Black Kiss

Opinión:

"Black Kiss" es la segunda obra que leo y reseño de Howard Chaykin tras "Los Estados Divididos de Histeria", que fue publicada, igualmente por Dolmen, en agosto de 2019. En los créditos de este volumen aparece el año 2021 porque hay partes actuales, inclusive un prólogo del propio autor, Howard Chaykin, para esta edición, tal como se puede leer en la página 273.

En ese mismo prólogo, el autor rememora cuál fue el origen de Black Kiss y cómo sucedió también la situación que dio pie al germen de la idea principal, la que luego acabaría dando forma a Beverly y Dagmar, con todas sus características.

Eran los años 80 y a finales de la década apareció la primera parte, compuesta por doce capítulos y que se fueron publicando por separado. Por cierto, al final de este integral aparecen ordenadas once de las portadas (la última es una variación simplificada de la primera), algunas sin más detalles, otras con la información del número. Esa primera parte también llegó a España, igualmente primero como la original, en capítulos sueltos, luego, hará diez años, en un integral que reunió los doce capítulos juntos.

Respecto al tomo en sí, la editorial Dolmen ha realizado una presentación tal como lo merece la obra: tapa dura, con un estupendo y consistente papel, combinando con acierto los complementos escritos con la novela gráfica, además de esas portadas que he mencionado antes y que están colocadas al final del tomo. Una gozada.

Entre esos escritos antes mencionados, está al principio el prólogo de Howard Chaykin y luego, empezando en la página 273, lo que se titula "Black Kiss Memories. Recordando la obra con su autor" y que es un texto de Koldo Azpitarte y Mikel Bao, quienes comentan ampliamente sobre las dos partes de Black Kiss, tanto en lo referente a su concepción y desarrollo como en su diferente repercusión social, además de los proyectos del autor en relación con esta obra. También aparecen mencionados algunos colaboradores, como Ken Bruzenak, galardonado con el Premio Harvey en 1990, precisamente por la rotulación de Black Kiss.

Mientras que la primera parte sigue una trama lineal, la segunda, también con una extensión de doce capítulos, tiene varios saltos temporales, de manera tal que cada capítulo tiene marcado en el inicio la época correspondiente; eso sí, hay cierta continuidad en esas historias con Beverly, o como se llame en ese momento, de protagonista, disfrutando siempre en cada una de la Dagmar de turno y también despidiéndose algunas veces.

Aunque tener este integral entre las manos es una tentación casi irresistible para leérselo de golpe, para mí que lo mejor es deleitarse poco a poco con la compleja historia contenida en esta magnífica novela gráfica, con una trama del mejor género negro y que también tiene unas derivaciones sorprendentes, que el lector deberá descubrir por sí mismo para que el impacto sea mayor.

Selin