Antonio Gómez Rufo

Eroticalia

Ella

ELLA

 

Ayer conocí a una mujer de veintiocho años que era virgen. Fue una experiencia tan escandalosa que me quedé a hablar con ella para conocerla mejor.

 

Desde el principio la cosa fue bien: fluida la conversación, cómplice el trato, insinuantes miradas, presencia reiterada de los labios que hablaban…

 

Se nos hizo la noche corta. Y después del segundo gin-tonic enumeró un decálogo con sus esencias: Que tenía que pensar menos y besar más. Que creía en los dragones porque uno de ellos le quemó el alma y desde entonces sólo era esqueleto y carne. Que gastaba mucho dinero en libros y en discos porque era la mejor herencia que podía dejar a sus sobrinos. Que
Gomezrufo -fotonunca se enamoraba y, si lo hacía, lo hacía en silencio y mal. Que no le gustaba la miel porque ya la había probado en labios que le dieron veneno. Que nunca lloraba porque tenía alma de estatua de sal. Que su repóker de ases eran Sabina, Woody Allen, Salinger, los hermanos Coen y Berlanga. Que no hacía nada que no quisiera, salvo ir a funerales cuando no le quedaba más remedio. Que el amor no era confortable, porque, como las guerras, había que lucharlo. Y que había cosas que, pareciendo perfectas, estaban destinadas a la destrucción, y que cuanto antes, mejor.

 

Después de eso nos vinimos a casa, claro. Y nos hemos pasado la noche follando como locos y, a ratos, dormitando. Ahora, a su lado en la cama, tecleando estas palabras en el portátil, la veo dormir tan plácidamente que sigue pareciendo una virgen. Hace un rato ha abierto un momento los ojos, me ha mirado y, en vez de salir corriendo, me ha regalado una sonrisa de ángel.

 

Ayer conocí a una mujer virgen de veintiocho años a la que daba gusto oírle hablar de ella misma y de Dostoievski, García Márquez, Jardiel Poncela y La casa de Bernarda Alba. Ya no lo es. Y es que hay cosas destinadas a la destrucción a las que alguien ha de poner remedio. 

 

Texto y foto: Antonio Gómez Rufo

 

 

 

Si te ha gustado, puedes compartirlo en las redes sociales:

Sigue los comentarios publicados RSS feed for this post. Puedes dejar un comentario.

Comentario de los lectores: