Monrovia

Opinión:

Por lo leído de José Luis Muñoz, por la anterior reseña de una novela suya en esta misma web, "Yakutat", vemos que gusta de poner a sus personajes en situaciones límites (a veces mucho), aislándolos de casi todo el resto de la humanidad, dejándolos casi casi en soledad, en entornos o muy salvajes o, como mínimo, muy alejados dela civilización. Y, no contento con ello, la exposición a ese aislamiento (al menos en estas dos obras leídas y comentadas) se da como mínimo de manera doble, incluso triple.

Si en Yakutat el exilio, voluntario, como en esta, era en una población de la Alaska profunda, perteneciente a Rusia, a ello se le unía el asilamiento, obligado de la pandemia de Covid 19. Y en esta, "Monrovia", el protagonista se enfrenta (otra vez, al principio de forma voluntaria, aunque él no sea consciente de este destino) a un aislamiento que comienza en el barco en el que se enrola, sigue en la capital de Liberia, y continúa en un poblado aislado del mismo país. No es un aislamiento total, pero para un habitante de Barcelona la costa de África en 1980 podría ser lo que la Alaska profunda en los años 2000. Y como gusta al autor, enfrenta a sus protagonistas a grandes catástrofes, en aquella a la pandemia de Covid, en esta a los sucesivos golpes de estado y guerras civiles que se dieron en el país africano en la década de 1980.

Un país de esclavos libertos y de tribus todavía salvajes, con intereses claramente contrapuestos, y con sus costumbres y ritos aún vigentes a pesar de que el país se intenta acercar a la civilización, sobre todo debido a los intereses comerciales de las grandes potencias. Pero esos mismos intereses, que conocemos muy bien, y que llevan a lo que llevan (guerras, matanzas, expolios...), se amalgaman aquí con los poblados prácticamente salvajes, produciéndose una mezcla altamente explosiva, de la que es testigo nuestro protagonista. Y dicha mirada se torna más dura porque el protagonista es, en este caso, un aspirante a escritor, un alma libre que no aguanta la tiranía de los horarios, ni las imposiciones de la sociedad de consumo y que, además, sufre un severo desengaño amoroso. Soñador, lector empedernido, a menudo vive más en sus sueños de aventuras de los libros que aprecia que en la realidad de su entorno. Todo ello le lleva a que, cuando encuentra un carguero con el nombre de una novela de sus preferidas, lo toma como una señal del destino. Y eso le conduce a la alienación en el barco, a asociarse, como mal menor, con un personaje de, como mínimo, dudosa reputación, y a entablar amistad (otra vez debido a la soledad y el asilamiento) con un revolucionario argentino. Esa soledad, esa alienación trastoca (como en la otra obra comentada del autor) sus sentidos, lo que aumenta por la crueldad, la barbarie, el horror extremo que presencia durante el golpe de estado y la posterior guerra civil, actos en los que sin pretenderlo, se ve involucrado, de forma más o menos directa. Todo ello le marca, evidentemente, y su vida no podrá volver a ser la misma, por lo que su existencia cambiará drásticamente y trastocará su destino.

Debo reconocer que, en la parte casi final de la obra, hay ciertos pasajes que en realidad no son excesivos, pero se hacen pesados cuando conversan de teoría política, de revolucionarios, de politólogos... es algo que corta bastante con el desarrollo de la novela y que, como digo, se hace pesado, denso. Parece más un añadido para extender un poco la obra puesto que a ambos personajes que conversan sobre esto ya los conocemos casi desde el principio, sabemos de sus ideas, de sus ideales, de su historia (trágica en algún caso), y no creo necesario reincidir (al menos no de esa manera) en ello. Por suerte, como digo, no es muy extenso, aunque me lo parezca por lo comentado.

En resumen, una obra que sigue a un personaje que al no encontrar sentido a su vida, su frustración le lleva a ser testigo de una parte horrible de la historia mundial, en un lugar del mundo donde las grandes potencias juegan a su antojo, y donde la vida de sus habitantes no vale nada, sumergiéndose en la barbarie de las tradiciones salvajes de las que, a pesar del contacto con la civilización, aún no se han desprendido.

*Novela prublicada por Bohodón Ediciones.

J. Javier Arnau