De donde viene el viento

Opinión:

"De donde viene el viento" es obra póstuma que revela el talento hasta cierto punto oculto -por poco difundido- de Manuel Arroyo-Stephens, escritor que permaneció en gran medida en la sombra, devorado por la presencia e importancia del editor y librero que fue un faro de esa España que comenzaba a caminar en democracia. Nacido en Bilbao en 1945 y muerto en El Escorial en 2020, se convirtió en una figura importante en la difusión de literatura y ensayos durante la transición española y la democracia.

Arroyo-Stephens poseyó una prosa sólida, que demuestra una cultura muy amplia y esa condición de conocimiento especial del que ha estado con todos y en todas partes. Muchas de las anécdotas del mundo cultural y literario español que aquí se cuentan se ofrecen con nombres y apellidos, y otras con velado disimulo y pequeño fingimiento, que los lectores con más recorrido desvelarán sin problema. Probablemente lo más interesante del volumen sea esa intrahistoria de lo cultural que se revela en sus páginas, pues hay bastante de ajuste de cuentas con el pasado y redescubrimiento desde la observación minuciosa, que después es bien llevada al texto. En "Mi madre es una trucha", el autor nos sumerge en una reflexión íntima y poética sobre la identidad y el origen. "Un hombre de negocios" explora las complejidades del mundo cultural y literario con una mirada crítica y mordaz. "Desperdicios" mantiene un tono más filosófico y contenido, en meditación compartida de los restos del día, la herencia de la memoria y los problemas y descubrimientos de una vida en vanguardia de casi todo. Mi texto favorito es sin duda "Cuatro Quijotes", relación de sus primeros pasos como editor, que mantiene un ingenio y una vena cáustica que cautiva.

La prosa de Arroyo-Stephens es precisa cuando tiene que serlo, y alza en vuelo poético cuando toca. Sabe modular y cambiar de registro porque es lector experimentado. Se permite la ironía y hasta la sorna, de modo que es buen alimento para grandes letraheridos y todos aquellos que tengan curiosidad sobre la trastienda de nuestra vida cultural. Por el libro desfilan Torrente Ballester, Javier Marías, Ángel González o García Hortelano, cada cual con su anécdota y descubrimiento. Este libro no solo revela la maestría de un escritor hasta cierto punto oculto, sino que también invita al lector a reflexionar sobre lo que importa y no en el mundo cultural y lo que queda después de un largo viaje de experiencias.

Si disfrutan este libro que les recomiendo sin reservas, recuerden acudir a su obra más difundida, Pisando ceniza, editado en su propia editorial y una estupenda crónica de un librero en el Madrid de los años 70.

Rafael Ruiz Pleguezuelos