El Ministerio de la verdad

Opinión:

"El Ministerio de la Verdad" contiene un homenaje a 1984, la obra de George Orwell. En estas páginas podemos ver cómo algunos elementos de la sociedad totalitaria creada por el escritor británico pueden tener ya su destello en la actualidad.

Estamos ante un thriller entre novela negra y ficción. La trama la seguiremos a través de la periodista Julia Romero y su padre, descubriéndonos una sociedad que no es más que nuestra actualidad, esa falta de libertad y mentiras o prohibiciones, siendo aceptadas agachando la cabeza, una población manipulada aborregada por el miedo.

Este libro es un espejo de la naturaleza humana, y el reflejo no es agradable. ¿Cómo se puede permitir que ocurran atrocidades a plena vista? La historia muestra por qué las masas prefieren creer una mentira tranquilizadora que defender la verdad, sin entender que cuando eso sucede, se permite que el mal florezca. Sus palabras son un buen recordatorio para hablar en contra de un sistema corrupto, pero el libro en sí revela una dura verdad: haz esto y probablemente estarás solo. En esta sociedad, los libros se retiran en favor de monitores y pantallas llamativas que alimentan el entretenimiento las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y mantienen a las masas pacificadas. Todo funciona bien siempre que nadie piense por sí mismo.

Carlos Augusto Casas ha escrito un clásico moderno de la famosa novela 1984, que no defraudará al lector y le llevará a reflexionar sobre nuestra sociedad en muchos de los asuntos expuestos. Una mezcla de intriga y misterio con un fondo de suspense donde encontrar la verdad no será sencillo, las dificultades a sortear son muchas, la peor, enfrentarse al propio poder que domina a los ciudadanos bajo el puño del miedo. Porque vamos a comprobar cómo los personajes de esta novela viven absortos en sus smartphones, móviles... sin concebir la realidad, sin cuestionar esas órdenes que dócilmente van aceptando. Todo ello bajo una escritura sencilla, limpia de buen vocabulario, acompañándose de un ritmo ágil, tranquilamente se puede leer en una tarde. Los diálogos son frescos y creíbles, aunque para mi gusto hay demasiados. Lo que me maravilló y en verdad valoro es el mensaje que contiene de que, aun viviendo en un mundo completamente informatizado, cada vez es más difícil saber la verdad de cualquier cosa y eso hace que la gente desconfíe y no sepa a quién creer. Nuestra protagonista Julia, siendo periodista comprobará este engaño desde dentro.

Las propias redes sociales, en vez de ser una fuente de información se han convertido en los nuevos inquisidores de nuestro siglo. En esta historia el toque de queda sigue existiendo y el pequeño comercio no ha podido sobrevivir y ha desaparecido. También plantea la posibilidad de que las democracias están en peligro, ya que las nuevas tecnologías permiten la manipulación de las elecciones.

Lincoln dijo una vez: puedes engañar a algunas personas por un tiempo limitado mientras que hay otras personas a las que puedes engañar todo el tiempo, pero nadie puede engañar a todas las personas siempre. Nuestra protagonista se pregunta si esto pudo haber cambiado con la tecnología. Quizás, con la tecnología adecuada, toda la gente podría ser engañada todo el tiempo.

Me ha encantado ver que por fin alguien se atreve a contar en forma de ficción lo que muchos pensamos.

Ha sido un auténtico placer leer este libro.

Violeta Lila