Cuadernos. Volumen IV

Opinión:

Prosigue Hermida Editores con esta publicación la impagable constancia de publicar este inefable sabio entre los sabios.

Aunque Lichtenberg nos advierte en ese conjunto de aforismos contenidos en este volumen que "si el cielo considerase necesario y útil reeditar mi vida, me gustaría hacerle algunas observaciones no del todo inútiles para la nueva edición, que principalmente atañen al diseño del retrato y el plan de conjunto", tenemos la fortuna de que los dioses, o quien ostente tal competencia, no hayan caído en semejante tentación y las sucesivas generaciones que han nacido y desaparecido tras la extinción corpórea de semejante personaje podamos gozar de la genialidad de ese "plan de conjunto" moral e intelectual.

Tiene razón este pensador cuando nos advierte de lo sorprendente del abuso de la palabra infinito en la vida cotidiana exige de este que sea bello o agradable, porque en caso contrario hubiera sido insoportable tal abuso. Por eso la infinitud virtuosa de advertencias, intuiciones y sutiles pistas que nos ofrece el pensamiento de Lichtenberg, son necesariamente positivas, porque enriquecen la inteligencia de quien las lee.

Como escribí en una anterior reseña, la mejor lección de Lichtenberg es que todo se puede cuestionar, denunciar, someter a escrutinio e incluso servir de suave escarnio, porque no hay obra humana que no pueda sujetarse a estas posibilidades del pensamiento.

Un provocador elegante, inteligente, lúcido, que es todo lo contrario de aquel que señala, cuando escribió que "tenía la peculiaridad de que nunca leía libros malos, pero en cambio los escribía, prueba segura de que, o no había entendido lo que había leído, o no tiene que haber entendido lo bueno que tiene ser entendido". Un dilema que ni se aproxima a la obra de tan lúcido y provocador pensador, buen comensal del ingenio y cultura ajenos, para ofrecernos una visión del mundo tan imperecedera como indispensable.

Hay que dar unas enormes gracias a Hermida Editores por perseverar en la publicación de todos los cuadernos de este increíble y lamentablemente poco conocido personaje. Compren el libro con urgencia y disfrútenlo con el sosiego de espíritu que merece.

Jorge Riet