Inmortalidad: instrucciones de uso
Título: Inmortalidad: instrucciones de uso
Título Original: (Inmortalidad: instrucciones de uso, 2012)
Autor: Carlos Candel
Editorial:
Alfasur
Colección: Biblioteca Nuevos Autores
Copyright:
© Carlos Candel 2012
© Alfasur 2012
Edición: Edición, Enero 2013ISBN: 9788415079071
Etiquetas: robots ciencia ficción sci-fi inmortales literatura española novela novela corta videojuegos
Nº de páginas: 199
Argumento:
Las Experiencias Gratificantes que la Agencia proporciona puntualmente a Elliot a través de su consola han dejado de parecerle emocionantes. Todo cambia cuando conoce a Diana. Juntos descubren que no deben traspasar la barrera de la noche. Un mundo en el que las relaciones interpersonales han desaparecido. Algunas palabras se han olvidado y los seres humanos se aferran a potentes dosis de adrenalina embotellada para poder sobrevivir a la vida eterna. (Sinopsis de la editorial)
Opinión:
Carlos Candel propone en este "tratado" sobre la inmortalidad, un texto que comienza asentado en el universo de la fantasía, y termina revelándose como una consciente obra de ciencia-ficción, con todos los clichés y tópicos que alimentan el subgénero.
El inicio de la novela promete más de lo que más tarde nos ofrecerá: bebiendo de la fuente del José Saramago más apreciado (¿qué pasaría si todas las personas de una ciudad se quedaran ciegas?, ¿qué sucedería si todos los ciudadanos de un país votaran en blanco?), Candel nos pone frente al caramelo más solicitado en la historia de la humanidad: la posibilidad de alcanzar la vida eterna real, la inmortalidad. Y nos descubre un universo, sin detallar fechas o lugares geográficos exactos, en el que, efectivamente, los hombres nunca mueren. En contrapartida, rigen sus vidas a partir del ritual de manejar una pequeña consola que les permite experimentar vivencias adrenalínicas, o incluso, disfrutar de una necesaria dosis de rutina. Todo tan estrictamente medido que, al cabo de las páginas, descubrimos que, no podía ser de otra manera, este aparente mundo feliz (inevitable atraer la novela de Aldous Huxley) no es más que una distopía de la que los protagonistas querrán, en algún momento, escapar.
Con todo, y pese a plantear una temática que en cierta manera concierne y atrae a cualquier ser humano, Carlos Candel no ofrece, desde el punto de vista literario, nada especial. Es posible que los amantes de la ciencia ficción encuentren entre las páginas de esta novela un motivo para engancharse a la historia; los elementos fundamentales del género así lo permiten: la filosofía entreverada en la trama acerca de lo que es real, frente a lo que es ficticio (con la ya archiconocida revelación del mito de la caverna platónico, referencias a la oscuridad incluidas); el reconocimiento paulatino de una sociedad manipulada, la aparición no solamente de las nuevas tecnologías en forma de consolas, sino también de los imprescindibles robots, la imposibilidad de enfrentar las emociones, el desconocimiento del lenguaje con la propuesta de nuevos términos, etc.
Sin embargo, el autor no es capaz de someter todos estos estereotipos al abrigo de una obra original, novedosa o con propuestas literariamente llamativas. El lenguaje es parco y sencillo, en ocasiones incluso cercano a la simpleza. Los personajes, pese a su afán por escapar y siendo los ejes de la ya citada distopía, no aportan gran cosa desde el punto de vista emocional o de reflexión vital. Apenas son títeres de la trama. El narrador omnisciente, poco conseguido, fluctúa en demasiadas ocasiones entre su conocimiento de todo lo que rodea a los protagonistas y ciertas ingenuidades que parecen responder a un intento vano de reflejar las dudas acerca de la trama que en algunos momento invaden al lector.
En conjunto, la novela de Carlos Candel propone más de lo que dispone. Sí es cierto que, en parte por su escasa longitud, no impide que el lector trate de encontrar la resolución de la historia, pues tampoco es de justicia calificar de aburrido el texto. No lo es, y quienes gusten de acercarse a una obra breve, de escasas ambiciones y lectura leve, encontrarán en esta novela corta un buen aliado. Ahora bien: no tratemos de vislumbrar aquí algo nuevo bajo el sol de la ciencia ficción. No existe. Nada más allá de la repetición de temas, reflexiones, y motivos literarios, que atraen a la mente las voces de Asimov, Huxley, Orwell o Bradbury aunque, no por ello, es en este caso de justicia subrayarlo, se inscriban en su misma excelencia literaria.
Bego Camblor
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Comentario de los lectores:
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