Crónica de la Feria del Libro de Valencia 2007. Página 3
LA ESPECIALIDAD FUE LA LIJ y la NOVELA
HISTORICA
Y es hora de hablar de la Literatura Infantil y Juvenil y sus
representantes, aunque aquí vamos a colar -por cuestión de
compartir escenario con uno de los autores de LIJ y adultos- a un
entrevistado en Anika Entre Libros que al fin conocí personalmente:
Albert
Hernández Xulvi, que no entra en ninguna de las dos
especialidades (ya avisé que esta crónica es especial, qué le vamos
a hacer si la hago yo y nadie me corrige porque no me dejo).
Xulvi es de aquellos autores que no me conocían personalmente sino
a través de la entrevista que le hizo nuestro colaborador en
Alicante Carlos Ferrer (¡Gracias Carlos!), aunque espero que para
la próxima vez que nos veamos ya recuerde quién soy. Su novela "El
tango del anarquista" recibió el Premio Enric Valor, y no sabía yo
que tenía a Xulvi tan cerca, pues vive en Catarroja (Valencia)
donde nació. A pesar de todo hablamos de Anika Entre Libros y
cuando le conté que ya lleva nueve años online sin ganancias de
ningún tipo y realizada por amor a la literatura reaccionó muy
positivamente y me dijo algo que suelo oir a menudo pero que
siempre me llena de orgullo: "doble mérito tiene".
Xulvi compartía espacio con Vicente Muñoz Puelles, autor de
LIJ y también de novelas para adultos (como una buena mayoría de
autores, por cierto). Aunque no se perciba en las fotos, Muñoz
Puelles tiene unos bonitos ojos azules. La mesita que había ante
ellos estaba llena de libros de distintos títulos del autor, pues
tiene una gran obra a sus espaldas. En este caso presentaba y
firmaba, entre otros, "Los animales de la ciudad", que no se
encontraba en ese momento en castellano (lo hubiera comprado para
mi hijo porque aún está estudiando valenciano y prefiere leer en
castellano con el que se lleva mejor ahora mismo).
Justamente uno de mis libros favoritos infantiles, y también de mi
hijo, lo ha escrito Muñoz Puelles. Se trata de "Oscar y el león de
correos". Mi hijo lo ha leído varias veces, a mí me bastó con una
para encontrar en este libro una historia encantadora, divertida y
útil. Este libro en particular fue Premio Nacional de Literatura
Infantil y Juvenil en 1999. Muñoz Puelles recibió, además, el
Premio Azorín de Novela con la obra "La emperatriz Eugenia en
Zululandia". Uno de sus libros para adultos, "La curvatura del
empeine" (Tusquets, La Sonrisa Vertical) fue editado también en los
Estados Unidos.
En las siguientes fotos podeis ver a Hernández Xulvi y a Vicente
Muñoz Puelles.
Otra de las autoras llamadas a firmar libros en la Feria fue
Maria Dolors Pellicer, que lucía un mechón de pelo
más largo de otro color más llamativo aunque no se aprecie en la
foto. Mujer moderna, su literatura está dirigida al público
infantil. Sobre la mesa pueden verse distintos títulos, todos de la
misma autora. Presentaba su libro "Fil que penja". Editado por
Bromera, cuenta la historia de un gato muy especial, capaz de hacer
que se larguen los ratones cantando con voz desafinada, de hacerse
amiga de un perro o incluso ayudar a resolver un misterio de
botifarras desaparecidas.
Maria Dolors Pellicer también posó para Anika Entre Libros.
LA REINA DE LA LIJ
Como cada año sin falta, vino la reina de la LIJ: Laura Gallego.
Amable como siempre, atenta a todo, con su brazo de hierro firmando
y firmando sin parar, llegaba a la Feria y ya tenía cola esperando.
Es innegable que Laura Gallego ha conseguido por sí sola lo mismo
que J. K. Rowling, que los niños lean libros enormes, de más de 400
páginas, no sólo sin rechistar, sino que además son ellos mismos
quienes los piden a sus padres. Había que ver la cantidad de libros
de las Memorias de Idhún que firmó, y como siempre deteniéndose en
frases trabajadas, nada de un "Para Isabel" y firma al canto. Laura
es generosa porque le sale ser así, y lo demuestra año tras año
como estoy comprobando. Incluso paraba continuamente las firmas
para fotografiarse con sus jóvenes fans.
