la piel que habito
Título: la piel que habito
Título Original: (la piel que habito, 2012)
Autor: Pedro Almodóvar
Editorial:
Anagrama
Copyright: © Pedro Almódovar, 2012
© Editorial Anagrama, 2012
1ª Edición, Marzo 2012
ISBN: 9788433972415
Etiquetas:
autores
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literatura española
literatura hispana
Argumento:
El doctor Robert Ledgard, cirujano plástico, deja de lado cualquier escrúpulo ético o moral en la investigación de una piel que sería aplicable en humanos y mantendría la sensibilidad, pero a la vez sería resistente a las quemaduras.
Es una obsesión que viene del trauma producido por la muerte de su esposa, a la que no pudo sanar, después de que sufriese gravísimas quemaduras en un accidente de coche.
Para avanzar en sus estudios ha recurrido a una involuntaria cobaya humana, doblemente encerrada contra su voluntad: dentro de una gran mansión y también dentro de una piel, que no es la suya propia.
Opinión:
Para quien no haya visto la película, como es mi caso, la lectura del guión es una ventana abierta al proceso creativo y a las ideas previas a la transformación de éstas en imágenes. Resulta interesante la contemplación de esa fase, para luego comparar entre lo que trasmite el autor en sus páginas y los retazos que se han mostrado como promoción.
En un momento dado, llega la pregunta clave, que no es si hay similitud, sino cuánta encontraremos en la traslación hasta el producto final. Para mí que bastante, y si no es total, eso es producto de que nuestra propia lectura elabora unas imágenes internas que son puramente personales.
Debido a no ser novelado, el guión se muestra desnudo de artificios, crudo en sus descripciones, parco en los diálogos. Tal cual. Nos transmite la esencia, que esa es su misión principal. Escena a escena, plano a plano, describe lo justo y necesario de los ambientes y de las acciones.
Respecto a los personajes, al principio se muestran austeros en sus emociones, pues priman los diálogos y las descripciones. Se enseña el exterior, lo que ocurre, sin dar demasiadas pistas sobre sus verdaderas motivaciones, para que el lector (y el espectador) saque sus propias conclusiones.
Obviamente, a medida que se desarrolla la trama, aparecen algunos rasgos fundamentales de Almodóvar, como esas miradas que lo dicen todo, que condensan en un brillo de los ojos un cúmulo de emociones. Y si leemos con atención, también descubriremos alguna sutil ironía, que aún desde su escondite, matizará nuestras emociones.
Selin
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