A plena luz

Opinión:

Esta es la historia de Willie Sutton el que dicen fue un ladrón de bancos, imaginativo, carismático e inteligente. Pasó la mayor parte de su vida adulta en prisión sorprendiendo con sus múltiples fugas. Era un maestro del disfraz, a menudo se disfrazaba de empleado de correos o policía. Aunque era un ladrón de bancos, su naturaleza caballeresca lo convirtió en una estrella en los Estados Unidos. Visto como un Robin Hood, nunca robó un banco con un arma cargada. Se dijo que, si una mujer gritaba o lloraba un niño, dejaba ese banco para no estresar a los inocentes. Esto le ganó muchos amigos en diferentes ámbitos de la vida. Conocedor de la más extrema pobreza, entenderemos esa obsesión por el dinero y el odio hacia los bancos. Estamos ante un libro que hace justicia a su fascinante existencia.  

J. R. Moehringer utiliza una gran fuerza narrativa para su presentación, una escritura hermosa que se agarra a la piel. En cambio, usará cierta forma casi poética cuando narre su amor por Bees Endner, mujer que dicen le llevó a ese lado criminal. Un libro que nos transportará a otra época, recubierto de diferentes capas, pero repleto de sentimientos. Páginas tocando lo que fue la política de entonces, junto a una visión real del mundo del crimen y un poco de filosofía. Vais a leer un retrato fascinante de un hombre que rozó lo extraordinario. Nueva York lo amaba, lo consideraba un personaje muy particular. Fue un gran lector, en la cárcel nunca dejo de leer, dicen que algunos libros marcaron su vida para siempre. Un ladrón que vivió lo suficiente para manejar su propia leyenda. Una lectura sencilla, agradable y dura. 

Dura, porque la vida lo es y probó lo mejor y lo peor de ella. Golpes y palizas de los policías, nunca supo lo que su cuerpo podía aguantar hasta que los barrotes lo encerraron. Un corazón que luchaba por salir. Conoció personas que le dieron mucho a cambio de nada, sufrió las traiciones más dolorosas. También su propia avaricia le superó, provocando robos cada vez más arriesgados.  

¿Por qué actuaba así? ni siquiera el autor lo sabe. Quiero que entendáis que deberéis romper los tópicos que podáis tener en mente de un ladrón. Sí, vale lo fue, pero era un amigo leal, un gran amante de la literatura, educado y romántico. Nunca disparó una bala, sus robos no fueron violentos. No se entiende que lo trataran tan mal los policías, hay escenas que duelen hasta leerlas. 

Repleta de eventos históricos, conoceremos su infancia y dos biografías que escribió dejando bastantes lagunas. En este libro Moehringer, en cierta forma intenta llenarlas. 

Sin que me tiemble el pulso digo que he leído una historia memorable. 

Violeta Lila