el vampiro / la familia del vurdalak

Título: el vampiro / la familia del vurdalak
Título Original: (upyr / semiá vurdalaka, 2009)
Autor: Alekséi Konstantínovich Tolstói
Editorial:
Alianza
Copyright: Primera edición: marzo de 2009
ISBN: 978-84-206-4946-7
Etiquetas:
autores
escritores
horror
literatura rusa
miedo
rusos
terror
Argumento:
Aleksey Nikolayevich Tolstoi (Alekséi Konstantinovich Tolstoi) fue un
poeta novelista y dramaturgo ruso nacido en San Petersburgo en 1817 emparentado
con la famosa familia de Tolstoi (primo lejano de
Leon Tolstoi). Se graduó de la Universidad
de Moscú en 1836, aunque pasaría la mayor parte de su vida en la corte, sirviendo
primero como el maestro de ceremonias, más tarde, como Gran Maestre de la Casa Real.
Se retiró del servicio en 1861 para dedicar más tiempo a escribir poesía y baladas.
Abordó la novela histórica tomando como modelo el Boris Gudonov de
Alexander Pushkin, escribiendo la trilogía:
"La muerte de Iván el Terrible"
(1864), "El Zar Fiodor Ioannovich"
(1868) y "El Zar Boris"
(1870). Entre sus novelas sobresalen "La familia del Vurdalak" (1839),
"El
vampiro" (1841) y "El
príncipe Serebrenni" (1874).
Además publicó en la revista literaria "Sovremennik" (El contemporáneo) versos,
fábulas y aforismos licenciosos y satíricos entre los años 1850 y 1860 bajo el seudónimo
de Kozma Prutkov. En realidad este presunto escritor satírico fue
inventado por Tolstoi en complicidad con sus tres primos Alexander, Alexei y
Vladimir Zhemchuzhnikov. Los cuatros fueron los padres putativos de
Prutkov y quienes escribían al alimón y ocultos bajo este seudónimo sus
textos burlescos. El presunto autor aparentaba ser un funcionario público del gobierno
zarista nacido el 11 de abril de 1801 y muerto el 13 de enero de 1863 y llegó a
hacerse tan famoso que muchos llegaron a creer en su existencia real.
Alekséi Konstantinovich Tolstoi fue también uno de los pioneros de
la literatura de ciencia-ficción rusa: Aelita.
La Reina de Marte. Publicada en 1923, ha sido definida
como una “utopía dramática revolucionaria”.
El vampiro. El autor escribió
este relato corto durante su estancia en París. Es considerada como la primera historia
moderna de vampiros en ruso. Se trata de una ambigua historia que narra las peripecias
de Runevski el cual, influenciado por los inquietantes comentarios que un desconocido
le hace durante un baile, llega a creer que la familia de la brigadiera Sugrobina,
tía de Dasha, la joven de la que está enamorado, son todos upir (vampiros).
La familia del Vurdalak (Fragmento inédito de las memorias
de un desconocido). El marqués d´Urfé se dirige a un pequeño pueblo serbio. Una
vez allí, acepta la invitación de Gorcha el cual le ofrece su casa como alojamiento.
Gorcha decide salir esa misma noche para intentar eliminar al salteador turco Alibek
por lo que le pedirá a sus hijos Gueorgui, Piotr y la bella Zdenka, que si no ha
regresado en diez días le claven una estaca porque posiblemente habrá muerto y regresará
transformado en un vurdalak. Así es como llaman en los pueblos serbios
a los que regresan de la tumba para chupar la sangre preferentemente de sus familiares
más próximos, los cuales al ser mordidos se transforman también en vampiros. Cuando
Gorcha regresa a casa al décimo día, sus hijos no son capaces de cumplir la promesa.
Esta historia ha sido llevada al cine en al menos en dos ocasiones. La primera de
ellas es "Las 3 caras del miedo" de Mario Bava de los años 60, films formado
por tres episodios de terror. Uno de ellos es “La familia del Vurdalak”
en el que Boris Karloff interpretaba magistralmente el papel de Gorcha, el patriarca
de la familia. La otra es "La noche de los diablos" de Giorgio Ferroni,
realizada en los años 70.
También este cuento ha sido objeto de adaptaciones televisivas como la que dirigió
en el año 1975 José Antonio Páramo para la serie de terror EL QUINTO JINETE. Los
papeles principales fueron interpretados por Charo López, Paco Valladares, Ramón
Duran y Antonio del Real.
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Tolstoi
Opinión:
La lectura de la primera de las dos historias incluidas en el libro,
EL VAMPIRO,
me ha trasmitido sensaciones muy parecidas a la que experimenté con
Manuscrito encontrado en Zaragoza
de
Jan Potocki. Por ejemplo, ambas son consideradas grandes clásicos
del género de terror y sin embargo son dos obras inclasificables, resultado de una
mixtura de géneros: humor, misterio, sátira social y política, leyendas, amor y
aventura y en las que los momentos de terror puro y duro son bastante escasos, sino
nulos.
