Elise y los nuevos partisanos

Opinión:

Esta magnífica novela gráfica retrata los años políticamente agitados en la Francia de los años 60. Un retrato de una generación rebelde, contestataria, entregada a ideologías radicales antisistema, en el contexto de huelgas obreras, de conflictos coloniales, de racismo institucionalizado, de un cambio de época que ha pasado a la Historia gracias al controvertido Mayo del 68, que durante años ha servido de inspiración romántica a grupos de extrema izquierda, alucinados con la posibilidad de una revolución que provocara un cambio de régimen.

Una crónica de grupos de jóvenes disconformes que en muchos casos cayeron en la violencia, en una espiral alimentada por fuerzas de seguridad entregadas a una represión extrema, a menudo fuera de la ley, incluso provocando muertes que quedaron impunes.

Una sociedad fracturada, polarizada, en el que jóvenes con una vida asegurada, propia de la sociedad del bienestar, renunciaban al confort familiar y a una vida tranquila, poniendo en riesgos sus vidas y su libertad, sus carreras profesionales y la expectativa de una familia, por la militancia en ideologías extremas que pretendían ilusamente un giro de la Historia.

El magnífico texto que acompaña a las ilustraciones es un perfecto relato de aquellos tiempos turbulentos, en alguna manera anticipatorios del desencanto de sucesivas generaciones de jóvenes progresivamente desencantados con las instituciones democráticas, que ha acabado alcanzando también a las clases trabajadoras, hoy seducidos por unas ideas también extremas, pero en el extremo opuesto del espectro ideológico. Y las ilustraciones se ajustan perfectamente al ambiente que el texto evoca, con el recurso inteligente de referencias históricas, que permiten contextualizar el devenir de los protagonistas en esa convulsión histórica.

Esta obra permite conocer la manera de pensar de esa generación rebelde, los fundamentos de su actividad antisistema, y, sobre todo, la pulsión colectiva contra la injusticia, la desigualdad, la brutalidad institucional o el racismo, entre otras lacras que por desgracia siguen vivas en gran medida en la sociedad contemporánea. Una evocación de una militancia extrema, que operaba como un sutil hilo rojo que anudaba los distintos focos contestatarios en plena Guerra Fría en diversas zonas del planeta.

La oportunidad de este libro es su valor de denuncia de una violencia institucionalizada, que parece germinar en las ideologías populistas extremas, que se miran en el espejo de naciones autoritarias como Rusia. Si entonces fue China, ahora es Rusia; al final se reduce a una peligrosa inspiración ideológica que encierra enormes riesgos colectivos, aunque no se debe subestimar la importancia del descontento que anida en las democracias liberales, la disconformidad con un determinado modelo de sociedad que late en amplios colectivos sociales, que se ven a sí mismos como víctimas de un sistema radicalmente injusto.

Esta magnífica obra gráfica permite comprender mejor aquel momento histórico y, sobre todo, el abismo que separa la sociedad contemporánea de aquella de los años 60 del pasado siglo, que permite observar cómo los jóvenes han cambiado radicalmente su actitud frente al mundo, porque ha mutado la forma de ser rebelde de manera irreversible. Aunque los problemas raciales, la desigualdad, la represión, la injusticia, lasa profundas diferencias entre continentes y pueblos, permanecen, la reacción crítica ya no opera como la que se retrata eficazmente esta obra. Un libro para conocer mejor el pasado, imprescindible para reconocer el presente.

Jorge Riet