Electrocante

Opinión:

"Electrocante" es la nueva novela de Boris Quercia que ha publicado la editorial Alrevés, tal como hizo antes con la trilogía del mismo autor y que estaba protagonizada por el policía Santiago Quiñones.

Aquí también ocurre algo parecido, pues el protagonista es un policía, Natalio, que casi siempre estará acompañado por su electrocante, un androide que, además de mantenerle conectado a la central de comunicaciones, actúa como una especie de subordinado y, a la vez, protector. La familiaridad producida por el trato continuo del día a día, se demuestra en las formas de denominarlo, que pasa de elctrocante a trocante, también a electro o, sin más, a tronco; claro que esa es una interacción de superior a inferior, ya que el electrocante se referirá siempre a su dueño por el nombre que le identifique, sin modificarlo para nada.

Respecto a eso de los nombres, cabe destacar que en esta novela casi siempre sólo hay nombres de pila o apodos, así es en todos los casos excepto en uno, como una diferenciación más de las diferentes clases sociales, donde los privilegiados son tan pocos que con un nombre es suficiente, mientras que el resto son tantos que necesitan ambos apellidos para distinguirse.

Las circunstancias de Natalio son un tanto desalentadoras, puesto que está en el último escalafón de la policía, eso de la Clase 5, y tiene que agenciarse como sea un elecrocante que sustituya al anterior; pero, sin apenas presupuesto, no le queda otra opción que recurrir a un saldo, con alguna que otra avería, pero que le ha parecido diferente y por eso se siente más a gusto con este trocante de ínfima categoría.

La narración sigue los pasos de Natalio por ese mundo violento, con una clara separación de clases o nivel social, donde los privilegiados viven en lo que se denomina la City y el resto, la gran mayoría, vive como puede en la Ciudad Vieja o en sitios peores. La violencia está por doquier y Natalio ya no se plantea lo que está bien o está mal, simplemente sigue actuando en lo que le toca, tal como le ordenan, para sobrevivir.

Ahora bien, ese protagonismo no es único, pues también van apareciendo entre medio las intervenciones del electrocante, con sus comunicaciones con la central de verificación de batería para validar su funcionamiento, que, de manera paulatina, se van complicando cuando se superponen sus anomalías, lo que obliga a depuraciones de código cada vez más extensas o al bloqueo total.

Sea como sea, "Electrocante" es, además de una angustiosa distopía futurista, una novela intensa, que muestra en toda su crudeza la degradación de una sociedad enferma, que, aun a sabiendas, se encamina hacia el caos, sin que pueda hacer nada por evitarlo.

Selin