La promesa de Solveig (La saga de los Lejongärd)

Opinión:

Corina Bomann cierra con esta tercera entrega la saga familiar de los Condes de Lejongard en un desenlace que hará las delicias de las lectoras más románticas.

Con su protagonista, Solveig, la 3ª generación de las mujeres Lejongard, se cerrará una trilogía de heroínas, mujeres fuertes, seguras e independientes que una vez fueron en busca de su felicidad, pero que, por avatares del destino, tuvieron que ocuparse de salvar el legado familiar sin saber que, al mismo tiempo, se estaban salvando a sí mismas. 

En el primer libro, "La herencia de Agneta", se daba comienzo a la historia, allá en el año 1913, con una joven Agneta que luchaba por su independencia en una época donde las mujeres no tenían derechos y empezaban las primeras manifestaciones para hacerse oír. Una mujer moderna, solo que se vio obligada a ocupar un lugar en su familia al que nunca aspiró, pero contra el cual no pudo revelarse: trabajar en la finca de cría de caballos, propiedad de la familia, los Condes de Lejongard, desde el S.XVIII y situada al sur de Suecia.

El segundo libro, "El secreto de Matilda", se desarrolla a partir de 1931 con una Agneta ya en la madurez y heredera del título de Condesa de Lejongard, haciéndose cargo de Matilda quien con 16 años acaba de perder a su madre, y dar así cumplimiento a una promesa. Matilda será un fiel reflejo de la Agneta de joven, con su historia personal en la búsqueda de su propio camino y su felicidad, y cuyo destino quedará ligado también a Lejongard.

Y así, llegamos hasta "La promesa de Solveig" y, muy a mi pesar, el final de la saga, que transcurre entre los años 1967-1972, con la historia de Solveig como protagonista, hija de Matilda quien, al igual que sus antecesoras, es una joven fuerte e independiente, mucho más cercana a nuestra época, pero un revés del destino hará que su mundo hasta ahora conocido vuele en pedazos, y esta vez, Lejongard será quien la acoja para traerla de nuevo a la vida. 

Sin embargo, no será gratis, y la finca le reclamará su deuda. A cambio, Solveig tendrá que dejar de lado su vida anterior, lo que hasta entonces le había sido importante, y luchar por el futuro del negocio familiar que había dejado atrás sus días de mayor esplendor de antes de la guerra; esa época de grandes bailes, corsés, miriñaques y tocados de plumas; esas relaciones con la alta sociedad, incluso con la Casa Real, habían dado lugar a un negocio estancado hoy en día, en declive, con importantes problemas económicos, y sin poder hacer ya uso de los títulos aristocráticos que cada vez significaban menos. Cada vez era más difícil mantener la finca de cría de caballos a flote y, lo más importante, mantener el legado de la familia.

A Solveig no le quedará más remedio que enfrentarse al dolor y a la verdad para desde ahí coger impulso y buscar un nuevo futuro para la finca y… para ella misma. No le será fácil olvidar los miedos y desprenderse de los recuerdos de lo que un día fue, pero tendrá que dejar descansar el pasado para hallar un nuevo camino a seguir. Deberá sacar lo viejo para hacer sitio a lo nuevo y vivir lo bueno que llegue. Solo entonces permitirá que la felicidad pueda volver a entrar ¿en la mansión?, ¿en ella?, o ¿en las dos? Adaptarse o renovarse para salvarse mutuamente. Se termina el ciclo de Agneta y dará comienzo al de Solveig, con un nuevo futuro para la mansión. 

Agneta, Matilde, Solveig, mujeres grandes que, aunque todas ellas trataron de tomar un camino que las separaba de Lejongard, tarde o temprano acabaron regresando allí, no por las circunstancias como podrían creer, sino porque puede que así lo desearan. Todas tenían otros planes para su vida, pero su compromiso con la familia, y la paz y serenidad que encontraban entre los suyos era aún mayor. Una relación muy especial la de Solveig con su abuela Agneta, quien seguirá teniendo un gran protagonismo en esta 3ª entrega. Una gran oda a la familia por su amor y respeto al legado de nuestros antepasados. 

Una narración con un ritmo muy fluido y con tramas familiares de todo tipo, rencillas, hijos bastardos, tragedias, amores perdidos, corazones rotos, orgullos heridos y hasta una pequeña trama al final de la historia del papel couché que llegaremos a reconocer. Historias de resiliencia, coraje, superación, de sueños perdidos y de volver a encontrarlos, de los sacrificios que se hacen en el camino, y de cómo "la vida acabará abriéndose camino, quizá diferente a como lo habíamos imaginado, pero tal vez igual de bueno".

Una historia para volver a mirar a la vida con ojos amables: "Por muy desesperada que parezca una situación, la vida suele tener preparado algo bonito. A veces tarda, pero siempre llega."

*¿Es necesario haberse leído los anteriores libros? Claramente, no. Este libro contiene una historia en sí mismo, con un comienzo y un final, y sí encontramos numerosas alusiones a episodios ocurridos en los anteriores, pero solo con la finalidad de poner en contexto y enlazar la historia actual con las pasadas. Sin embargo, aquellas que sí hayan leído los dos primeros libros, de obligada lectura es el desenlace de esta pequeña dinastía.

Belén Flores