El telegrafista

Opinión:

El relato de la novela surge desde la cama de un hospital donde Luis está pendiente de diagnóstico. Una espera en la que comparte sus recuerdos con otros pacientes y las más de las veces parece hablar solo o tocar un piano imaginario. Así, se transporta a los años de colegio, cuando conoció a Ezequiel y se alzó contra el resto para protegerle de las burlas. Una etapa adolescente en la que ambos comparten sus puntos de vista ante un maestro, un cura un tanto especial, que les proponía unos textos que hoy en día cuestionaríamos por ser una educación cercana al lavado de cerebro; por no hablar de que miraba para otro lado y le echaba la culpa a Ezequiel de los abusos que recibía.

La otra parte de la historia que nos narra Luis es la que vivió desde el puesto de Transmisiones durante la guerra, donde a base de descodificar telegramas consiguió una información que sería determinante para el devenir de la contienda.

Dos episodios que se complementan a la perfección para describir el encuentro de dos bandos condenados a colaborar, esconderse de sus enemigos e incluso de los compañeros por miedo a que alguien pueda delatarlos. La supuesta tranquilidad de la retaguardia se rompe por medio de una trama que nos lleva a un punto en el que a los personajes les es complicado tomar partido, poniendo de manifiesto que lo verdaderamente importante es salir de la guerra con vida y con el mínimo de culpabilidad a sus espaldas.

Pero también existen otras batallas personales de las que todos ellos tienen más difícil salir indemnes. En ellas se analiza el valor de la amistad o el deseo que viene a cubrir el miedo y la soledad propiciados por una guerra que solo ha supuesto un cambio de escenario donde continúan las mismas vidas desgarradas y cada cual maneja a sus propios fantasmas.

Una novela que hay que leer deteniéndose en su forma narrativa o en cómo se describen los sentimientos, las miradas o el silencio de unos personajes que transmiten sin necesidad de hablar. Muy entretenida y diferente a cualquier novela de guerra que he leído, tirando incluso al género negro en su parte final con unos asesinatos que corren de forma paralela a la trama principal.

Porlomenix