El principio del corazón

Opinión:

"El principio del corazón" es una novela de temática romántica erótica escrita por Helen Hoang.

Al igual que en sus novelas anteriores, "El test del amor" y "La ecuación del amor", en "El principio del corazón" la autora ha creado la figura de la protagonista con un enfoque especial. Anna es autista, pero no lo sabe, algo que dista de los otros protagonistas que si eran conocedores de su diagnóstico.

Si como lectora no conoces nada de Helen Hoang, como era mi caso en su primera novela, te puede sorprender la claridad con la que describe situaciones y reacciones de los protagonistas, cómo detalla sus sentimientos hasta lograr que puedan traspasar el papel. Todo ello tiene una explicación, y es que Helen Hoang fue diagnosticada en el 2016 de Síndrome de Asperger. Por eso, en cada libro, ha puesto una parte de sí misma, que el lector podrá conocer en la "Nota de la autora" que acompaña a esta novela. Helen Hoang consigue que el lector se sienta más cercano y entienda un poco más al respecto del TEA y en un momento dado sepa cómo comportarse, por ejemplo, con respecto a la sobrecarga auditiva o el rechazo al contacto que puede afectar a dichas personas.

Aunque sus tres novelas me han encantado, para mí "El principio del corazón" es la más bonita y especial de todas. Es una historia tierna pero muy, muy dura, llena de sentimientos, aceptación, miedos, pero también de superación y fuerza.

La protagonista de "El principio del corazón" es Anna, violinista, con una relación más bien distante con su familia y cuya mascota es una roca. Anna se vio superada cuando un vídeo suyo se hizo viral en redes, ahora solo toca en bucle una pieza nueva esperando que llegue la perfección. Además, acude a terapia, aunque no nota mejoría, y la relación con su novio de tambalea cuando este le dice que quiere una relación abierta "para probar otras cosas y ver si ella es la correcta" antes de comprometerse en firme.

Cuando Anna conoce a Quan empieza a darse cuenta que toda su vida es una farsa basada en el conformismo y en complacer a los demás. Todo se acentúa cuando su padre enferma y tiene que dedicar sus días a cuidarlo en compañía de su madre y su hermana.

El enfoque que la autora da sobre Anna y su autismo es una manera de ayudar a todas aquellas personas que quizá lo sean y no lo sepan. Como se puede ver a lo largo de sus novelas, hay diferentes síntomas y grados del espectro autista que mucha gente no conoce. Eso es lo que le ocurre a Anna, y al leer sobre ello cuando su psicóloga se lo explica, es cuando se reconoce y se da cuenta de su situación. Hasta entonces siempre era considera como una niña "rara", tranquila o retraída. Comprenderlo le ayuda a sentirse mejor consigo misma y a entenderse, por lo que gana algo de confianza en sí misma y empieza a no verse obligada a hacer algo solo porque los demás quieran o sea "lo correcto", y así complacerlos. Anna tiene que aprender a decir NO, al margen de lo que piensen los demás, preocupándose solo por ella misma cuando sea necesario.

Otro aspecto que me ha gustado, y que además contiene una gran crítica social, es sobre la repercusión que en una persona tiene el hecho de cuidar a otra 24/7 de manera exclusiva. Es un desgaste continuo, tanto físico como mental, que nunca se tiene en cuenta. Hay que tener un poco más de empatía con las personas de nuestro entorno que pasen por esa situación, y sobre todo, tenderles una mano cuando pidan ayuda, ya que el agotamiento psicológico es brutal y puede tener repercusiones muy graves. No se tienen que minimizar los problemas mentales, la ansiedad o la depresión, no es cuestión de decir "ánimo" o "mira el lado positivo", va mucho más allá y en caso de ser necesario, hay que buscar la ayuda de un profesional, pero nunca dejarlos solos con toda la carga.

Por otro lado, respecto a la parte erótica, la autora lo ha sabido combinar muy bien y mantener el equilibrio en las escenas sexuales y los sentimientos. A pesar de lo directo del vocabulario, no usa un tono soez ni brusco para describirlas. Además, tal y como Ana aprende, no es algo de lo que nos tengamos que avergonzar de hablar, y más con nuestra pareja.

Me ha gustado reencontrarme brevemente con los personajes de las novelas anteriores, Khai Diep, hermano de Quan de "El test del amor"; y Michael, primo de Quan, y su mujer Stella, de "La ecuación del amor". Todos son personajes muy especiales de los que no se olvidan tan fácilmente.

Vane Gómez