Aforismos

Opinión:

Publicada originalmente en 1990, y ahora actualizada en tapa dura y con una nueva portada y presentación, lo que encontramos en "Aforismos" es la selección que hiciera Juan José del Solar, ocupándose de uno de esos genios estrafalarios y únicos por la vía de la extravagancia. La cultura necesita de estos agitadores, pues siempre encuentran caminos distintos para llegar a lo conocido. El lector tardará en decidir si muchas de las frases aquí recogidas son solamente caprichosas, brillantes de una manera oscura y particular o si algunas llegan incluso a rozar lo ridículo. Lo que está claro es que este Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) dejó tras de sí un reguero de frases de difícil interpretación y confusa digestión, cuyo atractivo es precisamente ese, lanzarse a sacarles un significado pleno en ese tono entre juguetón y oscuro. Lichtenberg fue profesor de física y maestro de astronomía, desarrollando gran parte de su carrera científica en la universidad de Gotinga. De manera paralela a su labor científica, se dedicó a publicar libros de aforismos, que aquí se antologan.

Los pensamientos aquí representados con frecuencia ofrecen la idea de que su camino mental no esté culminado, o no esté expreso del todo. Decía Andrés Trapiello en la reseña que realizó a este libro en su edición anterior el 4 de agosto de 1990 para ABC, que los libros de aforismos no tienen un argumento sino una personalidad. Me encanta la idea, y además encaja a la perfección con este Lichtenberg de trazo único, inigualable, extraño. El alemán tiene esos fogonazos brillantes del individuo que piensa de una manera radicalmente distinta al resto del mundo, y que sabe montar un razonamiento como nadie lo haría. Ese es su gran atractivo, la tremenda originalidad de un pensamiento como nunca lo ha pensado o leído uno antes. Eso convierte este "Aforismos" en un libro necesario para quien disfruta con estas pequeñas descargas de pensamiento.

Para Lichtenberg el humor es importante, y así lo refleja en sus aforismos. Muchos de ellos pretenden remover una idea desde la caricatura, o desde la humorada. No todas funcionan, claro, y además hay que tener en cuenta que hay mucho tiempo de por medio, y no hay materia más volátil que la risa. Lo que podía ser muy gracioso, no digo ya hace siglos, sino hace años, puede no mover a nada ahora. Algunas de las frases, de tan disparatadas y libres, parecen más esas maravillosas greguerías de Ramón Gómez de la Serna que un pensamiento puesto en letra. En ese punto también coincido con Andrés Trapiello, que señalaba esta cercanía al trabajo de don Ramón en su crítica al libro.

Juan José del Solar, fallecido en 2014, fue un traductor al castellano de literatura alemana, ocupándose en su larga trayectoria de autores como Elias Canetti o Herman Hesse. Su introducción a estos aforismos también aporta valor a la colección.

La temática es variadísima, y además parece no seguir un plan preestablecido, más allá del deseo del escritor en cada momento. Les dejo con mi favorita del volumen, como un botón de muestra al respecto: "Por leer tanto hemos caído en una docta barbarie."

Rafael Ruiz Pleguezuelos