La sombra sobre Innsmouth (Ilustrado)

Opinión:

Un relato inquietante de Lovecraft ilustrado por Tomás Hijo.

Howard Phillips Lovecraft odiaba y temía las oleadas migratorias que llegaban a Estados Unidos en su época, también le preocupaba el mestizaje, la mezcla de los norteamericanos nativos con los extranjeros. Para bien o para mal, esto ha quedado muy impreso en su obra y es, en parte, lo que lo ha hecho famoso. Estamos ante su única novela publicada en vida, en una edición muy precaria y llena de erratas de la que él mismo acabó avergonzado. La que nos presenta hoy ediciones Minotauro, es en formato grande 26 x 35 cm y tapa dura, con ilustraciones del renombrado Tomás Hijo, habitual ilustrador de otro autor de terror para esta misma editorial, Carlos Sisí.

"La sombra sobre Innsmouth" es horror rural, pero también horror marino. El narrador es un trasunto del propio Lovecraft, que viajaba a un pueblo olvidado y decadente de la Norteamérica profunda, lugar con el que ha quedado prendado por su importancia arqueológica, ya que él mismo es un anticuario, pero en el fondo no sabe bien qué es lo que llama tanto de este pueblo, y se decide a visitarlo por su cuenta. Allí se encontrará con que, de hecho, sólo hay un bus que va hasta el pueblo y la gente que lo habita no es para nada amigable o servicial... Pronto comprenderá que en ese sitio no se rinde culto a ningún Dios tradicional, y que el tiempo ha producido una decadencia que se adivina solo con ver el estado edilicio del lugar... Y también de su gente.

El autor splatterpunk Edward Lee especulaba, en una entrevista que leí recientemente, que Lovecraft era el que había inaugurado el horror de los rednecks, o pueblerinos. Esto también se muestra en "El horror de Dunwich", donde la joven hija de un brujo es inseminada por un ser primigenio para acabar dando a luz a una monstruosidad que no pertenece a este mundo, o también en "El miedo que acecha", sobre una familia de nobles que a través de un proceso endogámico degeneran en seres subhumanos que acaban viviendo en cuevas subterráneas... En el caso de "Innsmouth", el profundo de los mares personifica el estereotipo del paleto que a simple vista parece ingenuo y dócil, pero en su interior esconde un resentimiento y maldad contra todo el que no sea como él.

Nuestro protagonista acaba cruzando camino con Zadok Allen, el borracho del pueblo que le contará una historia, la historia del pueblo, que a todas luces no puede ser otra cosa que el delirio más extremo que puedan inducir los vapores del alcohol. Y, aun así, muy a nuestro pesar, en el fondo sabemos que es verdad. Lovecraft nos tiene cogidos en un puño y no nos soltará, mientras libera el horror más brutal en unas cuantas escenas de violencia y persecución que son de lo mejor que escribió jamás.

Las increíbles ilustraciones de Tomás Hijo capturan la atmósfera mórbida, gris y demencial de aquel pueblo maldito. Los colores son de época, recordemos que nos situamos en la década de los años veinte, y tanto en escenas terrestres como marinas, nuestro dibujante se prodiga en unas estampas maravillosas, dignas de enmarcar. Las he disfrutado muchísimo, y siento que le han dado al relato toda una nueva dimensión, diferente a cuando lo leí por primera vez.

Y'ha-nthlei, la ciudad de las Mil Columnas, espera bajo el mar, reclamando a sus hijos... ¿Serás tú, aterrado lector, el próximo que se arroje a sus fauces?

Un aprobado redondo, obra maestra. Un ejemplar digno de ser regalado estas Navidades.

Violeta Lila