El horror de Dunwich. Ilustrado

Opinión:

Pocos deben ser ya los lectores empedernidos que no hayan leído alguna vez a Lovecraft, y desde luego ningún lector de terror que se precie debe haber pasado por alto alguna, cualquiera de sus obras. Una de ellas, cualquiera, da una imagen clarísima de su estilo único y del por qué tiene tantos seguidores. Lovecraft, el conocido hombre de Providence, lleva mucho tiempo siendo un clásico, así como sus relatos. "El horror de Dunwich" es un relato largo, o una novela corta, donde se aúna el misterio, el horror en mayúsculas, su gran talento descriptivo y apabullante, y donde demuestra esa capacidad que tenía el autor de envolverte en un ambiente asfixiante, tétrico y monstruoso.

Lovecraft comienza su historia describiéndonos ese lugar que no pisarías a menos que te pagaran una buena suma de dinero para acercarte hasta la granja de los Whateley porque los mismos alrededores son ya terribles, capaces de transmitirte horror, angustia y temor. Así se las gastaba el autor, y por eso supo ser el número uno y sigue siéndolo para muchos hoy día.

Lo maravilloso de su historia de Dunwich es que no sólo lo extraño rodea a sus personajes y a la ambientación, si no que todo aquello que esconden es también desasosegante: el secreto que esconden en el granero, las tablas con que tapian el inmueble, las invocaciones, el crecimiento antinatural del pequeño, los temores no infundados de los propios vecinos que te van transmitiendo el horror que parece estar cercándoles… Desde el principio hasta el final su narración contiene las mismas dosis de intriga y horror.

Impagables son las escenas en que describe cómo ese horror pisotea las tierras sin especificar a qué nos enfrentamos, así como la metamorfosis del joven Wilbur Whateley frente a Armitage y otros dos hombres, el profesor Rice y el doctor Morgan; una imagen de desintegración y horror para la posteridad.

Los amantes de las historias donde aparece el Necronomicón encontrarán aquí parte de ella, pues Wilbur posee una parte del libro.

Y si este volumen es ya magnífico por su historia, qué deciros de las ilustraciones de Santiago Caruso -también ilustrador en "El monje y la hija del verdugo" de Ambrose Bierce, publicado igualmente en Libros del Zorro Rojo-… son magníficas, siniestras y en ocasiones absolutamente perturbadoras. Hay una en particular que a mí me ha sobrepasado: fabulosa, terrorífica, justo en ese momento en que por fin "veo" lo que Lovecraft describe más con sensaciones que con detalles, y que Caruso le da una imagen visual de lo más impactante. Bravo por ambos.

Lo confieso: adoro los libros ilustrados góticos de los Libros del Zorro Rojo. Si pudiera me haría con la colección entera.

Anika Lillo