Aprende a leer en el País de las Letras 1. Una brujita sin varita

Opinión:

Carmen Gil, escritora y profesora de literatura que escribe e ilustra cuentos, teatro y poesía para la infancia, lleva una amplia trayectoria con más de 90 obras, muchas de ellas traducidas a diversos idiomas. Especializada en literatura infantil, comparte su vocación por la enseñanza con la animación cultural para la infancia, la impartición de cursos de poesía, charlas de animación a la lectura para familias y profesorado y la colaboración con varias instituciones en conferencias y encuentros lectores.

Carmen Gil y Natascha Rosenberg colaboran estrechamente con asiduidad para diseñar, crear y dar vida a libros infantiles relacionados con la adquisición de la lectoescritura.

En este caso inician una nueva colección titulada "Aprende a leer en el país de las letras" en donde cada libro que compone dicha serie tiene un protagonista, una temática y una historia diferente. En este primer volumen nos centramos en las aventuras y desventuras de una bruja que ha perdido lo más preciado que tiene ¡su varita!

"Una brujita sin varita" es una divertida historia que recorrerá algunas de las principales partes de la casa mencionando así las tareas que se pueden realizar allí.

Con letra mayúscula y una prosa sencilla llena de rimas, Carmen trata de introducir diferentes tipos de palabras organizadas en niveles, yendo desde aquellas que son de mayor comprensión hasta alcanzar algunas que pueden resultar nuevas y complejas por la distribución de las letras o la longitud.

Así mismo, al finalizar el cuento se incluye un apartado en el cual se realizan una serie de preguntas de comprensión y orientaciones para la familia, éstas son propuestas con la intención de invitarles a participar en el proceso lectoescritor de sus hijos.

La rima que ofrece el cuento permite que los niños disfruten musicalmente de la oralidad del texto, dulcificándolo y creando a su vez juego de palabras.

El cuento se adentra en un universo mágico lleno de fantasía cuyo centro de interés suele atraer a los más pequeños. Las brujas, la magia, los dragones o el mundo de las hadas despiertan curiosidad y desarrollan la imaginación de los niños.

Además de las estancias de la casa, el contexto permite trabajar otros aspectos como la importancia de atender las señales indicativas o carteles, las emociones como la tristeza, el enojo o la felicidad, o valores como la protección, la ayuda, la amistad y la confianza.

Sin duda, en unas breves páginas "Una brujita sin varita" contiene una variedad de recursos didácticos con los que poder trabajar y adentrar a los primeros lectores en la literatura desde una perspectiva amable, sensible y cercana, pues Carmen diseña y crea a conciencia una historia en donde todo está estudiado para divertir, atraer y enseñar.

El tipo de letra que compone la edición es escolar y mayúscula. Las frases son breves y concisas y la longitud de las mismas está perfectamente adaptada al tipo de lector al que está dirigido, siendo estructurado según las necesidades con la ortografía correspondiente.

Las ilustraciones, producción Natascha Rosenberg, ilustradora alemana ganadora de numerosos premios que ha expuesto en diversas galerías del mundo, son llamativas y coloridas, están repletas de detalles y son muy significativas, pues permiten que el lector pueda seguir la lectura de forma sencilla al evidenciar cada una de las palabras del texto. Del mismo modo, expresa y representa las emociones y sentimientos de los propios personajes provocando al niño a descifrar por medio de la imagen el estado interno que lleva cada situación.

En conclusión, "Una brujita sin varita" es un cuento para iniciados, llamativo y adaptado en su diseño y manejo, accesible en cuanto al formato de escritura y vocabulario, y conciso en su extensión, que despertará la risa y la intriga en los más pequeños, al mismo tiempo que se acerca de forma amable a un proceso tan complejo como es la lectoescritura.

Marisa Costa