Burbujas de acero

Opinión:

"Burbujas de acero" es un libro sobre un grupo heterogéneo de personas que, unidas por un hallazgo extraordinario, trabajan juntas para alcanzar un objetivo muy ambicioso. Cada uno es necesario para la misión burbujas por sus diferentes habilidades o activos, y al ser tan diferentes, sus historias y perspectivas con muy variadas, habiendo pequeñas subtramas dedicadas a ellos.

Aparte de la organización para extraer lo que quiera que lleve el submarino nazi, también hay varias historias secundarias (un romance, un piloto de helicópteros en misión a Afganistán...), incluyendo una subtrama más fuerte con un antagonista que empieza pareciendo un amigo pero que pronto empieza a mostrar su lado siniestro y otra sobre uno de los dueños del buque cazatesoros. Y, por supuesto, están las numerosas trabas a las que deben enfrentarse para averiguar qué hay en ese submarino y sacarlo sin que se enteren las autoridades y lo pierdan todo.

El mayor problema de la novela es de estructura. Muchas de las subtramas (sin la mayoría de las cuales se podría haber desarrollado la historia sin problema) están desorganizadas o se narran en momentos en los que el interés en ellas ha pasado por completo. Además, hay bastantes repeticiones de cosas que se mencionan varias veces sin aportar apenas datos nuevos sobre lo que ya se había contado. Esto hace que me resultara una lectura lenta y a veces un poco pesada, dándome la sensación de que le sobraban muchas páginas.

También encontramos flecos sueltos y unas cuantas cosas forzadas, no solo en la resolución de la trama, sino a lo largo de toda la misma. Desde catástrofes naturales improbables que quedan sin explicación hasta cambios de actitud en algunos personajes, oportunos para que la historia siga por donde desea el autor, pero no para la solidez de la misma.

En definitiva, es un libro con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Las curiosidades sobre los submarinos nazis y las teorías sobre los muchos que desaparecieron tienen su interés, pero la historia no acabó de funcionar a la perfección por diversos motivos.

Déborah F. Muñoz