Como si fuera un río

Opinión:

"Como si fuera un río" es una preciosa historia sobre el amor, los prejuicios, la pérdida a consecuencia de dichos prejuicios; de soledad, pero también de supervivencia, de resistencia, de una generosidad enorme y, por fin, de esperanza, que narra la vida de una joven cuya vida cambia de repente a causa de un encuentro casual con un desconocido.

1948: Iola, en un pueblo remoto y olvidado de Colorado, que poco a poco va descomponiéndose, vive Victoria, 17 años, sumida en la triste rutina de la decadencia de los escasos miembros de su familia desde el fallecimiento de su madre; sola en una casa de hombres, manteniendo la casa limpia, llenando sus barrigas, lavando su ropa, cuidando de la granja y el melocotonar y, por si fuera poco, lidiando con la maldad de su hermano pequeño.

Un día, un accidente casual desencadenaría el principio del cambio cuando Victoria se cruza con un muchacho más o menos de su edad, extrañada porque ella no era esa clase de chicas en la que los chicos se fijan, y algo se despierta en ella; empieza a sentir sus primeras chispas del amor y, aunque nadie le había hablado nunca de los asuntos del corazón, descubrirá un paraíso de sensaciones que serían su paso hacia la feminidad. ¿Quién es él? Wilson Moon, un joven sin pasado ni futuro, solo con un presente; sin un lugar al que llamar hogar, siempre de paso. Y, un "sucio" piel roja para la sociedad, esa tribu que había cometido actos violentos contra las generaciones de blancos anteriores cuando intentaron civilizar el Oeste y el gobierno había trasladado a reservas donde no podrían causar más problemas.

Un joven que, en cambio, haría que Victoria viera lo hasta entonces conocido como un decorado inerte, sin vida; su hogar se volvería cada vez más borroso como si fuera un lugar al que ella ya no pertenecía; un hogar que en otros tiempos había estado llena de promesas y esperanzas que fueron muriendo. El amor la sorprendería como una riada y descubriría una parte de sí misma que no quería perder sin saber los riesgos y el precio a pagar.

Inmediatamente después la tragedia sobreviene y Victoria descubrirá a su temprana edad lo tenaz que puede llegar a ser una desgracia; el dolor barrerá todo lo valioso que había vivido; aprenderá que por cada gramo de bondad que hay en este mundo, hay dos gramos de maldad; tendrá que dejar a un lado la pena y anteponer el sentido práctico, incluso cometer un acto inconcebible para una mujer mientras se parte por la mitad y llora en silencio; ese silencio que es como un perro guardián de su verdad ante la sociedad que era demasiado cruel; la crueldad de los que la rodean la llevará a dejar atrás el pasado e intentará reconstruir su vida buscando la fuerza de una nueva tierra; se transformará en una mujer que tomaría decisiones, en una mujer con la fuerza necesaria para salir adelante, sola. Se convertirá en una criatura salvaje para sobrevivir, hasta que su instinto la lleve a regresar a su hogar porque "los paisajes de nuestra juventud los llevamos dentro, grabados para siempre en la persona en la que nos convertimos".

Existe un tipo de tristeza que lo cambia todo, pero sobrellevar la pena sola no significaría ser fuerte. Serán varias las etapas en las que se habría dejado morir si no hubiera sido porque la vida y la esperanza empuja para salir por cualquier grieta y da la oportunidad de reescribir la historia. Una emotiva historia, con el relato escrito en primera persona, desde los 17 años de Victoria hasta los 40, una buena chica, siempre obediente, amable y respetuosa que se las apañó sola para salir adelante en ausencia de su madre hasta que un día se enamoró y borró de golpe todo cuanto había sido hasta entonces.

Llegaremos a la última página con un final donde confluye la historia de otra madre igual que ella, luchadora, superviviente que le dará las respuestas que su alma necesita; con ella se enfrentará a su pasado como si fuera un ajuste de cuentas para admitirlo, perdonarse, y recuperarlo. Una historia inspirada en hechos reales con el río Gunnison de fondo y su trazado de enrevesado recorrido como su propia vida, con bellas descripciones de lo que la naturaleza nos proporciona, y con lo que sería el acto más honesto que Victoria habría hecho en toda su vida: enamorarse de Wilson Moon.

"La fuerza está construida a partir de pequeños triunfos y de infinitos fracasos. Todos nos caemos, brotamos de los escombros, nos levantamos confiando en que todo saldrá bien".

Belén Flores