curvas peligrosas

Opinión:

Los sucesivos asesinatos de chicas discapacitadas permiten que trabajen juntas Santana y Vázquez - una detective experta, heterosexual  y emocionalmente desengañada - y que, a partir de una distancia inicial aparentemente insalvable y de desencuentros poco esperanzadores, descubran que no sólo pueden trabajar juntas sino que pueden llegar a ser buenas amigas. 

En paralelo a una investigación bien narrada, los problemas personales de ambas protagonistas salpican la trama y, en especial los de Santana, resultan tan interesantes y tan intensos narrativamente hablando como la propia investigación policial.

Dice un proverbio que “nadie puede saltar fuera de su propia sombra” y algo así le ocurre a Santana, no puede escapar a un pasado ferozmente doloroso y a una relación materno-filial carente de toda empatía y repleta de acusaciones mútuas. La niñez de Santana se proyecta sobre su vida adulta a pesar de los esfuerzos de la detective por olvidar y pasar esa página de su historia personal.

Susana Hernández imprime agilidad a la trama y profundidad a sus personajes.  El lesbianismo de su protagonista forma parte de su perfil como personaje, de esa profundidad a la que hacía referencia. Yo no calificaría "Curvas peligrosas" como una novela gay, exactamente igual que no calificaría de heterosexual una novela por el hecho de que personajes de distinto sexo mantengan relaciones amorosas.

Original y recomendable, "Curvas peligrosas" merecía una mejor edición.

Empar Fernández