También es Laura una de nuestras Autoras Destacadas por sus
aportaciones desinteresadas en Anika Entre Libros.
Personalmente yo tenía interés en comprar un libro de su colección
infantil de "Clara" porque quería que se lo firmara a mi hijas
Natacha y Katia. Aún son pequeñas pero tanto mi hijo como yo
estamos ahí para leérselo. Conseguí el libro en la caseta de
Editorials Valencianes pero se les había estropeado la luz y no
pudieron vendérmelo, así que aguardé y más tarde lo pedí en la
misma caseta donde firmaba Laura. No lo tenían a la vista pero tras
pedirlo dejaron un buen montón de ejemplares a su lado (son los
libros de color lila que se ven en la primera foto). Y mientras la
cola de Laura jamás parecía empequeñecer, decidí irme a la parte de
enfrente donde estaba la librería Futurama (de la que luego hablaré
porque merece la pena) a charlar con Jose y su autor invitado a
firmar.
Prácticamente a la hora de marcharse vi que la cola se hacía
pequeña y fui con mi hija Natacha, el libro y la cámara. Natacha,
desde el suelo, alzó el libro para que se lo firmara. Pobrecita lo
que aguantó, tenía verdadera ilusión. Desconocía todavía esto de
que la autora de un cuento le firmara y dedicara su libro y estaba
emocionada. Y llegó el momento. Laura aprovechó el diseño de la
primera página del libro para escribir su dedicatoria alrededor de
un círculo: "Para Natacha y Katia de vuestra amiga Laura Gallego".
En la segunda foto podeis ver justo el momento en que escribía la
dedicatoria en el libro "¿Dónde está Alba?".
LOS ILUSTRADORES AL PODER
Y es que este año le dieron bastante importancia a los
ilustradores, pero si me tengo que quedar con alguna caseta y algún
autor en particular, fue con Futurama y su dibujante de cómics
invitado a firmar ejemplares de "El vecino": Pepo
Pérez.
Pepo Pérez es un dibujante autodidacta que compagina su trabajo
como profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga
con trabajos relacionados con el cómic y la ilustración, habiendo
alcanzado notoriedad especialmente por su trabajo como
historietista bajo guiones de Santiago García en la serie de
álbumes "El Vecino" (dos entregas publicadas hasta la fecha), por
el que fue nominado en la categoría de Autor Revelación en los
Premios del Salón del Cómic de Barcelona 2005.
Se vino acompañado del autor de cómics Sergio
Córdoba, que también tenía allí su libro "Malas
Tierras".
Aunque Sergio no había venido a firmar, como vino con Pepo les
pedí a ambos que me dieran sus direcciones web y posaran para una
foto con sus libros.
La verdad es que me lo pasé muy bien en casi toda la feria, pero
en esos momentos incluso estuve más a gusto, principalmente por el
buen rollo que transmite Jose, el chico que atendía la caseta de
Futurama con el que hablé en dos días distintos (hasta le he hecho
fotos para que le conozcais). Me dijo que la librería está en
Guillem de Castro así que los valencianos interesados ya saben
dónde acudir si quieren cómics y buen rollo.
He aquí al tío más enrollado de la Feria (con mala memoria, pero
el más guay):
Me hubiera gustado escanearos la nota que me hizo Pepo Pérez
cuando les pedí los datos de sus webs, pero me falla el escáner,
así que os cuento cómo fue: cuando fui a escribirlas me dijo que él
lo hacía, cogió mi bloc de páginas blancas y directamente empezó a
dibujar con un rotulador negro de punta medio-gorda. En menos que
canta un gallo tenía allí mismo a los dos (Pepo y Sergio), con sus
respectivas camisetas a rayas y sus respectivos libros, tal y como
los veis en la foto!!! Desde luego pienso guardármelo como un
tesoro.
Y sí, ahora viene José Luis Sampedro con
todos los honores, y a algunos datos sobre la feria para
finalizar.
