Curar la piel. Ensayo en torno al tatuaje

Opinión:

Ganadora del Premio Anagrama de Ensayo 2023, esta obra nos descubre mucho más que solo tinta y piel… nos conduce por un sendero que se va haciendo cada vez más grande, abarcando historia, memorias, recuerdos, sapiencia, cultura.

Es que el tatuaje en sí da mucho que hablar, porque nunca deja a nadie indiferente, sea por su significado, sea por su calidad, por su originalidad o porque simplemente levanta cejas por donde te pasees con este…

En este sentido, el autor ha organizado este ensayo en torno a cinco de sus veintialgo tatuajes que porta para poder explayarse, no solo a un tema en particular, sino sobre todo lo que conlleva en su entorno. Y hay mucho ahí, nada mar adentro, se hunde en la profundidad y nos trae a la superficie abundantes joyas para deleitarnos con un acervo cultural de lo más variado. Y también lo dicen sus citas al principio de cada capítulo, hay un eclecticismo en ellas que encandila y dan más ganas de adentrarse en el sendero.

Pero vamos por partes, ya en el Prólogo nos anuncia muchas cosas y una de ellas es que desea llenar un vacío respecto al tema de tatuaje, luego, en cada capítulo, al usar esos cinco tatuajes, elegidos por él, claro, pero que denotan una cierta huella que ha calado tanto como la aguja en su piel.

Esto son cinco elegidos: escarabajo (su primer tatuaje), dragón y amazona, bruja, golondrina y Sibila, que dan sentido y urden una red que amalgama conceptos, ideas, historia y sobre todo, piel… y todo aquello que significa: recuerdos, experiencia personal, añoranza. La vida misma.

Y no solo es eso, también nos dispara con mucha historia, mucha bibliografía (al final del libro está para quienes deseen seguir indagando) sino que además nos habla mucho del propio autor, sobre todo en torno al momento y lugar donde fue escrito este ensayo, quizás por ello es tan visceral… aunque Nadal Suau lo señala en el Epílogo (hace mucho que no lloraba al final de una lectura), no es un libro sobre su padre y sus circunstancias, sino un ensayo sobre el tatuaje y su entorno, sobre la cultura, la gentrificación del tatuaje sobre su signo y su significado, sobre el rito y el ritual, por decirlo así.

Pero no nos engañemos, es mucho más que eso, también es un dialogo con su padre, es una catarsis, escrito en parte en esas noches velando el sueño paterno, es una lectura llena de conceptos y de palabras que navegan en tu cabeza buscando un puerto, un significado… porque el autor pulsa en un ritmo propio, con un léxico fascinante y una soltura de ideas que imbrican una cultura amplia y diversa.

Hay muchos conceptos que brillan en esta obra, me gusta mucho lo de llamar "curador" a quienes portamos tatuajes, porque nuestra piel se cura, se hace eterna, tan eterna como efímeros somos, polvillo estelar, apenas un parpadeo en el universo. Y que "tatuarse es una fiesta", hasta me lo tatuaría, oiga. Creo que nunca una frase dice tanto de lo que somos y de lo que ven lo demás cuando observan nuestra piel.

Otro tema que me fascinó, sobre todo porque habla de uno de los mis libros favoritos que es "El hombre ilustrado" de Ray Bradbury, donde platica de muchas ideas relativas al concepto del tatuaje y la cultura, entre otros temas.

Y un asunto también muy interesante que plantea que es el paralelo que hace entre el escritor y la literatura con el curador y el tatuaje o los tatuajes que elige para habitar su piel.

También hay que recalcar que la edición lleva una cubierta con relieve maravillosa, gracias a lookatcia quien ha diseñado toda la colección, y en este caso, ha texturizado el concepto de tatuaje gracias a un tigre en relieve que contextualiza claramente la idea.

Es un ensayo que bien tiene merecido el premio concedido, porque te pone la piel chinita al leerlo, está lleno de emociones, pero también de experiencias, de ideas, de conocimiento. Es un libro para leerlo con calma y recomendarlo a curadores y no curadores… mi primer tatuaje me lo hice al acompañar a una amiga a hacerse el suyo, fue breve y conciso, lleva más de 15 años y ya ni me acuerdo que está ahí, pero nunca olvido el significado intrínseco de su diseño. Tiene miga la cosa, porque se relaciona con mi tesis doctoral que nunca pude ni empezar, pero esa, esa es otra historia.

En fin, este ensayo cautivará tanto a amantes de la piel entintada como a sus detractores, porque no solo habla de tatuajes, sino de todo lo que nos lleva a ellos y por ellos. ¡¡Súper recomendado!!

Carol Inabé Barba