El décimo círculo

Opinión:

"El décimo círculo" es la nueva novela de Verónica Cervilla, que ha sido publicada por Ediciones B, en la que presenta una historia ominosa, donde la culpa y remordimiento rondan a buena parte de los personajes.

La trama se nutre de dos líneas argumentales que, aunque relacionadas, empiezan separadas en el tiempo, no mucho, un año aproximadamente. Justo antes de que se abran, un prólogo, sin que se defina ahí cuándo ocurre, que eso se podrá suponer más adelante con la información correspondiente, da la clave de partida para lo que vendrá después.

Por una parte, la que está centrada en Gara y que se sitúa en un presente que avanza poco a poco hacia el desenlace, al cual se llegará un mes después, con una narración en tercera persona, que tanto muestra las actividades de Gara, además de sus interacciones con las personas que trata, como sus pensamientos, remordimientos las más veces, tanto que se tornan obsesivos, con una angustia acuciante que se adueña de su pensar y la encamina hacia un horizonte desconocido y peligroso.

Entrelazada con esa anterior, hay otra línea, cuyo inicio es anterior y que está marcada, fecha a fecha, por las reuniones de ese décimo círculo y su parafernalia de consignas y comportamientos, uniéndose a la primera línea justo cuando se llega al desenlace. Ahí la narración será en primera persona, en casi todas las sesiones, por alguien de sus integrantes, quien será que describa lo que se dice y se hace, filtrado por sus propias consideraciones. Aunque empiezan muy ceremoniosos, con la observancia completa de la condición de referirse por el apodo recibido, un ordinal relacionado por algo personal con uno de los círculos del infierno de Dante, no consiguen mantenerse así todo el tiempo y pronto empiezan, en cuanto saltan las tensiones, a llamarse por su nombre.

El tema de fondo sería la trascendencia de la realidad hasta ese otro mundo, el de los muertos, que, en su fuero interno, desearían que fuese real y que se pudiese transitar entre ambos. Ahí habría diversos propósitos, el más inocente de los cuales sería comunicarse con alguien fallecido que fuese muy cercano, cuya muerte todavía doliese en el alma, más que nada porque habrían quedado cosas por decir antes de la partida. Pero también habría otros propósitos más oscuros y peligrosos.

Claro que la cuestión es cómo se puede pasar de un mundo a otro y ahí es donde se complican las cosas, pues el planteamiento encierra muchos peligros, el menor de los cuales sería una enajenación mental temporal, más o menos prolongada en el tiempo. Aunque lo parezca, no es un juego.

Como el transcurso de tiempo es reducido, los personajes están situados en un momento concreto de sus vidas, sin que haya modificaciones sustanciales en sus caracteres; ni siquiera Gara, que estará obsesionada desde el principio con su propia carga de culpa, lo que le impide evolucionar, aunque tampoco es que ella misma quiera hacerlo.

Sea como sea, "El décimo círculo" resulta una novela bastante interesante, que se lee con avidez, por más que se rechacen algunos de sus postulados, mientras muestra una historia tan intensa como oscura, tanto por la trama como por los propios personajes.

Selin