JOSE LUIS SAMPEDRO, LA ASIGNATURA PENDIENTE
Os confesaré algo, cuando me enteré de que el sr. Sampedro iba a
estar en la Feria del Libro ni por asomo pensé que me "atrevería" a
dirigirme a él. Tuteo por naturaleza, no significa que pierda el
respeto, y generalmente cuando hablo de usted es porque alguien me
impone y suelo sentirme incómoda. Para mí el respeto no está en
hablar de usted, si no en respetar de verdad a la persona con la
que hablas, pero José Luis Sampedro tiene 90 años y, cosa curiosa,
el tuteo no me salió con él, estaba absolutamente alucinada
mirándole y con la impresión de estar frente a una leyenda viva.
Ese día descubrí que cuando le llamaba de Usted no era porque me
imponía, porque por su propia naturaleza te sientes bien a su lado,
si no que me surgió de lo más hondo, como un recuerdo de mi
infancia de aquellas enseñanzas de que hay que hablar de Usted a
los mayores y respetarlos (las mismas enseñanzas que hoy mis hijos
practican porque se las he trasmitido). No se trataba de etiqueta,
se trataba de un respeto enorme, con mayúsculas. Empezamos...
No he leído a José Luis Sampedro, como a otros
muchos autores a los que me encantaría leer, sobre todo porque me
los han recomendado cientos de veces pero nunca he tenido
oportunidad de acabar con un libro en sus manos, así que ese día
decidí comprar algún ejemplar suyo. Descubrí que no había ninguno a
la vista por las casetas que iba, así que paré a preguntar en
algunas, y no había libros suyos que no fueran el último que ha
escrito, "La Senda del Drago". Teniendo en cuenta el poco tiempo
del que dispongo, yo quería comprarme alguno más delgadito para
estar segura de que lo leería. No tuve suerte.
Hacía apenas unos días había metido unas críticas en la web sobre
títulos de Sampedro como "La vieja Sirena" o "La sonrisa etrusca".
Eran comentarios más que positivos de Gacela, una de las amigas de
Anika Entre Libros. Y leyéndolos me entraron unas ganas enormes de
leer sus libros. La Feria del Libro me daba la oportunidad de
conseguir alguno o algunos, pero como decía, no encontré ninguno
que fuera más bien delgadito.
Como yo iba de arriba a abajo parando en casetas y hablando con
quien me encontraba (Laura Gallego, Ferran Torrent...) mi hijo de 9
años, que me acompañaba, se quejaba porque tenía hambre, y al final
me dio pena y le invité a un helado. De pronto caí en la cuenta de
que era la hora del Homenaje a José Luis Sampedro en la
Sala Museu 1, organizado por el Gremi de Llibrers de
València, Associació J. L. Sampedro per a la salut i la cultura,
Salvem el Cabanyal, Radio Klara y Cartelera Turia. Hice correr a mi
hijo hacia el stand de la organización para preguntar porque tenía
entendido que al finalizar, Sampedro firmaría ejemplares de sus
libros. Casi me da algo cuando la mujer que me atendió me dijo que
Sampedro no firmaría libros, y eso que llevaba no sé cuánto rato
escuchando por los altavoces que cuando finalizara el homenaje
firmaría libros en el stand de la Organización. Además, me informó,
ya estaba acabando e iban por el cóctel.
Le compré el helado a mi hijo y le hice venirse conmigo a la sala
Museu 1. Justo cuando ya estaba viendo el cóctel, todo el mundo con
caras alegres, bebiendo, charlando... un hombre del Museo paró a
Erik y le dijo que no se podía entrar comiendo. Mi gozo en un pozo.
Salí de allí con un cabreo descomunal, porque puestos a elegir
entre que mi hijo coma cuando tiene hambre o conocer a José Luis
Sampedro ahora que parecía mi última oportunidad ya que no
firmaría libros, qué duda cabe que el que saldría y salió ganando
era mi hijo. Salimos y nos sentamos en una mesa de la terraza. Al
poco llegó mi marido con mi hija y se sentaron con nosotros. Yo
estaba segura de que José Luis Sampedro ya se habría marchado antes
de que yo llegara o por otra puerta, así que ni siquiera me animé a
entrar a buscarlo. Decidí quedarme con mi familia y pedirme un
cortado.
Lo confieso también: no sabía cómo era Sampedro, sólo sabía que
tenía 90 años. Esa pista fue definitiva porque en un momento dado
comenzó a bajar por las escaleras un señor muy mayor y delgado,
ayudado por dos mujeres. Se dirigía directamente a la carpa de
Organización.
