Arde la noche

Opinión:

"Arde la noche" es la nueva novela de Sandra Martínez-Raguso, que en esta ocasión ha sido publicada por Ediciones Versátil.

Hace unos pocos años ya reseñé a la autora, entonces fue con "El juego de morirse", un thriller impactante que me dejó muy buenas sensaciones; ahora ha cambiado por completo el escenario y nos ofrece una novela que se mueve entre un ambiente de romance y unas relaciones personales que se presentan bastante difíciles, llegando al drama en muchas ocasiones.

La historia está narrada a dos voces, siempre en primera persona, por parte de Elsa y de Noah, que se van alternando los capítulos mientras avanza la historia, aunque habrá momentos en que ocurrirán cosas en uno, mientras el siguiente empezará un poco antes; un poco de lío, que se supera enseguida.

Respecto a estos protagonistas, son madre e hijo, aunque se mantiene un déficit muy importante de comunicación, que ya viene de antes, pues no se trata sólo de que él sea todavía un adolescente, con la rebeldía y desapego propios de los dieciséis años, sino porque la situación es anterior al traslado a Estados Unidos, ya que Elsa, desde un principio, había optado por acomodarse en una relación familiar en la que estaba liberada casi por completo de cualquier tipo de responsabilidad acerca de su hijo, por lo que ahora, por más que quiera, tendrá serias dificultades para recuperarle.

El entorno en que se desarrolla la novela tiende a centrarse en unos escenarios concretos, determinados por las relaciones familiares y personales que establecen, tanto Elsa como Noah, con la familia que les acoge en Buffalo, con la que ya habían tenido contacto antes y les une una amistad que se verá comprometida. Así es que viven en la misma mansión, compartiendo todos la vida cotidiana y estableciendo, aunque sea sin darse cuenta, unas relaciones estrechas y muy cercanas.

Pero la cuestión es que hay muchos secretos por parte de unos y de otros, y tampoco es que el día a día sea proclive a las confidencias veraces, sobre todo porque los personajes tienen sus propios propósitos, mientras se dejan llevar por las circunstancias, que es muy fácil dejarse halagar sin pensar en las consecuencias, como es el caso de Elsa, que muestra un carácter despreocupado, demasiado para su situación, lo que puede ser causa de conflictos.

Tampoco es que los demás estén libres de culpa, ni siquiera Noah, que aquí, el que más y el que menos, todos son tal para cual: unos personajes con claroscuros y con unas expectativas que podrán cumplirse o no, aunque bien que harán porque les ocurra lo que desean.

Y eso es lo mejor de "Arde la noche", que muestra a personajes reales enfrentados a sus debilidades y que disfrazan sus incoherencias, incluso a sí mismos, intentando continuar unas vidas que se resquebrajan, aunque si Elsa y Noah acaban bien parados, será por el cariño que les ha cogido la autora.

Selin