El agua roja

Opinión:

"El agua roja" es una novela de género negro de Íñigo Egaña que ha sido publicada por la editorial Alrevés.

La narración tiene un tratamiento peculiar, pasando de que uno de los protagonista cuente lo que ocurre en primera persona a que la misma escena continúe ahora con un narrador externo en tercera persona; hubo alguna vez que pensaba que me había despistado o perdido, pero no era así, sino que esa es la estructura que le ha dado el autor a su novela.

Además incluye unos cuantos "diálogos" entre Sara y el hombre momificado que sigue sentado en el sofá, tal cual se murió, tal como se supone, tres años atrás; es una conversación que se presume silenciosa, en la mente de la protagonista, aunque tampoco sería de extrañar que se rompiese el silencio, mientras sigue la charla y ella se toma un vaso del licor al que le ha invitado el muerto que lo pruebe.

Empezando así, ya se puede esperar cualquier cosa, que pronto llegarán más sorpresas, como la identidad del muerto, que complicará el asunto de la herencia. Al menos al principio, que no se podría quedar así el asunto, bloqueado por falta de herederos; que no es que haya otro, sino que se liará un poco más el tema, porque al muerto nadie le ha preguntado, tampoco es que fuese a responder sobre el particular, sino que la base es una documentación personal con la que se le podía relacionar.

Entre medio, a mitad de la novela, habrá la participación de otro protagonista, que narrará sus cuitas dirigiéndose a un interlocutor, con el que ha perdido el contacto, en una especie de conversación personal, con aire de recriminación, sobre todo el daño que le hizo a él y también el que hizo a otras personas.

De vuelta al presente, Sara y Mateo se mostrarán muy suspicaces y recabarán toda la información posible sobre la historia de los moradores de la casa y las circunstancias del accidente, aunque tampoco es que puedan sacar mucho en claro, más allá de mantenerse en la duda de lo que pudo ocurrir.

Como toda la historia está trazada como si fuesen pinceladas en un cuadro, sin que lleguen a formar una imagen definida y reconocible, la intriga se mantiene tanto por la necesidad de conocer lo que pasó en realidad, como por la manera en que se resolverá el embrollo, bastante enredado.

Así, "El agua roja" se presenta como una novela que sugiere más que enseña, dando pizcas de información con las que el lector tendrá que componer el estado de la situación, al menos hasta que llegue el desenlace, que dejará cerrado la mayor parte del asunto.

Selin