- Ese es José Luis Sampedro -dije en voz alta- seguro.
Esperé a ver que efectivamente se sentaba detrás del cartel que
llevaba su nombre y de su último libro y me levanté eufórica del
asiento. Atrás dejé a mi marido, mis hijos y mi cortado.
Cuando llegué allí ví que exponían muchos libros del autor y
pregunté dónde encontrarlos. Les conté lo que me había pasado y me
dirigieron hacia una caseta donde los tenían todos. ¡Era la segunda
de la Feria, o sea que estaba en la entrada, justo al final del
Passeig Antonio Machado, en la otra punta de la feriaaaaaaaaaa!.
Salí corriendo con mi maletín a cuestas y llegué con la boca seca y
medio atontada por el tremendo calor. Pedí que me mostraran los
libros que tenían de Sampedro y el alivio llegó hasta mí. Era
importante encontrar títulos cortitos porque sabía que sería la
única forma de leérmelos, y así poder colarlos y leerlos al mismo
tiempo que otros títulos que tenía pendientes. Escogí dos, "Monte
Sinaí" porque me constaba por Anika Entre Libros que narraba la
experiencia que Sampedro tuvo en aquel hospital, y "El caballo
desnudo" porque la trama que contaba la contraportada enamoraba a
primera vista. Volví de nuevo corriendo con la impresión de que se
me salía el alma por la boca y avisé a mi familia de que había ido
a comprar los libros (no tenían ni idea de dónde me había metido y
me había dejado el cortado que ya estaba frío) y que ahora me
volvía a marchar, pero esta vez para estar en la carpa principal.
Nos despedimos (ellos se iban al zoo que están en el mismo Jardín
de Viveros donde se expone la Feria del Libro) y me dirigí a vivir
mi gran momento (o grandes momentos)
Soy muy respetuosa, así que si veo que alguien está firmando o que
se acerca algún lector con su libro para firmar, me aparto o
simplemente espero. Así lo hice todo el tiempo con José Luis
Sampedro, pero la fortuna estuvo de mi lado porque a pesar de
que firmó unos cuantos libros, tuve mucho tiempo para estar con
él.
José Luis Sampedro está mayor y él es el primero que lo sabe.
Lleva un audífono y aun así necesita que se le hable cerca y claro.
Con él estaba su mujer, Olga Lucas. Recuerdo que en un comentario
que me hizo la incluyó a ella: "Tengo una mujer que me para los
golpes". Olga escuchaba lo que le pedían los lectores y luego se
acercaba y con voz dulce y clara le repetía al oído lo escuchado.
Sampedro tomaba nota mental y escribía su dedicatoria.
Hubo algunos momentos en que Olga no estaba sentada a su lado, y
fui yo quien le ayudó a entender lo que le pedían, pero justamente
ahí ocurrió una de las cosas más graciosas y divertidas de la
tarde. Una señora venía con un libro de Sampedro y con su nieta,
que a su vez llevaba una edición muy chula de "El principito" de
Antoine de Saint-Exupéry. Sampedro firmó el libro para la mujer y
cuando acabó, ésta le dijo que si podía firmarle el libro a la niña
con algún consejillo.
- ¿Qué? no le he entendido bien.
- Que si puede firmar el libro que le he comprado a la niña para
animarla en la lectura.
- ¡Ah! -Exclamó Sampedro sonriendo y dirigiéndose a ellas:- Es muy
bueno, muy buen libro.
- Ya, pero puede echarle una firmita. -Insistió la mujer.
- No es mío. Cómo lo voy a firmar. Es un libro muy bonito.
Lejos de parecer que ya se acababa, la mujer trató de insistir y
de nuevo Sampedro pareció no entenderle bien, así que fui yo quien
se acercó a él y le dijo que esperaba que le firmara el libro a la
niña y le pusiera algún comentario porque quería animarla a leer.
Pero Sampedro siguió en sus trece, ya fuera por no habernos oído
bien (está más acostumbrado, lógicamente, a la voz de su mujer) o
porque es muy listo.
- Es un libro muy bonito, que lo lea.
Finalmente la mujer se dio por enterada y no sé comprendió que el
señor necesitaba de ayuda para oir bien o no, pero se fue de allí
mirándome con cara de "no se entera". Pues sí que se entera, quizás
no de eso, quién sabe, pero sí de lo demás.
