El Guerrero del Antifaz: El impostor

Opinión:

Nada más abrir este ejemplar nos encontramos en las guardas del mismo con un magnífico dibujo en blanco y negro a doble página donde ya se pueden apreciar mil y un detalles, más adelante lo volveremos a disfrutar pero esta vez a color con unas tonalidades impactantes y al mismo tiempo más suaves.

En la presentación de este volumen se da cuenta al lector del retorno del Guerrero del Antifaz de la mano de Eduardo Salazar a los textos y Miguel Quesada a los trazos. Como un buen dúo musical, ellos se compenetran en sus aportaciones de una manera magistral y dan continuidad a una serie que dejó con su acostumbrado "continuará" su creador Manuel Gago García, allá por el año 1980.

Antes de darse inicio a esta primera entrega se recuerda de qué manera comenzó todo, cuando Adolfo de Moncada juró vengarse de la muerte de su madre y cambia de bando; pues en su origen, el joven había sido educado por el musulmán Alí Kan, quien, creía ser su padre.

Si os pasa como a mí, que hace mucho tiempo que no tenía entre mis manos una aventura del Guerrero del Antifaz, o es la primera vez que os introducís en ellas, no dudéis en acudir a cuantos medios tengáis a vuestro alcance para documentaros y saber todo acerca de sus personajes, los escenarios donde transcurren sus andanzas y todo lo histórico que pueda haber de fondo; os aseguro que la lectura se os hará mucho más atractiva al ir descubriendo una historia apasionante.

En este episodio de "El impostor", el encargado del relato es Fernando, el escudero, quien va dando cuenta de las intenciones que tiene su señor de seguir buscando a Ali Kan, pero una serie de encuentros hace que su camino se vaya interrumpiendo entre peleas o salvando a quienes lo necesitan del pillaje de los bandidos. También, salvando a viejos amigos de una muerte segura; lo que representa un reencuentro con varios de los personajes que pasaron en otros tiempos por la serie y que ahora son rescatados por los nuevos autores.

Aunque pueden parecer muchos personajes a seguir, sus pequeñas historias personales resultan un aliciente para la nueva apuesta de la editorial Dolmen, quien no se conforma con recuperar las ediciones originales sino que dota a la serie de una continuidad con mucho futuro por delante, con nuevas aventuras tan atractivas como interesantes gracias al trabajo de documentación del que se nos da debida cuenta al final de este volumen.

Un cómic que rejuvenece a sus personajes con algunos cambios estéticos y nuevos argumentos sin romper con la identidad de todo un clásico de la literatura española.

Porlomenix