Bola ocho

Opinión:

Lo de "Bola Ocho" es un realismo descarnado, sucio, de personajes escépticos y descreídos, que si no están de vuelta de todo cuando inician la historia, aprenderán a estarlo en los sucesos que se vivan en el relato. Los temas son profundamente juveniles, una iniciación a la vida adulta, aunque no todos sus protagonistas estén en esa etapa; tratan con frecuencia de amores locos, no correspondidos, salvajes, mal equilibrados. Alguien que pasa de alguien, alguien que se enamora de la persona equivocada, con mucha frecuencia a sabiendas de que la relación no tiene futuro alguno. El sexo se encuentra omnipresente, además en su versión más cruda y orgánica. Sin asomo de tabúes o represión. Hay sexo trascendente e intenso, junto con otro intrascendente y casual, de mero desahogo. Elizabeth Geoghegan escribe sin tabúes ni prejuicios, y eso me gusta y le da más valor al libro.

En los relatos también se ofrece algún que otro ajuste de cuentas con el hipismo y el espiritualismo new age, que me han interesado bastante, sobre todo en la exploración acerca de qué hay de realidad en esos retiros espirituales o de yoga con los que intentamos que nuestra vida mejore. Hasta qué punto podemos fiarnos de la persona a la que deseamos, es uno de los temas recurrentes. Resulta especialmente interesante la manera en que traza cómo el sexo puede ser una extensión de la soledad, y la manera en que las adicciones moldean la vida de quien las sufre.  

Contiene una lírica que puede pasar desapercibida en una primera lectura, pero que permea el texto confiriéndole una textura literaria que es menos evidente de lo que parece, pero que está ahí y tiene su valor artístico.

Mi historia favorita de la colección es probablemente "La hora violeta" (que por cierto no aparece en el índice de la edición), el camino de una joven llamada Violet tras un chico del que se ha quedado prendada, pero que sencillamente no la ama. El tsunami que asoló las costas de Tailandia en 2004 es el telón de fondo de esta historia sobre desamor y dificultades para encontrar el norte de tu vida. "Bola ocho", la historia que da título a la colección, también es potente e interesante: la relación entre dos hermanos que comparten, entre otras cosas, ciertas adicciones. "El chico árbol", el relato de inicio, es en gran medida un compendio de todo lo que encontraremos después.

En la publicidad de la obra se alude a Lucia Berlin como una referencia (se presenta como su protegida), aunque yo le encuentro más ecos de Dorothy Parker o Grace Paley. Tampoco necesitamos compararla con nadie. Es una buena escritora de relatos cortos por sí misma, y su libro una recomendación para los amantes del género. De cualquier forma, relatos cortos en el estilo del realismo sucio anglosajón, bien armados e interesantes, de una autora muy a tener en cuenta en el futuro.

Rafael Ruiz Pleguezuelos