EL APOCALIPSIS
TÁNTRICO DE WILLIAM BLAKE
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Álvaro Bermejo
En tiempos de siembra aprende, en
tiempos de cosecha enseña
y en el invierno goza.
La senda del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
Quien desea y no actúa engendra la plaga.
El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.
Proverbios del
Infierno, 1792
Casa de W.Blake, en el
Strand londinense
LAS BODAS DEL CIELO Y EL INFIERNO
El Poeta, como el Brahmán, se presenta como un
intermediario entre los dioses y los hombres. Así como su palabra,
su arte implica un desafío a las convenciones de su tiempo. Al
postular la superioridad de la intuición sobre la razón, Blake
consideraba que las formas perfectas solo pueden reproducirse
desde su visión interior, y no de la observación de la naturaleza.
Ante la mirada del visionario, sin embargo, los sucesos más
triviales encerraban un sentido mágico y trascendental. Su
casa, su calle, su ciudad, se integraban en una topografía sagrada.
Cuando dibujaba o grababa sus maravillosas escenas míticas, su
técnica, sus materiales, sus colores, estaban cargados de una
significación esotérica. "Los mensajes más oscuros son emisarios de
la verdadera realidad", declaraba aquel para quien el Infierno se
manifestaba como la luz misma.
La paradoja blakeana apunta al postulado de la coincidentia
oppositorum que enseña la tradición hermética. Según
esta, la Edad de Oro que inaugura nuestro ciclo cósmico encuentra
en nuestra época, fase terminal de ese ciclo, su propio reflejo
invertido. Nuestras instituciones, nuestros valores y sus
representaciones, no son más que una parodia invertida del mundo
primordial. Según Blake, en este mundo al revés el hombre ha
perdido el norte y se ve condenado a caminar, a semejanza de
los habitantes del Reino de los Muertos en el Antiguo Egipto, sobre
el techo de su caverna, cabeza abajo. Se imagina vivo no siendo
otra cosa que un cadáver, mientras lo que cree venir de lo alto es
un mensaje de los infiernos. El paso de la Muerte a la Vida no
podrá efectuarse más que a través de una segunda inversión del
orden de las cosas que restablecerá, por su identidad con el orden
primordial, una nueva Edad de Oro.
Tantra, Ayurveda y Alquimia tienen su origen en una filosofía
que conceptualiza al Universo en términos sexuales como una
creación de Shiva y Shakti. Blake no contempla otra cosa
cuando habla de las Bodas del Cielo y el
Infierno por medio de su lenguaje de arquetipos. La
imagen original del mundo sería esa Jerusalén Mística ocultada por
la luz negra de Urizen, mientras que el Hombre Nuevo
encuentra la suya en el primer Adán, el Adam-Kadmon andrógino, raíz
del Genio Poético. Reintegrarlo a su estado de pureza original
equivaldría a fusionar el efecto con la causa, abrir un nuevo
ciclo, precipitar el Fin de los Tiempos donde se reabsorberán las
cuatro edades de la humanidad.
Opus Nigrum alquímico, Kali Yuga ancestral. Este Blake que
conjura la creación y destrucción de mundos hace suyas las palabras
del Fausto de Goethe: "Destruye
este mundo, verás surgir un mundo nuevo". Así escribe: "Todo
lo que puede ser creado puede ser destruido, solo permanece lo
inmanente". Y lo inmanente se manifiesta en la obra de este
demiurgo proscrito para la sociedad de su época, pero
sostenido por su inextinguible sed de absoluto, por un furor
sagrado que no deja de batirse contra todo y contra todos,
sin otra ambición que reencontrarse a sí mismo, desencadenado y al
fin triunfante.
CARA A CARA CON SATÁN / EL PASO DEL UMBRAL
El Tantrismo enseña que "por los mismos actos que hacen arden a
ciertos hombres en el Infierno, el sabio accede a la iluminación
eterna". Por sus actos -enseñanza alquímica suprema-, el iniciado
será conducido al enfrentamiento final y decisivo con su "doble
negro", esa Fuerza de las Tinieblas que oculta en lo más profundo
de sus pliegues abisales el diamante cegador de la Sabiduría y de
la Vida.
Se trata del enfrentamiento final contra Satán. "¡Satán, mi
espectro! -exclama el visionario de Broad Street-. Tu trono
es el de los clérigos y las Iglesias, buscas implantar en los
hombres el miedo a la muerte y el terror a la vida. El mío consiste
en enseñar a los hombres a despreciar la muerte, aspirar a
una majestad sin temor, libre de tus terrores y tus leyes. Vengo a
desvelar ante el cielo y el infierno la gloria del Hombre Nuevo".
Pero lo hace abrazándose a Satán con la misma fuerza con que
Los se abraza a Urizen, consciente de su caída en el abismo
para romper las cadenas de su dominación. Solo entonces podrá abrir
las puertas que se ocultan tras el Trono de Satán y caminar hacia
la Jerusalén eterna.
Franquear esas puertas equivale a permutar lo que impera abajo
por lo que se oculta arriba. Reversión cabalística, lectura de la
Tabla Esmeralda, Paso del Umbral donde el neófito muere a la vida
relativa para renacer en la absoluta. Desde el lado visible esta
transmutación íntima y a un tiempo grandiosa solo puede ser
entendida como una derrota y una muerte aterradora. Desde el otro
lado presenta todos los atributos de una victoria sobre el mundo y
una superación del grado decisivo en la enseñanza hermética.
