hay una que refleja todo aquello que soñó e hizo realidad, la de la página dieciocho.

Esta novela gráfica es un homenaje a una gran mujer que consiguió éxitos impensables en su época y animó a otras muchas mujeres a seguir su ejemplo. Ha sido maravilloso descubrir tantos detalles de su vida que desconocía ya que desgraciadamente, es más conocida por su complicado romance con Benito Pérez Galdós que por sus propios méritos.

Ana G. Aranda