Juana Salabert presenta "La regla del oro" en The Hat
Presentación literaria: Aperitivo con la autora a propósito de su novela negra publicada por Alianza
En una terraza del centro de Madrid, en The Hat, un céntrico hostal para estudiantes y viajeros que saben que la comodidad no es un lujo de pocos, fuimos convocados un día de nubes, algo abochornado con ese clima indeciso que marca las primaveras madrileñas, un grupo de expectantes periodistas, escritores y lectores para hablar sobre la última novela de Juana Salabert, "La regla del oro", compartiendo experiencias, anécdotas y mucha literatura con la autora, claro está, junto con Valeria Ciompi, directora editorial de Alianza Editorial, con Raúl García y Marta Barrio, de la prensa de Alianza, con Laura Demaría, encargada de la comunicación de la novela desde la Agencia DosPassos, con Fernando Olmeda, escritor y periodista, colaborador de Nueva Tribuna y Público, con Noelia Jiménez de la revista AR y Marta Landeira de El Imparcial.
Es en este entorno privilegiado, con los tejados de Madrid de fondo, que estuvimos una mañana larga llena de preguntas y revelaciones sobre personajes, temas y el duro trasfondo de la crisis en España, porque de eso se trata la novela. De crisis, asesinos en serie y un misterio por desvelar. Además es la primera incursión de Juana Salabert en la novela negra, presentada por Valeria Ciompi, que nos contó la trayectoria de la autora en el mundo literario, premios y libros a su haber, donde destacan Varadero (Alfaguara, 1996), Arde lo que será (Destino, 1996, finalista del premio Nadal), Velódromo de invierno (Seix Barral, 2001, premio Biblioteca Breve), El bulevar del miedo (Alianza editorial, 2007, premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones), entre otros.
Tras las primeras presentaciones Juana, nos fue contando como fue la gestación de esta novela, porque de rabiosa actualidad, nos muestra esta dura crisis a través de un asesinato, de un asesino en serie, pero nada es lo que parece. Un reto, deambular por escenarios desconocidos: los "compro oro", la calle, la usura de los compradores y la frustración de los que venden. Porque todo se desarrolla en el entorno del paro, de la crisis, de la "prima de riesgo", donde se aprenden conceptos nuevos y la gente va por la vida temerosa, envuelta en una "jerga orweliana" como señala Juana, las familias con los esquemas rotos, con el estupor pegado a la espalda impidiéndoles ver un poco más allá. Ella ha elegido la novela negra porque se prestaba para ello, para mostrar esta crisis de un modo cabal.
Tras preguntas sobre personajes, nos cuenta que Alarde -el detective que lleva a cabo la investigación por el asesinato-, es un joven que carga con un pasado y una infancia triste, pero que se siente muy afín a él. Hay personajes secundarios muy interesantes: Berta, Javier (algo así como el "alter ego" de la autora) y que hay un importante componente que es la real amistad entre un hombre y una mujer.
Ahora bien, otro personaje, por decirlo así, es la misma ciudad, para Juana Salabert, también es esencial, aunque en realidad es un escenario, como tal acoge a los personajes y les imprime su sello, la crisis también es un escenario en sí, dentro de la ciudad y en esta novela se pasea por Simancas, San Blas y el barrio de Salamanca.
Aunque no cree en la "novela denuncia", se siente una "súper indignada" considerando a la Unión Europea casi como una "troika", en sus propias palabras un "madrastrón insoportable y regañón", porque regula, no deja respirar, se atiene a fórmulas obsoletas.
En este sentido, y volviendo a la novela, la asfixiante sensación que no hay una solución cercana a esta debacle económica es donde se centra la autora, en la familia, que es el origen de todo, porque "la crisis entra como un vendaval en todas las casas", derrotando hasta al espíritu más positivo dentro de ella.
Porque los ingredientes de esta novela, que es la razón por la que nos hemos congregado en la terraza de The Hat, son estos: un Madrid duro, pero cálido a la vez, esta España como prima pobre de la E.U., que nos hace caminar más lentos por el sendero de la estabilidad económica, un asesino en serie que se ceba con los "compro oro" y que va a desenmascarar esta crisis que derrota familias y te deshumaniza.
Por esto para la autora es importante el motivo, como dice Rilke: "antes de ver hay que aprender a mirar", observar, buscar fuentes y sobre todo, noticias, por ello es que "los chicos de la prensa", como cariñosamente llamaban a los periodistas en su entorno, es un elemento esencial a la hora de escribir esta novela, ellos aportan la información, la verdad en cierto sentido, el pulso de la ciudad. Es que en la novela se puede mostrar una realidad, para ello hay que estar con el oído y la mirada atenta. Siempre.
Y porque se nos fue la mañana en la terraza, conversando de la nueva novela y de algunas de nuestras pequeñas batallas, aunque eso, eso es otra historia, desgranamos la conversación en temáticas como el voluntariado que hace uno de los personajes, los eufemismos a la hora de explicar este "doble estándar salarial" que padece la periodista que lleva el caso de los asesinatos en la novela, entre otras muchas cosas, porque se nos había ido la mañana ya, el sol picaba un poco, había que levantar el vuelo y no teníamos muchas ganas de salir de allí, nos hubiéramos quedado para seguir hablando no solo de la novela de Juana Salabert, sino de todo aquello en lo que deriva las conversaciones entre personas afines, una complicidad pocas veces apreciada y que gracias a Editorial Alianza con esta iniciativa de reunirnos en torno a una novela para al final conversar de muchos otros temas, hace desear que estas instancias se repitan más veces. Ojalá cunda el ejemplo, como en aquellos salones literarios del siglo que se nos fue. Hablar, comentar, discurrir, si tenemos el don de la palabra, ¿por qué no hacer uso de ella?
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