José Luis
Sampedro tiene una mente muy lúcida a sus 90 años, es
amable, generoso, le gusta sonreir y a primera vista, a pesar de
cansado, parece muy positivo. Cuando me acerqué a él porque vi vía
libre le mostré los libros que había comprado para que los firmara
y le dije la verdad: - Usted es mi asignatura pendiente. He
comprado los libros delgaditos para asegurarme de que los leo
porque tengo muchos libros que leer, llevo una revista y apenas
tengo tiempo.
Olga Lucas le dijo al oído exactamente mis palabras, fiel a todas
y cada una de ellas.
Sampedro me preguntó qué quería que pusiera y simplemente le dije
"Para Anika". ¿Qué más daba? Yo estaba tan alucinada que lo miraba
absorta y sonriente (parecía tonta). Una vez me los firmó volví a
separarme y dejar sitio a más gente que quería el puesto, y seguí
observándole. Él se dio cuenta. En un momento dado hablé con su
mujer mientras él firmaba y le pregunté:
- ¿Escribe en el ordenador?
- Escribe de todas las maneras, empieza a mano, luego sigue a
máquina...
Cuando se quedó de nuevo a solas me dirigí a él desde mi posición
(frente a él, un poquito a la izquierda, para no molestar):
- ¿Qué le ha parecido el Homenaje que le han hecho?
- Muy cordial, demasié, demasié... como dicen los chicos. -me
contestó alegre.
En ese momento su esposa se dirigió a él. No llevaban mucho tiempo
sentados:
- Si estás cansado nos vamos.
- No, no, estoy bien.
En un momento dado su mujer se levantó y se marchó, así que
Sampedro se dirigió a mí y me dijo: - ¿Quiere algo más?
Me acerqué a él.
- Verá, es que estoy frente a Usted y no me lo creo. Le miro y me
quedo atontada. Me encantaría hacerle alguna pregunta pero no me
sale nada.
- Pregunte Usted lo que quiera, lo que quiera. -Me dijo esto con
una sonrisa.
Tuve que respirar hondo y aprovechar el momento.
- ¿No le cansan estas cosas?
- Claro que sí, son muchos años. -Contestó.
- ¿Concede Usted entrevistas?
- A veces sí, a veces no. No me gusta dar una fecha -me contó:-
porque igual doy esa fecha y como estoy ya tan enfermo me pongo mal
y no puedo hacerlo.
- ¿Navega Usted por internet?
- No, no, no me llevo bien con estas cosas, tengo una mujer que me
para los golpes. Soy de otra época, tengo una edad que me permite
pasar de internet. Sé que me pierdo cosas intersantes pero por mi
edad, ya paso. No me gusta ni el móvil.
- ¿Pero escribe a máquina?
- Empiezo a mano, voy tomando notas e ideas y luego, cuando está
más avanzado, lo paso al ordenador. Sé lo justo, abrir y guardar,
pero no sé imprimir (risas)
Uno de los temas que tocamos con bastante profundidad fue el de su
salud. Nació de él hablar de ello. Me explicó que cuando llega el
invierno dejaba su casa de Madrid y se iba a vivir a Canarias para
aprovechar el tiempo que hacía allí. Me dijo que era consciente de
lo enfermo que estaba, grave -para ser más exactos-, y vi en él una
lucidez muy grande. Lo admiré profundamente.
También hablamos de las novelas que había escogido, de hecho Olga
Lucas tomó los libros y asentía con el rostro. Cuando cogió el de
"El caballo desnudo" sonrió:
- Este es muy bueno. -Dijo
"El caballo desnudo" cuenta la historia siguiente: En la pequeña
aldea de Villabruna, encerrada en sus rancias tradiciones y en su
sórdido provincianismo, se produce un notable revuelo y las almas
pías se disponen a una cruzada en favor de la decencia. El motivo
es muy sencillo: una mañana en la alameda, un niño llamado Adolfito
ha dicho a su tía doña Evangelios: "¡Tía, mira, ese caballo va
desnudo!". A partir de ahí se produce el revuelo, que llevará a la
Fundación de la Liga para la Moral Animal, cuyo fin es defender los
valores espirituales de la sociedad villabrunense, amenazada por el
Enemigo Malo... Bajo la apariencia de una historia teñida de humor
e ironía, esta novela reconstruye la vida de una ciudad provinciana
que, a su vez, reproduce microscópicamente el macrocosmos de la
España de la Restauración, aquella España fantasmagórica ya a punto
de fencer en ese mismo año de 1917".
