Carretera fantasma. Volumen 2

Opinión:

Jeff Lemire vuelve a la carga con su "Carretera Fantasma. Volumen 2", mientras va creando y descreando esta historia compleja y perversa, apoyada en los lápices misteriosos de Gabriel H. Walta que va creando una atmósfera cada vez más oscura. Un artista enorme a la altura de un autor de culto como Lemire.

Si de respuestas se trata, en esta segunda parte vamos sobrados. Arrancando directamente desde donde lo dejamos en el tomo anterior, vemos a nuestros protagonistas conduciendo por una carretera desértica y encontrándose, por momentos, con unos seres de aspecto incomprensible. Un extraño misterioso al que conocerán en un derruido restaurante les dará más pistas de lo que está ocurriendo... Aquí la sensación es de huida ante un peligro inminente, que todavía no podemos vislumbrar. Pero hay más de lo que podemos ver, y allí es donde teje su modesta telaraña de engaños el autor, para precipitarnos al próximo libro.

Decíamos en la reseña de la primera parte, que este tebeo era un poco como un episodio de la Dimensión Desconocida, y aquí se reafirma esa sensación. Las criaturas que gimen, sollozan y se arrastran por las calles parecen alienígenas pero, ¿en el fondo lo son, o se trata de algo más horrible? Recuerda también a una buena road movie, con Dom manejando el camión, y ahora sabe que su compañera se llama Birdie. Se nota la buena química entre ellos, y cada nuevo misterio que se va revelando lo descubren juntos.

El artefacto extraño que hallaron en el número anterior los tiene bajo control, y no hay nada que puedan hacer para evitarlos. Este nuevo mundo al que han sido transportados no augura nada bueno, y es desconcertante cómo Lemire va poniendo, con gran maestría, esa pregunta en nuestras cabezas que ya va siendo hora que nos hagamos: ¿Todo es real o producto de una alucinación masiva?

Una vez más no puedo dejar de detenerme en el arte de Gabriel Walta y el color de Jordie Bellaire. Aportando un estilo vetusto y ajado a las páginas, dan una sensación de lejanía y hundimiento a todo el escenario y los personajes, como si se tratara quizás de un sueño, con tonalidades opacas y grisáceas, que casan perfectamente con el guion. Definitivamente, Walta es un artesano que conoce su oficio y sabe llevarlo a término como nadie. Además, las escenas de violencia están muy bien ejecutadas.

Un mundo en carne viva, la muerte y la destrucción se palpa en cada viñeta, y la historia nos mantiene atados a su narrativa, no podemos dejar de leer.

No es algo que no nos pasará antes con cualquier otra obra de Lemire, sea Sweet Tooth o Gideon Falls, cada cómic de este hombre es una obra maestra, y Carretera Fantasma no es la excepción. A seguir disfrutando.

Violeta Lila