En el caso concreto de “El vampiro” los pocos momentos
terroríficos de la historia están más cerca del género fantástico ya que suceden
cuando los personajes protagonizan alucinantes experiencias, que parecen producto
de
terribles pesadillas o como se apunta en un momento de la narración
derivadas por el consumo (inconsciente) de sustancias alucinógenas. Sin embargo,
estas situaciones sorprenden más que inquietan aunque sean momentos de gran imaginación,
excelentes en una palabra. El terror es producido más bien por pequeños detalles:
el chasquido de la lengua de uno de los
personajes, retratos femeninos de mujeres
que ya no existen, idénticas a las jóvenes protagonistas de las historias, que parecen
cobrar vida por la noche; y sobre todo el miedo producido por la sugestión. El protagonista
está convencido de que la familia de su amada son vampiros simplemente porque un
sujeto llamado Rybarenko se lo ha dicho.
Otro punto en común que comparten ambas historias (la de
Potocki y la de
Tolstoi) es la estructura de cuento
dentro de un cuento en el que a su vez se incluye otro cuento. En “El vampiro” un personaje cuenta
una anécdota que ha protagonizado y dentro de éste aparece otro personaje que narra
otra experiencia y así sucesivamente. Ignoro si existe en
Tolstoi una influencia de
Potocki ya que las dos obras son
publicaron prácticamente a la vez. Aunque las sucesivas entregas de “El manuscrito…” aparecieron entre los
años 1804 a 1815, la edición definitiva en polaco no se publicó hasta el año 1847
mientras que “El Vampiro” se publicó en 1841,
pero las coincidencias tanto en estilo como argumentales son lo suficientemente
evidentes como para pensar que de algún modo el polaco pudo influir un poco en el
ruso. Lo que no sabemos es si Tolstoi llegó a leer a
Potocki o a conocer esta obra, pero
conexiones existen y muchas.
Por otro lado, la excusa argumental - ¿Son los miembros de la familia aristocrática
a la que pertenece la amada del protagonista realmente un clan de vampiros?- sirve
a Tolstoi para hacer una sátira de un clase social decadente y que estaba a punto
de desaparecer; muertos en vida; como los protagonistas de “El Gatopardo”
de Visconti, los nobles italianos que asisten al pase de modelos de trajes papales
en el Vaticano en “Roma” de Fellini o más directamente
con el film de Polanski “El baile de los vampiros”.
Sin embargo, para mi gusto, el principal interés de la narración es que sabe plantear
una
serie de enigmas que finalmente se resuelven con una inquietante
ambigüedad: ¿Son o no vampiros los miembros de la familia de brigadiera Sugrobina?
¿Las afirmaciones de Rybarenko son reales o simples desvaríos de un loco? ¿Las inquietantes
experiencias vividas por los personajes de las diferentes historias fueron reales
o producto del opio? Parece que al final Runevski prefiere dar una respuesta racional
a todas estas cuestiones. Sin embargo,
Tolstoi parece que deja abierta la posibilidad
para que el lector plantee otras soluciones o respuestas
a dichas cuestiones.
LA FAMILIA DEL VURDALAK sin embargo, aún siendo mucho
más corta, sí que me ha parecido una auténtica historia de terror, puro y duro.
Tolstoi
nos regala imágenes muy impactantes, realmente espeluznantes (el rostro de Gocha
en la ventana, el niño con la estaca…) y la narración lo tiene todo: suspense, miedo,
inquietud.
Parte con un error de planteamiento, eso sí.
Tolstoi opta por la primera persona
narrativa siendo el marqués d´Urfé el que cuenta la historia a un grupo de invitados
a una fiesta. Esta opción elimina parte del suspense del cuento ya que sabemos que
el marqués saldrá vivo de semejante experiencia y no se convertirá en vampiro. Esto
me parece un gran fallo.
No obstante, lo cierto es que, como ya señalé anteriormente, son tantos los momentos
de terror puro que nos regala la historia que ese error apenas tiene importancia.
Lo suple con una narración intensa, desasosegante, que irradia una atmósfera malsana,
como de pesadilla.
Pero el miedo o la sensación de inquietud no nace del hecho de que la familia protagonista
se haya transformado en Vurdalaks sino del hecho de asistir a la degradación
tenebrosa de un núcleo familiar en el que los tabúes se rompen y el nieto puede
ser vampirizado y corrompido por su propio abuelo. De igual modo, al Marqués le
provoca una terrorífica desazón cuando percibe cómo su amada Zdenka ha perdido toda
su inocencia, transformándose en una mujer mucho más atrevida sexualmente, menos
reprimida, mucho más activa en el acto amoroso.
Joseph B Macgregor
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