A puerta cerrada

Opinión:

A través de una sesión con una terapeuta, a quien han conocido por la publicidad que les han dejado en su coche, Brendan y Abby se abren en canal y nos muestran su día a día como pareja, así como el alcance de los problemas cotidianos, incluidas sus relaciones sexuales, que les ha llevado hasta su consulta. Momento en el que la psiquiatra les sugiere una aplicación para el móvil, "Sugar & Spice", con las que pretende mejorar su convivencia. De esta manera, se da inicio a un juego, aparentemente inocente, que incluye determinadas pruebas que tendrán que superar para acumular puntos con los que ir subiendo de nivel. Una partida interminable que se va volviendo cada vez tan peligrosa como sexualmente atrevida.

Los personajes principales son los encargados de ir desmenuzando los diferentes riesgos a los que estamos expuestos por nuestra dependencia a la tecnología y el rastro digital que vamos dejando. Mientras que Brendan, junto a su compañero Stuckey, trabaja en una unidad de delitos financieros e investiga un posible fraude de una compañía que se dedica a prestamos entre particulares; Abby intenta escribir y su amiga Hannah se gana la vida gracias a sus seguidores en Redes Sociales. En el lado del mal, Juliet y Romeo, dos asesinos descontrolados que no sabemos qué razones les impulsan a cometer sus crímenes.

La trama toma otra dimensión cuando empiezan a aparecer cadáveres de personas investigadas por presunto blanqueo de capitales, dando comienzo una serie de indicios que han hecho que haya intentado entrelazar las diferentes subtramas y lograr establecer el patrón ideado por J. D. Barker; ya os digo que me he quedado muy lejos de estas primeras conjeturas y, como en todas sus novelas, me ha sorprendido la facilidad que tiene para ocultar hasta el mínimo detalle.

Acostumbrados como estamos a las señas de identidad del autor centradas en los métodos de los asesinos en serie, así como en las atrocidades que cometen en sus crímenes; llaman la atención las escenas, cargadas de morbo y que van subiendo de tono, con las que nos hace sacar nuestro lado voyeur. Un ingrediente que el autor había mantenido al margen hasta ahora y con el que consigue darle una nueva vuelta de tuerca al género negro que representa.

Una advertencia al instalar la aplicación nos previene del error que todos cometemos no leyendo los términos y condiciones del servicio al estar a punto de conceder todo tipo de permisos, acceso a nuestros contactos, cámara, voz, fotos, vídeos, ubicación, búsquedas en Internet, compras... Un componente que además de la intriga que supone para el conjunto de la novela me ha hecho reflexionar por el uso que hacemos de la tecnología; por no hablar de tener todos los aparatos conectados entre sí a través de la domótica o el uso indiscriminado que le daremos en un futuro muy cercano a la Inteligencia Artificial. No es cuestión de volverse paranoico pero me ha dado el impulso de desconectarlo todo; algo que continúo planteándome.

La trama propuesta por J. D. Barker se va enredando hasta el punto culminante en el que salen a relucir una serie de giros que me han parecido una jugada maestra dentro de este thriller psicológico donde todos los personajes juegan, unas veces queriendo y otras sin querer pero participando de una complicidad que se vuelve coral por culpa de los teléfonos móviles y el uso que hacemos de las redes sociales o las aplicaciones.

Inquietante, adictiva y con un final de vértigo; no te olvides de apuntarla en tu lista de pendientes.

Porlomenix