¿No me digais que una trama así no llama la atención? A mí, desde
luego, me la llamó, por eso escogí el libro, y hablamos un poco de
él.
- Es Usted muy positivo y optimista según se ve en sus
libros...
- Optimista no, vitalista. Soy muy vitalista.
Unas personas querían su firma y me aparté. Aproveché para tomar
nota de lo que habíamos hablado. De pronto él dejó la firma, estiró
el brazo para llamar mi atención y con una sonrisa me indicó: - No
pongas optimista, soy vitalista.
Sonreí.
- Es justo lo que estaba poniendo.
Le pedí, cuando estábamos de nuevo solos, si nos podíamos hacer
una foto, y él asintió. Posó dos veces (por si alguna salía mal,
aunque Amparo Gracia, la responsable de ambas fotografías, lo hizo
muy bien ¡gracias!) y nunca abandonó su sonrisa, como podreis
comprobar, aunque en la segunda ya se le veía algo cansado. No en
vano, después de nuestra larga charla y una firma más, Olga Lucas y José Luis
Sampedro decidieron que era hora de irse.
Antes de marcharse se produjo la primera foto que habeis visto en
esta crónica, la de todos los que estaban en el stand de
Organización con Sampedro.
La verdad es que en algunas de sus respuestas, por no decir en
todas, se extendió más de lo que he escrito aquí, pero no llevaba
grabadora, sólo un bloc y un bolígrafo, así que he resumido lo que
viví con lo que tenía apuntado. Eso sí, esta experiencia me hizo
pedir un regalo por el día de la madre: una grabadora. Ya la
tengo
PRIMERAS IMPRESIONES
He dicho que esta crónica era especial, no tiene una estructura
ordenada porque quien quiera llegar aquí lo hará, y quien no
quiera, cuando acabe con Sampedro, cambiará de página. Es por ello
que quiero dejar esto para el final, mis primeras impresiones y el
cambio que se produjo en mi ánimo conforme pasaban las horas,
aquellos a los que no vi pero que estuvieron, y luego el balance de
la propia feria.
Al principio me sentí algo decepcionada. Muy pocas casetas, en
realidad apenas dos o tres menos que no se notaban en exceso porque
otras librerías o editoriales habían cogido más espacio, pero la
sensación de que faltaban algunas muy importantes. Por ejemplo a mí
no me pasó desapercibida la falta de la librería La Máscara. Me
enteré de que también faltaba la librería Soriano, pero lo que más
me dolió no fue que no estuvieran, sino que habían cerrado sus
puertas (ver
información)
También me pareció que había poca vidilla. Esto se fue arreglando
conforme pasaban los días. Hay que tener en cuenta que yo sólo
puedo asistir tres días (imaginaos el pedazo de crónica que haría
si asistiera durante todo el tiempo que dura la feria, creo que me
odiaríais), así que son días seleccionados que, por suerte esta
vez, coincidían con personas a las que quería ver y conocer. Para
que se vea que sí hubo vida (o vidilla) os pondré una de las fotos
que hicieron para la web de La Feria del Libro de Valencia:
Sobra decir que el asunto de la bandera y la lengua a mí me
mosqueó bastante. Que viniera gente relacionada con los libros a
buscar polémica es algo que no me gusta nada. Para mí sobraban. Me
gusta llevarme bien con todo el mundo y no sentirme un bicho raro
porque "otros conocen sus orígenes".
Me llevé algún que otro chasco, como siempre, como por ejemplo que
Santiago García-Clairac
perdiera el tren y no pudiera verlo. También me dijeron que sería
María Antonia Iglesias quien le sustituiría pero
no llegué a verla. Incluso olvidé que uno de los mismos días que
estaba yo en la Feria también estaba Andreu Martín, al que quería
conocer.
