El museo de los esfuerzos inútiles

Opinión:

La tradición latinoamericana del relato, especialmente la del siglo XX, está atravesada por un componente absurdista que ha sido crucial en algunas de las obras más celebradas del género, como los relatos de Macedonio Fernández, de Felisberto Hernández, de Jorge Luis Borges, de Julio Cortázar o de Augusto Monterroso, por citar algunos nombres. Muchos de estos autores han trabajado en sus textos con exageraciones que distorsionan satíricamente la realidad y con formas incoherentes del lenguaje, siempre con el objetivo de producir un impacto o una sensación de sorpresa e incomodidad en el lector. Algunas de estas características están presentes también en la obra de la escritura uruguaya Cristina Peri Rossi, que desde su temprano exilio ha venido ensayando las posibilidades de la alienación como tema literario, mediante una cosmovisión pesimista que enfrenta al hombre contemporáneo contra la futilidad de sus esfuerzos. Todo ello queda reflejado en algunas de sus obras más tempranas, como "La nave de los locos" (1984), novela compleja y experimental, o como sus primeras colecciones de relatos: "Viviendo" (1963), "Los museos abandonados" (1969), "Indicios pánicos" (1970), "La tarde del dinosaurio" (1976) y "La rebelión de los niños" (1980). En cualquier caso, posiblemente sea "El museo de los esfuerzos inútiles" (1983) la obra que mejor refleja el acercamiento de la autora hacia la literatura del absurdo.

El primero de los relatos que encontramos en esta colección, y que da título al libro, nos invita a un espacio que podría ser visto como el ámbito paradigmático de la escritura del absurdo: un Museo de los Esfuerzos Inútiles. Allí se reúnen con esmero, se archivan y se clasifican incontables casos de esfuerzos inútiles, como la historia del hombre que estuvo cinco años empeñado en evitar una guerra, o la de aquel otro que se pasó la vida huyendo de las corrientes de aire y murió de un resfriado. Allí podrían encontrarse también algunas de las historias que nos ofrece Cristina Peri Rossi a lo largo de estos relatos: por ejemplo, la del hombre que vive sobre una cuerda tensada a lo largo de una habitación, aislado de una sociedad que se esfuerza ya no en hacerlo bajar, sino en querer subir a su cuerda. También podría encontrarse allí la historia del hombre enamorado de la Mona Lisa, o la del sujeto que no puede contar ovejas para dormir, porque la primera oveja que visualiza se niega a saltar la valla. Es también el caso de la pareja incapaz de finalizar su relación porque han perdido el punto final, o el del hombre que escribe cartas sin saber a qué dirección ha de enviarlas -y, por tanto, sin recibir respuesta-.

No en vano, la incomunicación o, cuando menos, los malos entendidos y las dificultades de comunicación, constituyen uno de los ejes centrales de esta literatura del absurdo. Así queda reflejado en relatos como "Sordo como una tapia", protagonizado por un personaje que habla inútilmente con una robusta puerta de roble. A lo largo de estos treinta relatos no encontramos también con muchos personajes aislados, bien por voluntad propia -como el hombre que no sale de la cama, pese a contar con las instrucciones para bajar de ella- o bien por su condición de extranjería, como refleja "Las estatuas o la condición del extranjero" o también "La ciudad", acaso el relato más maduro de todos, donde un hombre sueña con una ciudad a la que ya no puede regresar, porque ha dejado de ser la misma que en sus recuerdos. Así pues, muchos de los personajes que recrea Cristina Peri Rossi han de enfrentarse con realidades que no concuerdan con sus expectativas; sus empeños caen en saco roto porque desde un principio reconocen la imposibilidad o la inutilidad de llevar a cabo sus acciones. Pero no por ello cesan en su esfuerzo.

Algunos de los relatos reunidos en "El museo de esfuerzos inútiles" han sido también recogidos en antologías posteriores, como "Cuentos reunidos" (2007) o "Por fin solos" (2004). No en vano, muchos de ellos son excelentes piezas de escritura creativa en las que se exploran nociones tan relevantes como el exilio y la extranjería, la incomunicación, la soledad y el desencanto.

Darío Luque