"Hablo de un estado conocido como Aniquilación Eterna donde
nadie osa penetrar, salvo los Vivientes que se atreven a desafiar
al Infierno a la Muerte y a la Tumba". El héroe de esta gesta
sagrada será entonces un "jivanmukta", un dueño de la vida, tal
como lo describe el Advaita, uno de los libros sagrados
del hinduismo. Y es que de la India colonial llegó a Gran Bretaña
la enseñanza de los Maestros de la Muerte en pleno siglo XVIII. Su
embajador sería John Aubrey, el primer escritor que vinculó
Stonehenge con los druidas. Blake
fue su heredero. Según refiere Schuchard, un amigo de ambos, el
mitógrafo Edward Moor, le abrió las puertas del ashram de
Zabbatai Zevi, un oscuro santón que ejercía su culto en el
East End londinense. Dentro de él Blake se entregó a prácticas
tántricas de iluminación y muerte en vida, tras someterse a un
escalofriante ritual de iniciación en los misterios supremos.
EL RITUAL DEL AMOR SOBRE UN CADÁVER
Así como dicta el Tantra el iniciado debía pasar una noche
dentro de un ataúd, en compañía de un cadáver. Los acólitos
de la Iglesia Moraviana aconsejaban acompañarse de una concubina:
cumplir con el ritual del amor sagrado sobre el cuerpo de un
difunto. Blake eligió a su esposa mística, Catherine Boucher, una
joven analfabeta que sería su musa hasta la muerte y con la que no
tuvo ningún hijo. Su iniciación en la Noche Oscura se consumó con
visiones inducidas por la ingesta de opio. Buscaban hermanar
Muerte e Iluminación, regreso a la Inocencia e inmersión en la
Experiencia Trascendental. Voz sin palabra, visión sin
objeto, invocación callada. ¿A quién o a qué?
Entre los gnósticos la Serpiente representa la forma que adopta
la energía divina para entrar en el hombre. Para los primitivos
aztecas la sangre de Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, es a la
vez veneno mortal y elixir de Vida -vuelve la ambivalencia-. Los
maestros tantra hablan de Kundalini, la serpiente de fuego que
duerme enroscada en la base del perineo, el chakra basal. Cuando
despierta sube a lo largo de la columna vertebral en un doble
movimiento ondulatorio perfectamente trazado por el caduceo de
Hermes -hoy diríamos la doble espiral del ADN-, para animar todos
los centros vitales del ser humano. Blake lo traduce a su lenguaje
con una imagen tan críptica como diáfana: "Yo soy Orc, enroscado
alrededor del árbol maldito". Cuando Orc penetra a la "Mujer sin
Nombre" -el alma humana-, esta exclama: ""Yo te conozco y te he
encontrado. Has venido para darme la vida en las regiones de la
muerte sombría". Sucede entre tinieblas desgarradas por relámpagos.
El Paso del Umbral implica una muerte en vida, un desgarramiento
alucinado, una fractura del ser en pos de la inmortalidad.
MÁS ALLÁ DE LAS PUERTAS DE FUEGO
Blake interpreta este apocalipsis interior como un despertar de
la consciencia entendida como la unidad inmanente de todas las
cosas. Así como en sus poemas proféticos enlaza el malestar del
hombre con los ciclos cósmicos, en sus grabados asimila la
estructura del cuerpo humano a la del universo, valorizándola como
Templo de Dios por medio de una anatomía mágica: "Cada cuerpo es en
su forma interior un Jardín de las Delicias y un Edificio
Espléndido. No busques a tu Padre Celeste más allá de los cielos.
Pues cada corazón humano tiene puertas de fuego y columnas de
diamantes. Allá se encuentra también el Trono de Satán. Pero quien
logra atravesarlo verá abrirse ante él las puertas de la Jerusalén
Mística". Las puertas se corresponden con los tres centros
energéticos del cuerpo tántrico situados respectivamente en la base
de la columna vertebral -Muladhara-chakra-, a la
altura del corazón, entre la cuarta y la quinta vértebra
-Anahata-chakra-, y bajo la segunda vértebra
cervical -Ajna-chakra-. A los riesgos que implica
abrir las Puertas de Fuego responde el peligro implícito en el
despertar de Kundalini. Todos los maestros del Tantrismo coinciden
en subrayar el carácter particularmente peligroso de esta vía
iniciática. Para Blake no cabe otro camino en la epopeya interior
que conduce al conocimiento de uno mismo.
BLAKE, NUESTRO CONTEMPORÁNEO
El hombre que vio el lado oscuro de la modernidad escribía para
nosotros. Para este tiempo de crisis global, de pérdida de
referencias y convulsión de los valores. Su Europa, como su
América, son gigantes que se desmoronan larvados por su
deshumanización y su codicia. El planeta entero parece estremecerse
como un dios en su agonía. Un efecto invernadero que atraviesa con
tsunamis de fuego el corazón del hombre. Un cambio climático que,
tanto como a las raíces de los cielos, apela a la esencia del alma
humana. Arrebatado por sus visiones, lanzado a una singladura
vertiginosa a través del maelström del infinito, desde el
Primer Libro de Urizen, donde cuenta la
creación del mundo, hasta su Jerusalén,
nos legó una grandiosa epopeya, simultáneamente cósmica y
prometeica, compuesta por más de cien mil versos. Cantaba el
regreso del Paraíso Perdido entendido como un paradigma del
Alma Universal, pero se dirigía a cada hombre. Su conocimiento era
el de los druidas, pero también el de los brahmanes.
Tantra y Mantra, fusión de
creencias, sincretismo trascendental.
Así como el Alma Universal encuentra su reflejo en el Ser
Universal, el evangelio de Blake comienza con un "Yo soy" y
concluye con un "Tú eres eso: Uno en el Todo". Si el
Apocalipsis es antes que nada un estado de consciencia, su Obra
entera es el mensaje.
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