El acero y la seda

Opinión:

El autor nos ofrece una relatos profundos que recordaremos con nostalgia.

La ambientación en ese Japón milenario, lleno de leyendas, donde el honor era lo primordial y el amor traspasaba la muerte hacen que la lectura sea sosegada y calmada, recreándose en cada escena y palabra, intentando descifrar las claves de esa tradición que traspasa fronteras pero que muchos son incapaces de entender.

Cada uno de los textos consigue transmitir ondas de tristeza y amargura, de valor y sacrificio, de un honor más allá de toda lógica, por lo menos según nuestro raciocinio occidental.

En "Holocausto" se refleja claramente ese honor que lleva al sacrificio. En la narración se cuenta la historia de la rivalidad entre dos familias, una rivalidad comenzada, como no podía ser de otra forma, por una nimiedad que atentaba gravemente contra el honor de uno de los clanes.

En "Kagemusha" somos partícipes de una persecución, en la que el autor se recrea en los detalles y la descripción de un paisaje que tiene gran importancia en este relato.

En "El vuelo incierto de la libélula, el vuelo inquieto del gorrión" asistimos a una historia de amor trágica y mágica. Los sueños de la esposa moribunda que parecen presagiar el futuro, en el que su espíritu se reencarnará, llevarán a su esposo Matsubara a vivir años de inquietud pensando si esos sueños serán realidad o no.

En "Un cerezo en flor y un charco de sangre" asistimos a los instantes iniciales a un duelo, donde uno de los contrincantes se recrea en el amor por la poesía, una poesía que habla de una muerte bajo un cerezo en flor.

Se trata de lecturas sosegadas, calmadas, adecuadas para leer en cualquier momento que consiguen transmitir esa tradición milenaria y mágica con una narración en forma de cuento. Tradiciones que parecen vislumbrar el futuro, que mantienen la esperanza, pero que están llenas de tristeza.

Mila L. Castelo