El gato negro y otros relatos de terror

Opinión:

Releer los cuentos de Poe siempre es lo mejor que se puede hacer, porque es uno de los genios de la literatura de horror y hay que volver a él de vez en cuando. Si además es en una edición como esta, parece que se disfruta incluso más, por lo cuidada, por la limpieza de sus páginas, por las ilustraciones que le acompañan.

Con esta nueva relectura de cuentos que leí en mi adolescencia -hace ya muchos años, por cierto- he descubierto que había olvidado casi por completo algunos detalles de los tres relatos, y eso me ha dicho disfrutarlo muchísimo, valorarlo incluso más.

En particular me ha ocurrido con "El gato negro", del cual había olvidado su magnífico y sorpresivo final, y con "Entierro prematuro", del que casi no recordaba nada.

Con "El pozo y el péndulo", uno de sus más famosos relatos (los otros también lo son) mi memoria no había perdido tantos detalles. Quizás porque en su día lo leí y más tarde lo escuché de la boca de Constantino Romero narrando el relato desde un CD que venía de regalo en algún sitio. Y me ha encantado releerlo, porque ha entrado mucho más de lleno en mi memoria, haciéndome revivir los angustiosos momentos del hombre que ve bajar el péndulo con filo amenazante poco a poco. ¿Se puede soportar la locura?

Esta pregunta es común a los tres relatos. En "El gato negro" es obvio que tal experiencia no podría ser fácilmente soportable, empezando por el propio cambio de carácter y ser consciente de ello. El final, por supuesto, es para sentirse derrotado.

En "El pozo y el péndulo" no puedo imaginar a un hombre que tras sufrir ese horror pueda permanecer cuerdo mucho tiempo o, al menos, padecer insomnio el resto de su vida.

En "Entierro prematuro" se puede aplicar la misma pregunta, y es el propio sufriente el que transmite esa angustia mortal que puede acabar en locura. No diré si acaba bien o mal para que quien no lo haya leído lo descubra.

Para mí, Poe toca aquí -como en otros relatos suyos- algo que formó parte de él, de su carácter, incluso de su problema con el alcohol. ¿Es posible que él mismo llegara a un delirium tremens y llegara a imaginarse el protagonista de "El gato negro"? ¿Es posible que se sintiera tan culpable que aquel encierro en las mazmorras toledanas lo viviera como si fuera su forma de purgarse por sus actos? ¿Es posible, incluso, que Poe escribiera sobre los entierros prematuros porque fuera uno de sus miedos?

Personalmente creo que leer a Poe es entrar en su vida más oscura, la de su mente atormentada.

El libro está recomendado a partir de 14 años, y desde luego yo lo recomiendo sin duda.

Poe era un genio al margen de dónde viniera su tremenda y perversa imaginación.

Anika Lillo