Diario de una perdida

Opinión:

Pocos testimonios literarios contra la hipocresía social tienen la fuerza y sinceridad de "Diario de una perdida", este subclásico de la literatura alemana, cuyo legado fue injustamente oscurecido por el nazismo y que tenemos que agradecer al buen olfato de la editorial El paseo.

Esta novela de una sorprendente modernidad estilística cuenta la caída a los infiernos de la joven Thymiam, protagonista de la novela (que Margarete Böhme viste en la ficción como la recuperación de un supuesto diario), quien cae en la prostitución como consecuencia de la presión ejercida sobre ella por una sociedad hipócrita, que prima el sentido del honor y la reputación de un apellido sobre el valor de cada persona. Con la muerte prematura de la madre de Thymiam, la familia queda gobernada por un padre que no está a la altura de las circunstancias, y que dejará las grandes decisiones en manos de criadas y familia cercana. Un trabajador de la farmacia del padre aprovechará la candidez y soledad de la chica para aprovecharse de ella. Un bebé nacerá de esa relación, marcando para siempre a su entorno. Para cubrir apariencias, la familia dará el hijo de Thymiam, será entregado en adopción a una familia. A partir de esta humillación y pérdida, a la joven no le quedará más que un perenne descenso al infierno de la marginalidad.

Margarete Böhme, nacida en Alemania en 1867, escribió esta obra en 1905, y llegó a ser un éxito inmediato, aupada sobre todo por la brutal honestidad con la que la historia es narrada. La portada elegida por El Paseo es impagable, magnífica. Esos ojos en plano retrato de la singular actriz Louise Brooks, fotograma de la adaptación al cine de "Diario de una perdida", una producción alemana de 1929.

Una novela recomendable y atractiva, contada de una forma personal y directa.

Rafael Ruiz Pleguezuelos