Además comprendo que el hecho de que la feria estuviese a rebosar
de libros en valenciano y en catalán (dependiendo de qué editorial
los hacía, aunque en nuestros periódicos y en los boletines de la
Fira del Llibre de València especifica bien clarito que eran en
valenciano, se hacía para promover el idioma (o dialecto, que nadie
se enfade que estoy un poco hartita del asunto) y también a autores
valencianos. Lo entiendo, pero lo que no me gustaba demasiado es
que quitando la novedad de la Asociación Profesional de
Ilustadores de Valencia (APIV) y el taller-biblioteca de lectura
para niños, no hubo novedades en cuestión de almacén. Es
decir, todas las casetas (exceptuando las que traían libros
especializados) mostraban libros en valenciano y los últimos best
sellers. Nada más. No se podían encontrar otro tipo de libros, y
ver repetidos los mismos libros en todas las casetas no resulta
atractivo. Si acaso sólo se salvaba una pero como no necesita
publicidad (y yo sí) me quedo el nombre para mí.
Se puede decir que Julia Navarro y José Luis
Sampedro eran los más conocidos que venían de fuera de
Valencia. Me parecen pocos nombres. Sé que estuvo Maria Antonia
Iglesias (que no la vi), Luis Leante -que empieza a ser más conocido
a partir de su premio recibido por Alfaguara-, Fernando
Trías de Bes, y unos pocos más que no son realmente conocidos.
(Por cierto, gracias a Amparo Gracia por los autores que vinieron
por ella y Alfaguara)
Me gustaría reivindicar a muchos autores valencianos que no fueron
invitados (a veces no lo son nunca, a saber por qué) y que en mi
opinión deberíamos poder disfrutar de ellos en días tan
importantes: Tobias Grumm (pseudónimo de David Mateo), del
Cabañal; Artur
Balder, de Alicante; Antonio Ortí, de Valencia; Elia Barcelò, de
Alicante; José
Luis Saorín, de Valencia; Juan Miguel Aguilera, de Valencia;
Matilde
Asensi... y para qué seguir...
BALANCE DE LA FERIA
800.000 euros en ventas y más de 550.000 visitantes, cifras
resultantes de la 38 edición de la Feria del libro. Los más de
800.000 euros en ventas, son un 15% de beneficios más que el año
pasado. Este año, además del evidente aumento de las compras y la
masiva afluencia de valencianos, la Presidenta del Gremio de
Libreros, Gloria Mañas, ha querido destacar la masiva respuesta a
las actividades paralelas que tradicionalmente acoge la Feria. Más
de diez mil escolares han participado en las actividades
complementarias que se programan en la Feria, sobre todo por las
mañanas.
Los más vendidos
Publicaciones en castellano:
Cuento número trece, de Diane Setterfield. Ed. Lumen
La sangre de los inocentes, de Julia Navarro. Ed. Plaza &
Janés
Algo tan parecido al amor (Finalista Premio Nadal 2007) de Carmen
Amoraga. Ed. Destino.
Estambul, del turco Orhan Pamuk
El corazón helado, de Almudena Grandes. Ed. Tusquets
Todo bajo el cielo, de Matilde Asensi. Ed. Planeta, S.A
La Catedral del Mar, de Ildefonso Falcones
Mira si yo te querré, Premio Alfaguara de Novela 2007, de Luis
Leante.
Publicaciones en valenciano:
Les naufores, de Joaquim Borrell
1707, el Somni Perdut (El sueño perdido), de Juan Ramón Barat.
Carena Editors
Vent d'Almansa, de Josep Franco
Judici final, de Ferran Torrent
Infantiles en castellano:
Astérix y Obélix
El niño con el pijama de rayas
Fairy Oak, el encanto de la oscuridad. Ed. Mare Nostrum
Pesadillas edición monstruo
Kika Superbruja
Memorias de Idhun. Laura Gallego
Elliot y el limbo de los perdidos. Joaquín Londáiz
Infantiles en valenciano:
Anna la sargantana
Els habitants del planeta zero, de Jordi García Vilar
Sac de Poemes, de Isabel Mingo
El secret de les cinc llegendes, de Llorenç Giménez
Pomes sense diminitius
La rata Marieta, de Fina Masgrau
Recuerda, todos los años la información aparece listada en la Web
Oficial de la Feria del Libro de Valencia.
Anika
Comentario de los lectores:
- Crónica Escrita y Fotográfica de la Feria del Libro de Valencia 2007. Protagonistas, Estrellas y Sorpresas
- Crónica de la Feria del Libro de Valencia 2007. Página 2
- Crónica de la Feria del Libro de Valencia 2007. Página 3