Alí Bey

Opinión:

"Alí Bey. Un español, espía del rey Carlos IV, en tierras del islam" es una novela basada en un personaje real que se hizo pasar por un príncipe musulman para entrar en el corazón de la política marroquí y ganarse la confianza de los musulmanes para conseguir infiltrarse en su lugar más sagrado: la Meca.

Para ello, no solo tuvo que hacerse la circuncisión, sino conocer profundamente el Corán y actuar como un musulmán piadoso, dando muestras de gran sabiduría que le hicieron tener la consideración de los líderes con los que se iba cruzando. Curiosamente, la jugada le salió bien desde el primer momento. Demasiado bien, de hecho, lo que despertaría envidias y recelos en el círculo cercano del líder marroquí, lo que pondría en peligro su tapadera.

Todo lleva a pensar que la novela será una historia de espías, y ese es el elemento predominante antes de su huida de Marruecos, narrando cómo se gana la confianza de diversas personas y sus tanteos para servir a España en la medida de lo posible.

Mientras, el protagonista y narrador también aprovecha para satisfacer sus inquietudes intelectuales y explorar distintos lugares, cosa que se narra pormenorizadamente, aunque su foco sea el servicio a su país manteniendo su identidad secreta y no comprometiéndose a permanecer en Marruecos a pesar de las presiones para que se quede.

Cuando huye de Marruecos, sin embargo, ese equilibro se invierte y la historia se convierte, más bien, en un libro de viajes. Se nos habla en detalle (a veces bajado incluso a qué hacen en horas concretas cada día) de todo lo que ve, su rutina de viaje, sus descubrimientos y exploraciones, curiosidades de las gentes con las que se topa...

Era un trayecto repleto de peligros que iban desde barcos que amenazaban con hundirse hasta asaltantes de distintas facciones, por lo que no tenía un momento de descanso, aunque la parte de espionaje es más anecdótica.

Hubiera estado bien saber, además, algo más sobre lo que ocurrió cuando regresó a España, ya que se trata de un capítulo muy corto y sin duda habría dado mucho más juego.

Es, pues, un personaje muy interesante que hizo un viaje fascinante, aunque hay que estar preparado para encontrar más literatura de viajes que literatura de espionaje, en una novela pausada y descriptiva.

*Publicada por Almuzara.

Déborah F. Muñoz